No, no hay evidencias de que la vacuna anticovid de Pfizer provoque “infertilidad indefinida”

Imagen de una campaña de vacunación | EFE/ Cati Cladera
Tiempo de lectura: 9 min

Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de Whatsapp (+34 627 28 08 15) por un texto en el que se afirma que un “ex ejecutivo de Pfizer pide a la Unión Europea (UE) que suspenda la distribución de la vacuna que se aplicará en España por provocar infertilidad indefinida y otros problemas de salud”.

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“El exvicepresidente y director científico de Pfizer, Michael Yeadon, y el especialista en neumología y parlamentario alemán, Wolfgang Wodarg, presentaron una solicitud urgente ante la Agencia Europea del Medicamento (EMA) pidiendo la suspensión inmediata de todos los estudios de la vacuna contra el SARS-CoV-2, en particular la desarrollada por Pfizer”, se dice en el contenido, publicado originalmente en un blog el pasado 7 de diciembre y difundido por redes sociales.

Pero el texto contiene afirmaciones falsas. Aún no se ha comenzado la distribución de la vacuna en la UE, porque la EMA no ha autorizado su uso en personas fuera de los ensayos clínicos. Además, no hay ninguna evidencia de que la vacuna de Pfizer y BioNtech cause “infertilidad indefinida”. Yeadon tampoco fue exvicepresiente de Pfizer, como se afirma en el contenido. Te lo explicamos todo a continuación.

¿Quiénes son Michael Yeadon y Wolfgang Wodarg?

En el texto que hemos recibido se dice que Michael Yeadon es el “exvicepresidente y director científico de Pfizer”. No obstante, en una entrevista publicada en la prestigiosa revista científica Nature se indica que Yeadon, bioquímico inglés, fue el jefe del departamento de biología respiratoria en Pfizer y no el vicepresidente de la farmacéutica.

Desde Pfizer confirman a Newtral.es que Yeadon “fue empleado de la empresa”. Al revisar los informes anuales de la farmacéutica publicados en el 2010, 2009 y 2008, vemos que Yeadon no aparece en el equipo de “líderes” ejecutivos ni tampoco como el vicepresidente de Pfizer.

En un perfil de Twitter con más de 70.000 seguidores que, supuestamente, pertenece a Yeadon también se indica que fue vicepresidente del departamento respiratorio de Pfizer hasta 2011, por lo que no ha estado involucrado en el desarrollo de la vacuna contra la COVID-19. Aunque esta cuenta no está verificada, lo que confirmaría que pertenece al científico, sabemos que Yeadon utiliza esta plataforma para responder a otros usuarios de Twitter a través de vídeos que se graba a él mismo.

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Además de a Yeadon, en el texto también se hace referencia a Wolfgang Wodarg que, según hemos podido comprobar, es un médico y parlamentario alemán. Verificadores independientes alemanes como el medio Correctiv, miembro de la IFCN- red internacional de fact-checking (International Factchecking Network), han desmentido o aclarado anteriormente afirmaciones de Wodarg sobre la pandemia.

El pasado 1 de diciembre Yeadon y Wodarg enviaron a la EMA un documento en el que pedían a la agencia europea que “mantuviese la vacuna de Pfizer en la tercera fase de los ensayos clínicos hasta que el diseño del estudio se modifique” para que los casos de infección por COVID-19 tenidos en cuenta en los ensayos sean confirmados por otros métodos, además de la PCR.  A través de Twitter, Yeadon confirmó que había decidido unirse a Wodarg “para pedir a la EMA que no apruebe esta vacuna en fase de desarrollo”.

En el documento se pone en duda la fiabilidad de los test PCR. Estas pruebas de diagnóstico de la COVID-19 permiten detectar un fragmento del material genético de un patógeno. En el caso del coronavirus, es una molécula de ARN. Es decir, el resultado será positivo si la prueba detecta ARN del virus tras el análisis en un laboratorio de microbiología de una muestra respiratoria. Esto indica que esa persona está infectada por el virus.

Según el biólogo molecular Carlos del Fresno del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, experto en la técnica PCR, estos test son “la técnica de referencia” para detectar el SARS-CoV-2 y la “más fiable” hasta el momento.

No hay evidencias científicas de que la vacuna de Pfizer cause infertilidad en las mujeres

El texto que estamos verificando se basa en el documento de los dos científicos, enviado a la EMA, para afirmar que Yeadon ha pedido “a la UE que suspenda la distribución de la vacuna que se aplicará en España por provocar ‘infertilidad indefinida’ y otros problemas de salud”. Pero no, la petición de Yeadon a la EMA no dice que la vacuna de Pfizer cause “infertilidad indefinida”.

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En realidad, en la petición se habla de la sincitina-1, una proteína que contribuye en el proceso de formación de la placenta, y se dice que la vacuna experimental de Pfizer podría generar anticuerpos contra esta proteína, lo que afectaría a la fertilidad de la persona. 

“No hay ninguna indicación de que los anticuerpos [que produce la vacuna experimental en el organismo] contra las proteínas punzantes del virus actúen también como anticuerpos contra la sincitina-1. Sin embargo, si así fuera, se evitaría la formación de una placenta, lo que daría lugar a que las mujeres vacunadas se volvieran infértiles», se dice en el documento.

