No hay un “cronograma de cepas” diseñado por la OMS o la Fundación Gates

Cronograma de cepas hasta 2023
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A través de redes sociales ha comenzado a circular un supuesto “cronograma de cepas” del coronavirus. Se trata de una imagen que muestra el nombre de algunas de las variantes del SARS-CoV-2 que se han registrado hasta ahora y que no han sido por el momento catalogadas como cepas. En la imagen también se habla de otras presuntas cepas que aún no han sido descritas, cada una vinculada a una letra del alfabeto griego y todas ellas con su supuesta fecha de “lanzamiento” o descubrimiento. 

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Según esta imagen, la primera cepa del coronavirus es la “delta”, la cual se habría “lanzado” en junio de 2021. Pero el origen de esta variante data de octubre de 2020. También se incluyen más fechas falsas de la supuesta aparición de otras variantes del SARS-CoV-2 como la épsilon.

En el contenido también aparece el logo de la Fundación Bill & Melinda Gates, el Foro Económico Mundial y la Universidad John Hopkins, y, según distintos textos virales que se han difundido en redes junto la imagen, estos organismos son los que han publicado el supuesto cronograma de aparición de “cepas”. Pero no hay evidencias de que estas organizaciones hayan desarrollado el presunto calendario y, además, las variantes del SARS-CoV-2 surgen de forma natural por mutaciones del virus y no hay evidencias por ahora que las vinculen con un origen artificial. 

Las fechas del “cronograma de cepas” no coinciden con la aparición de las variantes de la COVID-19

Como ya contamos en Newtral.es, al igual que otros virus, el SARS-CoV-2 sufre mutaciones y continuamente se van describiendo variantes de este coronavirus en todo el mundo. Aunque algunas de estas variantes se describieron al principio de la pandemia, la OMS decidió establecer en junio de 2021 nuevos nombres para estas variantes utilizando para su nomenclatura las letras griegas como delta, épsilon o lambda. 

Es, precisamente, en junio de 2021 cuando la imagen viral dice que comienza el “lanzamiento de cepas” del SARS-CoV-2. Pero, a 26 de julio solo, se conocen variantes de este virus y ninguna de ellas se ha descrito como cepa.

Cuando hablamos de cepa, hablamos de un virus que ha sufrido demasiadas mutaciones, hasta el punto de hacerlo irreconocible, algo que aún no ha sido anunciado por la comunidad científica respecto al virus que causa la COVID-19. Por ejemplo, el coronavirus asociado con el síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV) tiene, actualmente, dos cepas: la que provoca la enfermedad conocida como SARS o SRAG, identificado como SARS-CoV o SARS-CoV-1; y la que provoca la COVID-19 y que ha desencadenado la actual pandemia: el SARS-CoV-2.

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La variante de un virus es genéticamente diferente (en parte) al original, pero no induce a un comportamiento particularmente diferenciado. Además, las defensas de nuestro organismo, caso de entrar en él, aún podrían reconocerlo, si están entrenadas –naturalmente, tras una infección pasada; o artificialmente, con una vacuna.

De hecho, hasta el momento, las autoridades sanitarias señalan que, según los primeros indicios, las vacunas autorizadas contra la COVID-19 protegen contra todas las variantes en circulación, a pesar de la reducción en la efectividad con algunas variantes. Se sigue estudiando sobre ello.

No hay pruebas de que la OMS, Bill Gates o el Foro Económico Mundial hayan creado el virus

Como ya hemos indicado, el bulo incluye los logotipos de la OMS, Bill Gates, la Universidad John Hopkins y el Foro Económico Mundial junto al cronograma. Es uno de los principales reclamos de los negacionistas de la pandemia: dejar entrever un posible origen “artificial” del SARS-CoV-2 imputando a dichas organizaciones, a las que acusan de querer crear un “nuevo orden mundial”, su creación.

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Sin embargo, se trata de una acusación sin pruebas. Aún no se ha encontrado un origen concreto del virus (aunque se han estudiado varias posibilidades), pero hay numerosos estudios e investigadores que indican que el virus nació “en la vida silvestre”. Por el momento no se descarta ninguna hipótesis, pero las evidencias apuntan a un posible salto de un animal a humanos (zoonosis) a partir de un virus ancestral de murciélago.

[La mina de murciélagos que ha avivado la ‘teoría del escape del laboratorio’ como origen del coronavirus]

¿Qué sabemos de la aparición de variantes?

Según el bulo, las cepas del coronavirus aparecerían entre el año 2021 y el 2023. En concreto, se dice que la cepa delta está calendarizada para junio de 2021 algo que, como ya hemos aclarado, no es cierto. 

También se asegura en el contenido que la aparición de la “cepa épsilon” está programada en julio de 2021. Pero a día 26 de julio, la OMS no reconoce la existencia de una cepa con ese nombre. Sí que existe una variante épsilon, pero fue detectada por primera vez en California en enero de 2021.

En la imagen viral también se dice que aparecerán las “cepas” zeta, eta, theta, iota, kappa o lambda entre agosto de 2021 y enero de 2022, pero estos nombres se corresponden con variantes que ya circulan entre la población. 

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La última en aparecer, según los casos documentados, habría sido la theta —ahora llamada únicamente P.3— apareciendo en Filipinas en enero de 2021.

Las primeras variantes fueron descritas en mayo de 2020

La primera variante de la que la organización tiene registros es la que ha pasado a denominarse como beta (B.1.351). Sin embargo, esta habría aparecido en Sudáfrica en mayo de 2020 y pasó a denominarse como variante el 18 de diciembre de dicho año, junto a la que se conocía como variante británica (que apareció en Reino Unido en septiembre de 2020), ahora llamada alfa (B.1.1.7).

Ambas variantes ni siquiera aparecen nombradas en el falso cronograma de cepas. Tampoco la gamma (P.1), la tercera en designarse como (en enero de 2021) y cuya aparición parece remontarse a noviembre de 2020 en Brasil.

Como ya contamos, la OMS clasifica a las variantes como “de preocupación” o “de interés”. Además, examina aquellas que pueden implicar un riesgo futuro, pero cuya evidencia en el impacto epidemiológico no está clara. Este grupo no se rige por nomenclaturas griegas sino por el sistema de numeración de linajes de la Asignación Filogenética de Brotes Globales Nombrados (PANGO), por lo que épsilon ahora se denomina B.1.429.

[De la lambda a la épsilon: las nuevas variantes del coronavirus registradas en España]

Fuentes

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