Claves de la cumbre del clima COP30, que retratará la salud del Acuerdo de París diez años después

Lula y Guterres en al arranque de la COP30 | André Coelho, Efe, Epa
Lula y Guterres en al arranque de la COP30 | André Coelho, Efe, Epa
Tiempo de lectura: 5 min

La cumbre del clima de Belém, en Brasil, (COP30) empieza este lunes; y el 12 de diciembre se cumplirán exactamente diez años del emblemático Acuerdo de París. El primer gran hito que marcó un objetivo de supervivencia planetaria: no rebasar de forma sostenida los +1,5ºC de temperatura media respecto a la era preindustrial (o, en el menos ambicioso de los casos, los +2ºC). De aquella cumbre, la COP21, salió también el compromiso de financiar una transición justa hacia energías limpias y los impactos del clima extremo.

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Antes de seguir… dos imágenes

Muerte de delfines en un lago de Brasil y Trump reclamando más perforaciones petroleras |

Diez años después, la COP30 se celebra en una ciudad frontera con la Amazonía; en medio de un mundo más convulso, agitado por los populismos y una meteorología furiosa a partes iguales. Sirvan dos noticias locales de ejemplo:

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  • Muertes masivas de delfines en un lago amazónico que alcanzó los 41ºC. Un estudio del Instituto Brasileño de Desarrollo Sostenible Mamirauá descubrió cinco ecosistemas del Amazonas donde el agua superó los 37ºC. En el lago Tefé, se alcanzaron los 41ºC hasta 2 metros de profundidad, acabando con la vida acuática.

  • El presidente de EE.UU., fuera del Acuerdo de París, afirmó en la última Asamblea General de la ONU que la crisis climática no existe. El boicot a la lucha contra el calentamiento marcó el arranque de la cumbre de presidentes previa a las reuniones de la COP30. “Fuerzas extremistas fabrican mentiras para defender un modelo que perpetúa la degradación ambiental”, ha dicho el anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva.

Así está Brasil (y el mundo) diez años después de París. “Nuestro planeta bate más de un centenar de récords climáticos cada año, con sequías, incendios, huracanes y heladas nunca antes registradas. Mientras tanto, hay personas que acumulan mayores riquezas que ningún emperador de la historia”, sentencia el investigador del MNCN-CSIC y activista climático Fernando Valladares.

Valladares anticipa que en esta COP30 “cientos de científicos del clima nos harán sentir miedo (por los escenarios climáticos inseguros que estamos transitando). Y miles de representantes indígenas nos harán sentir vergüenza (por la más que discreta acción climática de unas décadas cargadas tan solo de buenos propósitos)”. El ecólogo hace un análisis más profundo en un artículo en The Conversation.

¿Llega muerto el Acuerdo de París a la COP30?

Las dos artífices del Acuerdo de París, Laurence Tubiana (European Climate Foundation) y Christiana Figueres mantienen cierto optimismo. “Está bastante claro que hay un antes y un después de París”, señalaba Tubiana el pasado octubre en un encuentro con medios. Una década después “no hay casi ningún país en el mundo que no disponga de una ley o plan climático. No imaginaba que en diez años avanzaríamos tan rápido”.

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Christiana Figueres se fija en el compromiso que Europa lleva a la COP30. Los ministros de Medio Ambiente de la UE han acordado una reducción de las emisiones del 66,25% al 72,5% para 2035, en comparación con los niveles de 1990. “Una señal clara de que sigue comprometida con el Acuerdo de París. Se trata de un resultado muy reñido, logrado en un contexto político y económico difícil”, con varios estados gobernados por populismos anticlimáticos.

Icono Superación de la temperatura crítica planetaria

No está nada claro que consigamos cerrar el siglo XXI por debajo de los +1,5ºC. Lo cierto es que en los últimos meses, se ha superado en demasiadas ocasiones la temperatura crítica de la Tierra. Pero aún no de manera sostenida y –seguramente– irreversible. Dos condiciones para dar por fracasado al Acuerdo de París en esta materia, para la mayoría de personas que hacen ciencia del clima.

Pep Canadell (CSIRO) es más pesimista en el SMC de España: “El objetivo más importante del París se ha perdido. Y, a menos que se tomen acciones más agresivas en mitigación rápidamente, lo mismo pasará con el objetivo de evitar temperaturas por debajo de los 2ºC”.

