¿Llegará el repunte de coronavirus a las UCI?

Sanitario junto a un hospital húngaro con el EPI para coronavirus | Balogh, Epa/Efe
Sanitario junto a un hospital húngaro con el EPI para coronavirus | Balogh, Epa/Efe
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Las cifras actuales no son comparables a las de marzo. Ese mantra, repetido por Sanidad y muchas personas expertas desde que empezaron a repuntar los contagios, tiene un matiz: julio no es comparable a marzo, pero sí quizás a febrero, cuando la ceguera de cifras era tan extendida como la epidemia, en algunas partes.

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Nunca es una buena noticia que se conozcan datos sobre la circulación del virus a partir de muertes de personas (incluso que no se sabían infectadas, como seguramente ocurrió en febrero), explicaba entonces a Newtral.es el presidente de la Sociedad Española de Epidemiología, Pere Godoy.  La «punta del iceberg». Ahora lo estamos haciendo emerger en parte, lo que explica las bajas tasas de hospitalización y UCI relativas.

Pero estas tendencias pueden cambiar en cualquier momento. Básicamente si los contagios, que durante las primeras semanas de julio han predominado en población joven sana, se extienden a grupos de riesgo de mayor edad, los principales candidatos a ingreso en cuidados intensivos.

Lo cierto es que desde finales de mayo los hospitales están respirando a nivel general. Tanto en España como en la mayoría de países de Europa que tuvieron una clara primera ola en marzo y abril. Ahora, desde las UCI miran con atención y preocupación el cambio de tendencia en los contagios, que en nuestro país es más acusado.

Los contagios de hoy, ¿las UCI de dentro de tres semanas?

21 de junio. Decae el estado de alarma. Los hospitales ya están recibiendo su particular repunte. Las patologías aparcadas durante el confinamiento, explica a Newtral.es el presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Coronarias (SEMICYUC) Pedro Rascado.

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«Estos últimos meses hemos tenido menos cirugías, menos accidentes laborales y de tráfico. Y hay gente que se ha quedado en casa con infartos». Estos, que han vuelto a los hospitales y las unidades de cuidados intensivos, «no deben verse afectados por los rebrotes», señala el coordinador del plan de UCI a nivel nacional.

Desde el 28 de junio, la curva de los contagios anotados cambia claramente de tendencia, especialmente si se observa la incidencia acumulada a 14 y 7 días, así como la media diaria de detecciones semanales.

Una regla que, más o menos, se ha venido observando a lo largo de la progresión pandémica es que desde el inicio de síntomas hasta requerir hospitalización pueden pasar de cinco a siete días de media.

Con los datos actuales del Centro de Control de Enfermedades Europeo (ECDC), de media pasan otros cuatro días más hasta que se entra en la UCI. Esto, con los perfiles de gravedad que ahora que están llegando a los hospitales, y que no son muy distintos a los de marzo, quizás algo más leves, pero sí en menor cantidad y con mejor capacidad asistencial.

Esto significa que –asumiendo los retrasos en las notificaciones–, los repuntes en la detección de infecciones actuales llevaría a un cambio de tendencia en los ingresos hospitalarios en la semana del 6 de junio.

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El cambio de tendencia se nota justo una semana después. Desde el CCAES, tanto Fernando Simón como María José Sierra han explicado en varias de sus comparecencias que el perfil de los contagios, desde el repunte, está siendo joven y muy leve.

Pero también han advertido que ellos pueden ser vectores de la enfermedad si llevan a virus a casa, a sus convivientes más mayores o de riesgo. Y eso correlaciona con un mayor porcentaje de ingresos respecto al total de detecciones, pero más tarde.

Es cierto que el porcentaje de ingresos respecto al total de diagnósticos ha descendido a tasas de aproximadamente el 3%, frente al 10% del mes de mayo. Pero la tendencia al alza en los ingresos es clara desde el 13 de julio. Fundamentalmente, por infecciones complicadas en Lleida, Zaragoza y Barcelona.

O sea. Primero, el repunte de casos. Un par de semanas después, el de ingresos hospitalarios. ¿Dos semanas después, las UCI?

