En 1974 sonaba en las radios de medio mundo Lucy in the Sky With Diamonds de los Beatles. También en las excavaciones del Rift del África oriental, en Etiopía. Allí, Donald Johanson se encontró con un esqueleto de 3,2 millones de años de antigüedad que bautizó como Lucy. Esta iba a considerarse una nueva cuna de la humanidad, pues aquellos restos se correspondían con los de una ejemplar femenina de poco más de un metro de altura que se pasaría a considerar Australopithecus afarensis.
Aquella región no iba a ser la única rica en fósiles de aquellos eslabones entre los monos y los humanos. Si Lucy se consideró a la abuela de la humanidad, en Sterkfontein, en Sudáfrica, se hicieron famosos Little Foot y la Señora Ples –el cráneo más completo de australopiteco hallado jamás–. Se calculó que tenían entre 2 y 3 millones de años. Pero una nueva datación hace de Sterkfontein (en la zona conocida como Cuna de la Humanidad) el lugar más antiguo, volviendo a ganar sentido el topónimo.
La nueva investigación, presentada en la revista PNAS, reevalúa la edad de un australopiteco llamado Miembro 4, en Sterkfontein, en la cueva Jacovec. Esa cueva contiene algunos fósiles de homínidos en una cámara más profunda. “Las nuevas edades oscilan entre 3,4 y 3,6 millones de años para el Miembro 4, lo que indica que los homínidos Sterkfontein fueron contemporáneos a otras especies de australopitecos primitivos, como los Australopithecus afarensis (la especie de Lucy) propias del este de África”. Así lo indica el profesor Dominic Stratford, director de investigación en las cuevas, y uno de los autores del artículo.
La Cuna de la Humanidad es un conjunto de yacimientos arqueológicos designados por la Unesco en 1999 como Patrimonio de la Humanidad. Están ubicados a unos 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo.
Los rayos cósmicos iluminan una nueva cuna de la humanidad
Las nueva edad para esta Cuna de la Humanidad se basa en una técnica de desintegración radiactiva. En vez de observar cómo se va desintegrando el carbono-14, el equipo miró a los raros isótopos aluminio-26 y berilio-10 en el mineral cuarzo. ”Estos isótopos radiactivos, conocidos como nucleidos cosmogénicos, son producidos por reacciones de rayos cósmicos de alta energía cerca de la superficie terrestre”, continúa Stratford.
La Tierra está permanentemente bombardeada por rayos cósmicos, partículas muy energéticas procedentes del espacio exterior. La atmósfera nos protege de ellos, pero con el tiempo, consigue alterar ciertos materiales, como las rocas que había junto a los fósiles.
Su desintegración “data de cuando las piedras estaban enterradas en la cueva, justo cuando se cayeron en la entrada junto con los restos [de los australopitecos fallecidos]”, añade. Darryl Granger de la Universidad de Purdue en los Estados Unidos y autor principal del artículo.
La datación previa del Miembro 4 se había basado en depósitos de colada de calcita encontrados dentro de la cueva. Pero observaciones cuidadosas muestran que la colada es en realidad más joven que el relleno de la cueva y, por lo tanto, subestima la edad de los fósiles.
Lucy era de la quinta de la Señora Ples
“Esta reevaluación de la edad de los fósiles de Sterkfontein tiene implicaciones importantes para el papel de Sudáfrica en la etapa de evolución de los homínidos. Los homínidos más jóvenes, incluidos Paranthropus y nuestro género Homo, aparecen hace entre 2,8 y 2 millones de años”. Es decir, pone en el mapa una nueva cuna de la humanidad y la desplaza tiempo atrás.
Según las fechas sugeridas anteriormente, las especies de Australopithecus de Sudáfrica eran demasiado jóvenes para ser sus ancestros, por lo que se ha considerado más probable que Homo y Paranthropus evolucionaran en África Oriental”, dice Stratford.
Hay otros ‘abuelos de la humanidad’, como los Austrlopithecus anamensis, propios de Etiopía. Hasta hace unos años se pensaba que eran antecesores de Lucy. Pero sucesivas investigaciones los colocaron como coetáneos. En 2019 les pusimos cara, mediante técnicas de reconstrucción. Ahora, a Lucy le vuelven a salir parientes de la misma ‘quinta’. Y se revelan nuevas cunas de la humanidad.
“Este nuevo e importante trabajo de datación hace retroceder un millón de años la edad de algunos de los fósiles más interesantes en la investigación de la evolución humana”, dice Stratford. Uno de los fósiles más icónicos de Sudáfrica, la Señora Ples, se traslada “ a una época en la que, en el este de África, encontramos otros fósiles de los primeros homínidos como Lucy”, concluye.
Parece claro que el origen de la especie humana y otras especies es el mismo; las rutas evolutivas fueron diferentes, pero todos compartimos el mismo comienzo.
Resulta asombroso, lo que han sido nuestros origenes.por otra parte...que lamentables son los dichos de muchos jovenes, que se preguntan para que estudiar esto y lo otro...de que lea podra servir para su futuro. Quizas ...estos primeros habitantes de nuestro planeta...si estuviesen aqui hoy con nosotros...les dirian estudia pobre ignorante...estudia para que sepas a que vinistes a este mundo. Dios nos da la vida, para amar y crecer desde nuestros propios origenes. Infinitas gracias a la ciencia de luz y de maravillas. Cristian.
Tarde o temprano se llegará a la conclusión que todo tipo de ser vivo tienen el mismo origen y por la evolución infinita se fueron ramificando a lo que tenemos en estos días.