Es decir, el informe “sugiere alguna similitud genética del virus SARS-CoV-2 con la sincitina-1. De ser así, la vacuna podría generar también anticuerpos de reacción cruzada contra la sincitina-1. Si esto ocurriera, la fertilidad de las mujeres en edad fértil podría verse comprometida”, explica a Newtral.es el investigador de la Universidad de Sheffield (Reino Unido) Harry Moore, autor de investigaciones sobre esta proteína, quien considera que esa reacción, que Yeadon y Wodarg plantean como un posible efecto secundario de las vacunas, “no está probada”.

El profesor de la Universidad Miguel Hernández y miembro del Grupo de Difusión de la Sociedad Española de Microbiología, Manuel Sánchez, destaca que “no hay ninguna evidencia científica de que la vacuna de Pfizer cause infertilidad en las mujeres”. Además, el experto aclara que lo que dice el documento de Yeadon “no tiene ningún sentido” ya que la proteína en punta del SARS-CoV-2 “no tiene ninguna homología importante con las sincitinas”.

La vacuna de Pfizer fue aprobada en Reino Unido el pasado 2 de diciembre. En un informe elaborado por el Gobierno británico para los profesionales sanitarios se indica que, “en el caso de las mujeres en edad fértil, se debe aconsejar que se evite el embarazo durante al menos 2 meses después de su segunda dosis” de la vacuna y que «se desconoce» si tiene impacto en la fertilidad. Pero, hasta la fecha, desde la propia Pfizer han aclarado a medios que “no hay datos que indiquen que la candidata a la vacuna de Pfizer y BioNTech cause infertilidad”.

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Mientras que la infertilidad es la incapacidad para producir un hijo vivo, la esterilidad es la incapacidad, tanto por parte del varón como de la mujer, para concebirlo. En Newtral.es ya explicamos que no hay evidencias científicas hasta la fecha de que las vacunas experimentales contra la COVID-19 causen esterilidad, como se afirma en algunos mensajes que circulan por redes sociales. 

Benito Fraile, catedrático de Biología Celular del Departamento de Biomedicina y Biotecnología de la Universidad de Alcalá de Henares, explica a Newtral.es que la supuesta esterilidad causada por las vacunas experimentales de la COVID-19 “no tiene ninguna base científica”.

La seguridad de la vacuna, garantizada en los ensayos clínicos

Antes de su aprobación, todas las vacunas tienen que superar numerosos controles y pruebas, dentro de los ensayos preclínicos y clínicos, que garantizan su seguridad y eficacia, según explica la Agencia Española del Medicamento (AEMPS). En la tercera fase de ensayos clínicos, la vacuna se administra a miles de personas y se realiza un seguimiento estrecho de cualquier síntoma con la finalidad de detectar cualquier posible efecto adverso.

En el texto que estamos verificando se dice que Yeadon ha pedido a la UE que suspenda la distribución de la vacuna por provocar “infertilidad indefinida y otros problemas de salud”. Pero atendiendo a los resultados de los ensayos clínicos en humanos de la vacuna de Pfizer, publicados el pasado 18 de noviembre en un comunicado, hasta la fecha, “el Comité de Supervisión de Datos del estudio no ha informado de ningún problema grave de seguridad relacionado con la vacuna”.

Según su análisis, la vacuna fue “bien tolerada” y la mayoría de los efectos adversos registrados se resolvieron poco después de la vacunación. De los más de 44.000 participantes, “los únicos eventos adversos de grado tres (graves) registrados con una frecuencia cercana al 2%, después de la primera o de la segunda dosis, fueron fatiga al 3,8% y dolor de cabeza al 2%”, señala la farmacéutica.

Esta semana el panel de expertos de la la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha confirmado también la seguridad y eficacia de la vacuna experimental de la COVID-19 de Pfizer y BioNTech  y ha recomendado la autorización de la vacuna en Estados Unidos ya que el tratamiento cumple “con los criterios de éxito prescritos” en un estudio clínico. Estados Unidos se une así a Reino Unido, donde se ha comenzado la campaña de inmunización masiva de la población esta misma semana.

Fuentes:

  • Entrevista a Harry Moore, investigador de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), experto en la proteína sincitina-1.
  • Entrevista al profesor de la Universidad Miguel Hernández y miembro del Grupo de Difusión de la Sociedad Española de Microbiología, Manuel Sánchez

1 Comentarios

  • Mí pregunta es bien sencilla:
    ¿Creen ustedes que es lo más ético usar una vacuna con millones de personas todavía en fase experimental?
    Yo desde mí más sincera opinión creo que no.Que están jugando una vez más a ser Dios por el simple hecho de tener la patente de la vacuna y además de ganarse la gloria.Ganarse también un buen puñado de Dólares.
    Ésto me suena muy parecido a la lucha por llegar a la Luna.Que finalmente fué una acción muy dudosa y poco fiable.
    Y si en un momento dado fuese posible haber dado con la fórmula contra el Covid-19.Me gustaría saber:¿Cuál será el coste de ella o por el contrario como manda la ética y moral.Además de una de las leyes de los Derechos Humanos.Será financiada por los Gobiernos y por tanto completamente gratuita con acceso a todas las personas sin importar su estatus social ni económico?
    Gracias un cordial saludo