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Según Europa Press, el Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida tiene hospitalizadas a 85 personas, 11 de ellas en la Unidad de Ciudados Intensivos.

Datos que apuntan a que aguanta la embestida, pese a las denuncias de Metges de Catalunya de falta de personal y previsión, cuando lo que creen que está pasando es que estamos en la fase que pasó desapercibida en febrero: la de los leves o presintomáticos.

Ahora sí se contabilizan esos casos, pese a que sólo podemos por ahora comparar tendencias. Ni todas las autonomías notifican a la vez ni de igual manera.

Falta de datos actualizados y comparables

“Hay muchos más hospitalizados en Cataluña de los que hay en nuestro informe”, reconocía el pasado jueves María José Sierra, la directora adjunta del CCAES.

Esta comunidad, por ejemplo, muestra en sus informes diarios del orden de una docena de veces más hospitalizaciones semanales que el reporte del Ministerio de Sanidad (por ejemplo, 22 hospitalizaciones en los 7 días anteriores al 27 de junio, en la serie del CCAES; frente a 103 apuntadas sólo ese día en la serie de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya).

Con todo, y atendiendo una vez más a tendencias, más que a cifras diarias absolutas, esta sería una semana clave para observar un repunte en los ingresos en UCI.

Son estas las que han marcado uno de los límites del sistema asistencial durante el pico de la epidemia. Y un triste anticipo de muertes que, según datos del ECDC, llegan ahora de media otros 12 días después del ingreso en UCI.

En este sentido, España sí está por debajo de nuestros vecinos. 0,04 muertes por millón de habitantes, frente a las 0,95 de Reino Unido; las 0,15 de Italia; las 0,09 de Francia; o las 0,05 de Alemania.

Con todo, Rascado considera que estamos mejor preparados para abordar la enfermedad. No sólo por medios materiales, sino por conocimiento. «El tratamiento de distrés lo conocemos de siempre. Es nuestro trabajo diario, igual que el tratamiento de soporte en fracaso multiorgánico. Ahí estamos seguros».

Más complicado fue en la primera ola abordar una medicación eficaz en cada caso. Actualmente se sabe que en los casos más graves antiinflamatorios como la dexametasona está plenamente indicada. «Aunque no hay uno definitivo».

Desde la SEMICYUC son claros: «Esto no está acabado. Estamos mejor, pero hay que seguir trabajando porque no nos contagiemos».

Hasta 3 de cada 10 ingresos en hospital terminó en UCI

Hasta el 30% de los pacientes ingresados en el hospital por COVID-19 requieren ingreso en UCI. La causa, en casi todos los casos, insuficiencia respiratoria muy grave con síndrome de distrés respiratorio agudo grave (SDRA).

Según datos de partirda del estudio CIBERESUCICOVID presentados por El CIBER y la SEMICYUC, estos pacientes dependen de ventilación artificial protectora. Además, un 5% necesitarán de una máquina ECMO que mueva y limpie su sangre fuera del cuerpo.

La mortalidad se ha cifrado en más de un 10% de los pacientes hospitalizados, con los datos reportados hasta ahora. La mayor parte de esta mortalidad se concentra en los pacientes con ventilación mecánica.

Ahora, el estudio busca hilar más fino y retratar los ingresos de manera sistemática en varios hospitales españoles, seguir su evolución y tomar muestras para hacer estudios epigenéticos.

“La pandemia por la Covid-19 ha sido el mayor desafío que han afrontado los intensivistas españoles y del resto del mundo», explica el doctor Ricard Ferrer. «Hay muchos aspectos aún desconocidos sobre esta nueva enfermedad, especialmente en los pacientes más graves».

Hasta hace poco, el sistema sanitario ha estado «abrumado por la primera oleada de la pandemia de COVID-19. Los datos referidos a los pacientes con COVID-19 ingresados en UCIS se han reportado globalmente, por lo que, a día de hoy, no conocemos con exactitud los factores de riesgo y pronóstico de los pacientes que requieren ventilación mecánica con o sin síndrome respiratorio agudo grave. Tampoco se conocen las consecuencias respiratorias, cardiovasculares y sobre calidad de vida de los enfermos ingresados en UCI que sobreviven”, añade su colega Antoni Torres.

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