Una de las protagonistas en el foco mediático del escándalo Pegasus es Paz Esteban, la cuarta directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la primera mujer al frente del servicio secreto español. Este jueves pasado compareció a puerta cerrada en la Comisión de Secretos Oficiales para explicar la supuesta implicación o responsabilidad del centro en el espionaje masivo con el programa Pegasus a líderes independentistas catalanes, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la ministra de Defensa, Margarita Robles.
Esteban no es la única jefa del servicio secreto que ha sido expuesta por el foco de las cámaras. Repasamos las luces y sombras de sus tres antecesores en el cargo como directores del CNI.
Jorge Dezcallar, el primer director del CNI
Jorge Dezcallar (Palma de Mallorca, 1945) fue el primer director que tuvo el servicio secreto cuando el Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid) se convirtió en el CNI. Diplomático de profesión, fue el primer civil que se hizo cargo de los servicios de inteligencia que, hasta entonces, siempre habían estado bajo mando de militares de carrera.
Dezcallar ocupó el cargo desde el 2001 hasta el 2004, cuando presentó su dimisión al presidente en funciones, José María Aznar, el 18 de marzo, una semana después de los atentados del 11-M. [José Luis Rodríguez Zapatero fue investido presidente del Gobierno el 16 de abril de 2004 tras ganar las elecciones del 14 de marzo].
El director del organismo dimitió por las “maniobras partidistas” con las que el Gobierno de Aznar trató la información del CNI sobre los autores del atentado. Según relató el primer jefe de los espías a El País, el Ejecutivo desclasificó informes de los servicios de inteligencia de forma “parcial y selectiva” para mantener la tesis que le interesaba sobre la masacre: que la banda terrorista ETA estaba detrás de la autoría del mayor atentado de la historia de España.
Tras abandonar los servicios secretos, Dezcallar continuó con su carrera diplomática ocupando puestos en Rabat, Washington o el Vaticano. También ha publicado varios libros de memorias, entre ellos Valió la pena en 2015, donde relata su dimisión en el CNI, que hasta entonces no había hecho pública.
Alberto Saiz, segundo director del servicio secreto en el CNI
Alberto Saiz (Cuenca, 1953) tomó el relevo a Dezcallar en 2004 y fue director del CNI hasta 2009. Saiz fue nombrado director por el entonces ministro de Defensa, José Bono (PSOE). Su mandato estuvo marcada por la lucha contra ETA, ya que durante el mismo se detuvo a históricos etarras como a uno de los máximos dirigentes de la banda terrorista, Mikel Albizu Iriarte, o al jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu Rubina.
Como su antecesor, Saiz dimitió de su cargo. En su caso fueron unas publicaciones que desveló El Mundo las que le obligaron a dejar la dirección del CNI. Saiz, ingeniero agrónomo sin ninguna experiencia en el mundo del espionaje (había formado parte del Gobierno de Castilla-La Mancha con José Bono, del PSOE, como presidente), fue acusado por fuentes del propio servicio de inteligencia de utilizar, presuntamente, recursos y fondos públicos del CNI para su uso personal.
Cuando dejó los servicios secretos, Saiz abrió una empresa de consultoría.
Félix Sanz Roldán, el tercer director y el que más tiempo ha ocupado este cargo
El general Félix Sanz Roldán (Cuenca, 1945) ocupó el puesto de director del CNI tras Saiz en 2009. Sanz fue revalidado en el cargo en 2014, tras cumplir los primeros cinco años como director. [En aplicación de la Ley Reguladora del CNI, que limita su mandato a cinco años prorrogables].
En junio de 2019 finalizó su liderazgo tras una década como jefe de los servicios secretos españoles, con tres presidentes de dos signos (José Luis Rodríguez Zapatero, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez) y dos reyes (Juan Carlos I y Felipe VI).
Sanz, que antes trabajó como jefe del Estado Mayor de la Defensa (entre el 2004 y el 2008) y como asesor de Zapatero (2008-2009), es la persona que más tiempo ha dirigido el CNI después de Emilio Alonso Manglano, que lideró el Cesid durante 13 años, entre 1981 y 1995.
La larga etapa de Sanz al frente del CNI está unida al excomisario José Manuel Villarejo y la trama corrupta que el general afrontó durante su gestión. Uno de los frentes fue el caso Corinna Larsen. Al director del CNI se le atribuye ser parte de la comitiva que intentó convencer al rey Juan Carlos I de que terminara con su relación con Larsen e incluso de viajar a Londres para reunirse con ella. Un encuentro que Villarejo utilizaría para denunciar falsamente a Sanz por chantajear a Larsen.
En su hoja de servicios se incluye la derrota de ETA, que anunció el “cese definitivo de su actividad armada” el 20 de octubre de 2011. También el fracaso en la localización de las urnas del 1-O, la operación para impedir que prosperara el referéndum de autodeterminación en Cataluña.
Tras terminar su década al frente del CNI, Sanz ocupó el cargo de asesor del presidente de Iberdrola para temas internacionales.
- BOE: Nombramientos y ceses de directores del CNI
- Artículo de El País sobre la dimisión de Dezcallar
- Artículo de El Mundo sobre la dimisión de Saiz
- Agencia EFE