No hay precedentes de un pico de desinformación tan elevado como el que llegó a raíz de la pandemia de la COVID-19.
En un año y medio se han hecho más de 9.000 verificaciones en todo el mundo solo relacionadas con este virus. Así lo contabiliza la Red Internacional de Fact Checking (IFCN).
Una desinformación nunca antes vista
Se trata de una desinformación marcada por una serie de factores especiales que son los que hicieron, a su vez, que se expandiera a nivel mundial y con tanta rapidez, tal y como explicó Cristina Tardáguila, fundadora de la Agencia Lupa y exdirectora asociada de la IFCN, a El Objetivo (laSexta):
- La propia pandemia: al ser un virus mundial, las mentiras sobre ello también lo son.
- La falta de datos: sobre todo al inicio, lo que favoreció que la desinformación se hiciera hueco.
- Conexión: las redes sociales y las nuevas tecnologías permiten que la ciudadanía esté conectada desde todas las partes del mundo, algo que facilitó su difusión.
- Las buenas intenciones: muchos bulos, relacionados con la salud, se hacían virales porque muchas personas los pasaban a sus seres queridos al pensar que podrían ayudar en algo.
Desinformación: un problema para el país y para la democracia en general
Más de un año después con esta desinformación presente, difundida a diario y con mensajes falsos que se han hecho virales a lo largo del todo mundo, la preocupación por los bulos sobrepasa el 80% en España.
Una amplia mayoría considera que es un problema para el país, el 85%, que es 10 puntos más que la media europea. Solo tres países tienen porcentajes más altos: Grecia, República Checa y Croacia.
Pero la preocupación no solo se queda a nivel nacional, un 86% lo extiende a la democracia en general.
Son datos que ha recogido el último Eurobarómetro publicado en mayo. Se trata de un informe bianual que muestra la opinión pública de los países de la UE sobre diversos temas y uno de los que destaca es cómo ve la ciudadanía las ‘fake news’.
Más de un año con bulos sobre COVID-19: de dónde vienen
Que los bulos no son casos aislados lo refleja también este otro dato: el 83% de los españoles asegura que se encuentra a menudo con información falsa o que tergiversa la realidad.
España es uno de los siete países de toda la Unión Europea que supera el umbral del 80%.
Las cifras que aporta la encuesta del Instituto Reuters, publicada en mayo, dejan una conclusión clara: viene, sobre todo, de los políticos. Así lo dice la mayoría de encuestados en seis de los ocho países que han analizado, entre ellos España, cuando les preguntan acerca de la fuente de la que sale la información falsa o engañosa sobre la pandemia.
Nuestro país tiene, de hecho, el cuarto porcentaje más alto de encuestados que concentran su preocupación en la política. Un 39% dice que la desinformación viene de ahí. Por encima están Brasil (41%), Argentina (43%) y Corea del Sur (48%).
Solo hay dos países que no han apuntado a la política en esta pregunta (aunque sí es su segunda opción): Japón, donde la mayoría cree que los bulos salen de organizaciones de noticias, y Reino Unido, que señala de forma mayoritaria a ‘gente que no conozco’.
De media, hasta el 35% de los encuestados de los ocho países ve que la gran parte de la desinformación que le llega a la ciudadanía viene de la política.
El papel de las redes sociales también tiene un lugar destacado en este apartado, porque, de media, es la segunda opción sobre la que más alertan los encuestados. Un 30% reconoce que ha visto mucha información falsa y engañosa en sitios como Facebook, Instagram y Twitter.
En menor medida, pero también, en aplicaciones de mensajería como WhatsApp y en canales de video como YouTube. Algo que concuerda con el hecho de que las redes sociales sean la última opción para informarse con confianza sobre las vacunas contra la COVID-19, tal y como apunta la encuesta del Instituto Reuters.
La confianza en los profesionales de la salud, en los niveles más altos
El dato positivo está en la confianza que generan en la ciudadanía los profesionales de la salud. España tiene uno de los niveles más altos de certidumbre en el personal de la medicina, enfermería y farmacéutica cuando se trata de buscar información sobre la vacuna contra la COVID-19.
Tres de cada cuatro españoles, según refleja el Eurobarómetro, prefiere a expertos/as sanitarios por encima de los gobiernos, los medios de comunicación y las redes sociales.
Es algo que también refleja el estudio del Instituto Reuters: quien genera más confianza en la mayoría de países es el personal de la ciencia, la medicina y la salud.
¿Es fácil detectar los bulos?
La respuesta es ‘sí’ para más de la mitad de las personas que han participado en la encuesta europea. Un 57% asegura que es capaz de identificar de manera fácil la desinformación.
Hay herramientas que pueden ayudar a la ciudadanía a frenar la desinformación, en este artículo se explican ocho claves para detectar bulos y evitar que se hagan virales.