Fact-fiction: ‘Rompiendo las normas’. El feminismo contra Miss Mundo

Fotograma de Rompiendo las normas | Vértice 360
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Miss Mundo es uno de los cuatro principales concursos de belleza internacionales para mujeres. Este certamen, procedente de Reino Unido e inaugurado en 1951, fue el primero en celebrarse. Su creador, Eric Morley —también autor del formato original de Bailando con las estrellas— lo acabaría convirtiendo en un evento anual para competir con Miss Universo, el concurso estadounidense que se crearía un año más tarde.

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El concurso se televisó por primera vez en 1959. Para 1970, el programa era visto por 22 millones de espectadores en el Reino Unido, alcanzando una audiencia mundial de 100 millones, lo que lo convertía —también por lo que significaba en términos de cosificación femenina— en el lugar perfecto para una reivindicación política.

La película cuenta el nacimiento del Movimiento de Liberación de las Mujeres en Inglaterra

El Movimiento de Liberación de las Mujeres surgió a finales de los 60 en diferentes países, heredero de las protestas contra la guerra de Vietnam o las de Mayo del 68. Las acciones emprendidas buscaban la atención de los medios y que más mujeres se sumasen a la lucha.

La directora de la película, Philippa Lowthorpe, explica a los medios que, en Reino Unido, el Movimiento no estaba organizado. «Se trataba de un punto de encuentro de mujeres de distinta procedencia, a las que unían preguntas como qué hacer para cambiar las cosas, para conseguir un trabajo, o para ser tomadas en serio dentro de la sociedad. Ese era nuestro objetivo con esta película: mostrar el nacimiento de estas ideas».

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Tal y como muestra la cinta, la primera conferencia de este movimiento tuvo lugar en el Ruskin College de Oxford, a finales de febrero de 1970. El evento fue organizado por mujeres que asistían a los seminarios preparatorios de Historia, entre ellas, Sally Alexander (Keira Knightley).

Rompiendo las normas historia real
El movimiento de liberación de las mujeres en un fotograma de la película | Vértice 360

En líneas generales, la película se ajusta muy bien a los hechos históricos, especialmente en la recreación del certamen y el asalto al Royal Albert Hall aunque, en lo relativo a los personajes, hay ciertas concesiones.

Mientras que es cierto que la compañera activista de Sally, Jo Robinson (Jessie Buckley) era anarquista, y que la lucha de Alexander se limitaba al ámbito académico, el libreto subraya sus diferencias con fines dramáticos. Sally Alexander se presenta en el film como una mujer más convencional que vive con su pareja y, sin embargo, vivía en una casa compartida, no muy diferente a la comuna de Robinson.

Las escritoras, Rebecca Frayn y Gaby Chiappe reconocen, en declaraciones a la prensa, que el guion es un compendio de las experiencias de todas las mujeres que tomaron parte en los eventos de 1970. Sin ir más lejos, la conferencia duró todo un fin de semana y fue más masiva: en total, a las diferentes charlas asistieron unas 500 personas, lo que superó las expectativas de Alexander y de la historiadora Sheila Rowbotham, figura fundamental del movimiento que aparece en la película como oradora.

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Las demandas del Movimiento hace 50 años giraban en torno a conseguir igualdad de oportunidades en la educación y el trabajo, anticonceptivos gratuitos, aborto libre y facilidades para el cuidado de los hijos.

El boicot a la gala de Miss Mundo

En la película, el personaje de Jo Robinson critica que el certamen de belleza convirtiese «la opresión en espectáculo». Sally Alexander explicó en la BBC que ya no recuerda de quién partió la idea del ataque, pero para ella y para sus compañeras resultaba increíble que algo así se retransmitiera por televisión. «Es realmente un mercado de ganado»,explicó la activista Sue Finch a The Guardian en 2010. Una de las integrantes del grupo, Jane Grant, le contó al medio británico que su objetivo no era arruinar la competición a las mujeres o causarles ningún daño. Su objetivo era Bob Hope.

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El presentador del certamen, Bob Hope (Greg Kinnear) | Vértice 360

El comediante estadounidense (interpretado en la cinta por Greg Kinnear) era famoso por sus chistes racistas y misóginos. «Mientras él seguía y seguía con sus comentarios grotescos, me levanté y comencé a hacer sonar mi carraca», relata a The Guardian la activista Sarah Wilson. «Me pareció una eternidad hasta que alguien respondió. Las demás estaban encendiendo cigarrillos para prender las bombas de humo, y entonces vi como estas comenzaban a caer en cascada hacia abajo».

El 20 de noviembre de 1970, el patio de butacas del Royal Albert Hall acabó lleno de humo y folletos; el escenario, cubierto de bombas fétidas. La retransmisión se cortó y, mientras el grupo de 50 mujeres gritaba «No somos guapas, no somos feas. Estamos FURIOSAS», Bob Hope tuvo que huir del escenario. Su reacción al volver fue exclamar que «las chicas guapas no tienen estos problemas».

