Implantes y nuevos fármacos: por qué criar embriones mezcla de humano y mono

Quimera de humano y mono | M.V.
Quimera de humano y mono | M.V.
Tiempo de lectura: 6 min

No han cruzado un mono con un humano. No han nacido personas con cola de macaco. Ni siquiera han conseguido un hígado de sapiens creciendo dentro de otro animal. Pero el avance presentado en embriones este miércoles abre paso a tener nuevos modelos de laboratorio con los que experimentar en el futuro.

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En rojo, las células humanas desarrollándose en el blastocito del futuro embrión de mono

Un equipo de China y EE.UU. liderado por el investigador Juan Carlos Izpisúa ha inyectado 25 células madre humanas en embriones de mono, consiguiendo embriones quiméricos (híbridos) durante 20 días. El trabajo, publicado en la revista Cell, tiene implicaciones para el desarrollo de nuevos modelos para trabajar en biología y enfermedades humanas.

El farmacólogo español Izpisúa lleva años tratando de escudriñar lo que ocurre dentro de las moléculas de ese puñado de células de los embriones ‘jóvenes’. En 2019 presentó los blastoides, una especie de embriones artificiales con los que poder trabajar en laboratorio, sin necesidad de usar uno humano.

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También aquel año consiguió la primera quimera (mezcla de dos especies) de humano y mono. Ahora ha demostrado la capacidad de llevarlo a cierto nivel de desarrollo, con algo más de 10.000 células.

“Este tipo de investigación es importante para desarrollar conocimientos sobre la comunicación celular y el desarrollo biológico durante la embriogénesis y la evolución, así como para una variedad de aplicaciones de investigación y medicina regenerativa”, explica a Vernónica Fuentes en Sinc este investigador del Instituto Salk de Ciencias Biológicas.

Su equipo, junto con el de la Universidad Católica de Murcia (UCAM) lleva años persiguiendo la posibilidad de tener un embrión con células de distintas especies. ¿Qué se persigue con estas técnicas?

Crecimiento de las células humanas (rojo) en el futuro embrión de mono durante dos días | Ji, Univ. Kumming

¿Para qué crear quimeras o embriones artificiales?

En un futuro, quizás para tener incubadoras de órganos implantables, pero no por ahora. Las quimeras toman prestado su nombre de las figuras mitológicas con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón. En los laboratorios, son embriones de mono a los que se inyectan células de humanos. En concreto, tras haber inactivado aquellas del animal que hubieran desarrollado órganos.

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Las células madre de humano que se introducen en el mono son capaces de seguir su curso y formar órganos. De esta manera, se consigue, en teoría, tener órganos humanos en cuerpo de mono. Eso no ha llegado a ocurrir.

El laboratorio de Izpusúa, junto a la UCAM, sí que realizó esta técnica el pasado agosto de 2019, pero sólo para comprobar que es posible. Consiguió que proliferasen células de tejido humano en un embrión de primate no humano.

El especialista español enfatiza la importancia de este tipo de estudios: “Como no podemos realizar ciertos tipos de experimentos en humanos, es esencial que tengamos mejores modelos para estudiar y comprender con mayor precisión las enfermedades humanas en condiciones in vivo”.

El investigador Juan Carlos Izpisúa junto a un blastoide | Salk Institute
El investigador Juan Carlos Izpisúa junto a un blastoide | Salk Institute

En el presente estudio, el equipo coloreó células madre pluripotentes humanas (células que son capaces de convertirse en todos los tipos de células del cuerpo) con una sustancia fluorescente. Insertó estas células madre marcadas en embriones de macacos en placas de laboratorio. 

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En concreto, seis días después de la creación de los embriones de mono se inyectó a cada uno 25 células humanas. Al cabo de un día se detectaron células humanas en 132 embriones; a los diez días, 103 de los embriones quiméricos seguían desarrollándose. La supervivencia pronto empezó a disminuir. El día 19, sólo tres quimeras seguían vivas.

El estudio actual fue posible gracias a la  tecnología publicada el año pasado por el equipo colaborador dirigido por Weizhi Ji (Universidad de Kunming en Yunnan, China) que permitió que los embriones de mono permanecieran vivos y crecieran fuera del cuerpo durante esa veintena de días.

Quimeras de humano y mono o cerdo sin órganos trasplantables  por ahora

La idea es ahora avanzar en quimeras de humano-cerdo. Es verdad que nos parecemos mucho a otros primates, pero hay órganos más similares y compatibles entre nuestra especie y otra: la de los cerdos. Ya se usan, por ejemplo, en prótesis coronarias. ¿Tendremos un día ganado porcino a modo de incubadora de órganos? Por ahora, basta con cultivar pequeñas partes, como se hace en placas de laboratorio, no embriones.

El equipo observó que estas células sobrevivieron y se integraron en el embrión de macaco mejor que en los experimentos previos en cerdos, donde las células parecían “no hablar el mismo lenguaje”, en palabras de Izpisúa. En 2019 el Laboratorio de Células Madre de Pekín llevó a término dos lechones con células de mono que murieron al poco de nacer.

“Algún día podría dar lugar a la posibilidad de cultivar tejidos humanos de sustitución, como los del corazón y los riñones. También ayudar a probar medicamentos candidatos para enfermedades humanas con más precisión que los modelos animales tradicionales, o entender procesos como el envejecimiento, el principal factor de riesgo en alzhéimer, enfermedades cardíacas o cáncer”, precisa el doctor.

Las quimeras, lejos de desarrollar órganos trasplantables.

Para Josep Maria Canals, experto en células madre y medicina regenerativa de la Universidad de Barcelona (UBNeuro) que no ha participado en el estudio de Izpisúa, “el modelo utilizado de quimeras humano y mono muestra diferencias en las primeras fases del desarrollo entre estas dos especies”.

Este tipo de aproximaciones abre “un fascinante campo de investigación que puede explicar las diferencias y especificidades del inicio del desarrollo humano”.

Pero, a pesar de su relevancia, “estos modelos raramente llegarán a proveer de soluciones terapéuticas mediante el trasplante de órganos desarrollados por estas quimeras, aunque los autores apunten a esta posibilidad”, puntualiza a Sinc Canals.

1 Comentarios

  • Me parece una aberración!! Da miedo pensar en el futuro de estas investigaciones!
    Son experimentos muy peligrosos que chocan con la ética y la moral!
    la ciencia debería investigar otros caminos para conseguir su fin: curar las enfermedades.