No es solo la pandemia: la política también genera fatiga

Imagen: PSOE Flickr
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El cansancio relacionado con la pandemia del COVID-19 pasa factura a todos los grupos de edad, según el estudio ESPACOV II (Estudio Social sobre la Pandemia COVID-19), elaborado por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

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Los jóvenes de entre 18 y 29 años se llevan la peor parte: un 32,5% de los encuestados aseguran que su estado de ánimo es “muy malo o malo”, un porcentaje inferior en el resto de grupos de edad, siendo el más bajo (23,4%) en el tramo de 65 años o más. 

En esta fatiga pandémica, como la califica el propio estudio, es clave la gestión política. Según el informe ESPACOV: “Si bien al comienzo de la crisis sanitaria los ciudadanos aprobaban la gestión que estaba llevando a cabo el Gobierno de España, tras diez meses de una situación que ha demostrado tener un enorme calado en todos los órdenes de la vida, han empeorado las valoraciones, cualquiera que sea la posición ideológica de las personas encuestadas”. 

Si acudimos a los Barómetros elaborados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en los últimos años, se observa que la política como institución es considerada por la ciudadanía como uno de los tres principales problemas en España. La mayoría de los meses ha ocupado el segundo puesto, llegando incluso a ser considerado el principal problema en España en algunos meses de entre mediados y finales de 2020, superando el paro o el coronavirus. 

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Previamente a la fatiga pandémica la política ya se percibía como un problema. Así, en un análisis de los Barómetros mensuales de 2019, 2020 y los de enero y febrero de 2021 (los últimos disponibles), se observa la tendencia a ubicar la política como el segundo problema para los españoles a la pregunta del CIS que plantea a los encuestados cuáles son los tres principales problemas de España. 

En julio de 2019, el 38,1% de la ciudadanía consideraba que era uno de los principales problemas. Tal y como explicaba Pronóstika, este porcentaje suponía “la tasa más alta del histórico de la pregunta, formulada por primera vez en mayo de 1985 y de forma ininterrumpida desde enero de 1995”. “Solo cuatro problemas han alcanzado en algún punto de la historia del CIS una preocupación superior al 38,1%: el paro, ETA, la economía y la corrupción”. 

Cambios en el Barómetros del CIS

El CIS rompió la serie temporal al dividir en tres el ítem “Los/as políticos/as en general, los partidos y la política”. Así, en enero de 2020, el Centro de Investigaciones Sociológicas dividió esta respuesta en tres. A la pregunta de “¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero?”, la respuesta no era solo “Los/as políticos/as en general, los partidos y la política”, sino estas tres: “Los problemas políticos en general”, “El mal comportamiento de los/as políticos/as” y “Lo que hacen los partidos políticos”. 

Si asumimos que estos tres nuevos items, en suma, son equiparables al ítem sustituido, se observa que la política como problema alcanza el 54% en enero de 2020, la tasa más alta hasta el momento y solo seguida por un 52,1% en diciembre de 2020. 

La fatiga pandémica y la inestabilidad política

En 2018 hubo una moción de censura y el consiguiente cambio de gobierno. En 2019, tras el bloqueo presupuestario, hubo dos elecciones generales (y también las autonómicas y municipales de algunas regiones, así como las europeas), además de un intento fallido de formar gobierno.

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En 2020, comenzó una pandemia que aún perdura. Y en 2021, además de las elecciones catalanas celebradas en febrero, se han presentado mociones de censura en la Región de Murcia, Castilla y León y el municipio de Murcia, al margen de las elecciones adelantadas en la Comunidad de Madrid, que inhabilitó las dos mociones de censura presentadas en la región.

“Algunas cuestiones del ámbito político tienen consecuencias serias para nuestras vidas, así que es lógico que nos afecten emocionalmente. En situaciones donde se pierde la claridad o la sensación de poder predecir qué va a pasar, puede aparecer el estrés con todas sus consecuencias a nivel físico y psicológico”, apunta a Newtral.es Fernando Blanco, psicólogo experto en sesgos cognitivos y profesor en la Universidad de Deusto. 

Matthew Flinders, politólogo y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sheffield (Reino Unido), suele decir que la fatiga en épocas de crisis es “una condición sociopolítica”: “A diferencia de la fatiga física, que proviene de un gran esfuerzo, esta otra fatiga es psicológica y proviene, en parte, de la incertidumbre”, apunta Flinders en conversación con Newtral.es.

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En este sentido, según el politólogo, la fatiga mental “puede ser mucho más agotadora que la física”: “No hay un comportamiento individual para corregir el problema, como dormir o descansar, sino que está vinculada a un ambiente de miedo y preocupación”. 

Flinders considera que “culpar directamente a los políticos de esta fatiga es demasiado fácil”, pero matiza que, en efecto, “los políticos pueden hacer mucho para hacer frente a los desafíos sociopolíticos que presentan las crisis”: “Un liderazgo político claro, eficiente y fuerte puede desempeñar un papel relevante”, pero considera que es sería ingenuo “pensar que pueden brindar soluciones simples a problemas complejos”.

Matthew Flinders considera que si bien la crisis provocada por el coronavirus puede socavar la confianza en las instituciones políticas y en sus representantes, la crisis sociosanitaria podría haber funcionado más como un acelerador de una desconfianza que ya existía previamente: “En aquellos lugares en los que la ciudadanía no confiaba en los procesos políticos y en las instituciones, el cumplimiento de las decisiones políticas era débil. La paradoja es que esto contribuye a la propagación del virus, lo que sirve para alimentar aún más la creencia de que los políticos son incompetentes”.

La incertidumbre y la toma de decisiones

La incertidumbre es un “elemento común en nuestra vida diaria”, explica a Newtral.es la psicóloga Jayne Morriss, investigadora especializada en intolerancia a la incertidumbre en la Universidad de Reading (Reino Unido). “Puede ser tan emocionante como estresante, pero para algunas personas es difícil afrontarla. Desafortunadamente, la pandemia del COVID-19 ha aumentado la cantidad de incertidumbre que experimentamos a diario y, por lo tanto, ha aumentado la demanda de servicios de salud mental”, añade Morriss.

La incertidumbre, según expone el psicólogo Fernando Blanco, puede propiciar “que confiemos en mecanismos sencillos y atajos cognitivos”, cayendo en sesgos. “Las personas sentimos aversión por la incertidumbre. No nos gusta la sensación de que el mundo es impredecible o está sujeto al azar. Esto hace que, ante dos opciones alternativas, la que nos ofrece certezas sea mucho más atractiva. En estos tiempos actuales, esta preferencia supone que descartaremos las visiones científicas y matizadas, y, sin embargo, abrazaremos los discursos que aparentemente carezcan de esas fisuras. Preferiremos a quien se presente como alguien que tiene las ideas muy claras, que nunca tiene dudas ni contradicciones”, añade Blanco. 

Esto tiene un efecto también en la toma de decisiones, que “es peor cuando la información es escasa o incierta”. “La incertidumbre y la inestabilidad nos afectan emocionalmente, pueden producir estrés, y esas situaciones a su vez propician los errores en la toma de decisiones”, concluye Blanco. 

Fuentes consultadas

  • Barómetros de enero de 2019 a febrero de 2021 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS)
  • Estudio ESPACOV II del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) 
  • Fernando Blanco, psicólogo experto en sesgos cognitivos y profesor en la Universidad de Deusto
  • Matthew Flinders, politólogo y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Sheffield (Reino Unido)
  • Jayne Morriss, psicóloga e investigadora especializada en intolerancia a la incertidumbre en la Universidad de Reading (Reino Unido)

fatiga pandémica y política

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