Para Valladares, hay un signo de alerta: El calentamiento causado por la reducción de los aerosoles de barcos no desaparece cuando el clima tropical entra en su fase fría de La Niña, como se esperaría. Por lo tanto, la temperatura global no parece querer moverse bajo el nivel de +1,5°C. Dos estudios publicados en Nature Climate Change este año son poco optimistas. Pero Belém mantiene vivo el espíritu de ese objetivo en el horizonte y otro informe de Copernicus da un margen de tres años para mantener la esperanza de no rebasar definitivamente esa temperatura.

  • Pero, en positivo: un informe de Climate Central y el World Weather Attribution estima que hace diez años íbamos camino de cerrar el siglo 4ºC por encima de la era preindustrial, haciendo la Tierra invivible en muchas regiones. Una década después, los compromisos climáticos han recortado esta cifra a los +2,6ºC para el arranque del siglo XXII, no tan lejos del objetivo de los +2ºC.
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Icono Amenaza fósil

Aunque tarde y con limitaciones, las últimas cumbres del clima han puesto sobre la mesa un abandono de los combustibles fósiles, cuya quema es responsable del actual calentamiento global. En las conclusiones del Consejo Europeo para Belém se subraya ”la eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles y la descarbonización industrial”. Por tanto una clave de negociación será concretar hojas de ruta.

  • ¿Qué dice el sector privado? Según María Mendiluce, de We Mean Business Coalition, “las empresas se han unido para respaldar la transición hacia la energía limpia, y el 97% apoya el abandono de los combustibles fósiles”. Reclama que “lo que necesitan ahora es certeza y coherencia en las políticas” para seguir invirtiendo.

En las COP28 y COP29 no hubo avances concretos en la transición justa para dejar atrás los combustibles fósiles, triplicar el despliegue de energías renovables y duplicar la eficiencia energética. La estabilidad regulatoria será una de las demandas más claras del sector privado en Belém, cree Mendiluce.

Icono Falta de financiación

Sería injusto decir que no se ha hecho nada en materia de financiación de la transición justa, mitigación y adaptación al cambio climático. En la COP29 se acordó un nuevo objetivo de financiación climática internacional (NCQG) ¿Tarde? Sí. Es un hecho. Las catástrofes por el clima extremo ya están aquí y los países más pobres se llevan la peor parte. Pero se acordó triplicar los fondos que los países más ricos destinan al resto para que financien su acción climática para 2035.

Las investigadoras del Real Instituto Elcano Lara Lázaro Touza y Andrea Briones señalan que esta COP30 se publicará la Hoja de Ruta de Bakú a Belém. En ella se amplía la financiación climática hasta los 1,3 billones de dólares para 2035 (en subvenciones, préstamos e inversiones públicas y privadas). Se esperan avances en gravámenes al transporte aéreo y marítimo.

Los países del Sur Global reclaman más mecanismos automáticos y accesibles, con menos carga burocrática, y un reconocimiento explícito de la “deuda climática” histórica de los grandes emisores.

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El siempre pendiente 'artículo 6'

El artículo 6 del Acuerdo de París dicta que se ha de crear un mercado para comprar o vender el derecho a contaminar (a emitir CO2, realmente). Por ejemplo, un estado que haya bajado o neutralizado mucho sus emisiones de carbono dejará margen para que otro –que no está en condiciones de hacerlo– no recorte tanto las suyas, vendiéndole sus derechos. Al menos, esa es la teoría.

Para varias organizaciones ecologistas, de facto se apuntala la industria fósil. Pero el año pasado, la presidencia azerbaiyana de la COP29 estimó que permitirá movilizar 250.000 millones para la descarbonización.

Icono Ausencia de EE.UU.

Formalmente, EE.UU. sigue dentro del Acuerdo de París y sus propuestas para esta COP30 son una herencia de Biden. En enero de 2026 se formalizará, por segunda vez, su salida. Como esto no es nuevo, hay un cierto optimismo entre los analistas climáticos. El impacto será limitado. Desde Carbon Brief, el analista y reportero Josh Gabbatiss reconoce que la ausencia de compromiso estadounidense va a ser “una excusa para los países del Golfo de cara a no dar pasos”. Pero “no necesitamos el permiso de EE.UU. para seguir. Los países presentan sus planes. Sigue creciendo la ambición, despacio, pero crece”.

Por otro lado, Hazel Healy (DeSmog UK) cree que en esta cumbre veremos en acción a miles de lobistas contra la acción climática. La organización Kick Big Polluters Out contabiliza más de 5.300, destacando las seis de grandes petroleras del mundo. “Está bien que den la cara. En las COP se evidencian las tácticas de los lobistas, todas las posturas y voces”.

Desde luego, Trump ha sido claro al respecto al petróleo y gas: “Drill, baby, drill” (perfora, 'bebé').

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