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La película muestra brevemente otro ataque contra el certamen, una bomba colocada en el exterior del Albert Hall por la Brigada Iracunda, un grupo de extrema izquierda que realizó una serie de atentados contra el establishment británico entre 1970 y 1972.

Sin embargo, este atentado no tuvo lugar la noche anterior, sino la misma noche del concurso. Un cambio que no gustó a la verdadera Sally Alexander: «No me habría manifestado aquella noche si hubiese explotado una bomba la noche anterior. Soy madre, y mi hijo es lo primero, no me habría puesto en peligro», explicó a The Guardian.

El film apenas explica que sucedió después. Alexander fue la única acusada de agresión, por lo que necesitó un abogado. Las demás, que fueron acusadas de delitos menores, se defendieron a sí mismas en lo que fue «una identificación consciente y deliberada con las sufragistas, que hicieron lo mismo», comenta la activista.

La importancia de la participación sudafricana y de la victoria de Miss Granada

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La ganadora de Miss Mundo 1970, Jennifer Hosten (Gugu Mbatha-Raw) | Vértice 360

La película no solo centra su mensaje en la crítica a este tipo de certámenes, sino que aprovecha las circunstancias que rodearon el evento para hablar sobre racismo y sobre el apartheid, con la inclusión de dos concursantes -una mujer negra y otra blanca- en la candidatura sudafricana de aquel año.

Hubo un intento de “amaño”. El creador del formato, Eric Morley realizó un ensayo general ante las cámaras con «sus favoritas» la noche anterior, según Hosten. Morley seleccionó a 15 concursantes entre las que la única integrante negra era Miss Guyana. «Al resto de nosotras nos dijeron que fuéramos y nos sentáramos con el público», explica Jennifer Hosten (Gugu Mbatha-Raw), la candidata negra de Granada. Tal y como muestra el film, la favorita era Maj Christel Johansson, Miss Suecia.

Finalmente fue Hosten quien se hizo con el triunfo, mientras que el segundo puesto fue para Pearl Jansen, la concursante negra enviada por Sudáfrica. El tabloide The Sun —que aquel año había comenzado con sus “chicas de la página tres”, a las que exhibía en topless— mostró la victoria de Hosten como una conspiración de los jueces, debido a que el primer ministro de Granada formaba parte del panel, sin embargo, había otros ocho jueces que nada tenían que ver con el país.

Las consecuencias que derivaron del asalto

Hacia el final de la película, un breve encuentro entre Sally Alexander y la ganadora del concurso Jennifer Hosten, evidencia dos visiones diferentes de lo que suponía Miss Mundo para una mujer. Para Alexander y el resto del Movimiento es únicamente un vehículo de opresión para la mujer. Sin embargo, Hosten lo ve como una oportunidad para que niñas y mujeres negras de cualquier nación vean que pueden ganar su lugar en el mundo.

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Sally Alexander (Keira Knightley) y Jennifer Hosten (Gugu Mbatha-Raw) | Vértice 360

«No sabíamos que aquel se convertiría en el elemento más significativo de la noche, pero claramente lo fue, dado el contexto del movimiento anti-apartheid en el que muchas de nosotras también estábamos envueltas», relata Sally Alexander, satisfecha con el hecho de que la película también se centre en la primera mujer negra en ser coronada Miss Mundo.

La Jennifer Hosten real ha valorado recientemente lo que, históricamente, supuso aquella noche: «Todas utilizamos aquel concurso como medio para lanzar un mensaje. En mi caso, fue acerca de la raza y la inclusión; para ellas, aquello iba sobre explotación femenina».

La productora del film, Suzanne Mackie, desarrolla la importancia de esta trama en el film: «Para las concursantes, muchas de las cuales provenían de entornos desfavorecidos, la competición su ponía una increíble oportunidad para expandir sus horizontes y encontrar oportunidades de trabajo que de otro modo les habrían sido negadas». Mackie recuerda los tweets con los que mujeres negras influyentes como Oprah Winfrey o Michelle Obama celebraron la victoria de la mujer negra que ganó Miss Universo en 2019.

Tal y como muestra el film, el 8 de marzo del año siguiente tuvo lugar la primera Marcha por la liberación de la mujer en celebrarse en Reino Unido. En cuanto a las demandas del Movimiento, una de las manifestantes, Jenny Fortune cree que las cosas han mejorado durante estos 50 años en cuanto al cuidado de los hijos, «pero la violencia contra las mujeres no ha cambiado y, en cierto modo, de eso se trataba nuestra protesta. Si tratas a las mujeres como objetos, es más fácil violarlas y matarlas».

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