En los últimos días se ha viralizado en las redes sociales una imagen de Nikola Tesla asociada a unas frases en las que se asegura que se puede “manipular” a la humanidad si se altera la frecuencia de determinadas ondas cerebrales. Esta composición se comparte en Facebook como apoyo al post que la acompaña, en el que se advierte que la tecnología 5G “está operando a 3,5 GHz, es decir; 3.500.000.000 de hercios”. Es falso que el científico de origen croata hiciese tales declaraciones, es incorrecto lo que dicen las mismas, y no es cierto que millones de hercios sean más perjudiciales para la salud que menos.
La frase con la imagen del inventor es la siguiente: “Las ondas alfa en el cerebro humano tienen entre 6 y 8 hercios. La frecuencia de onda de la cavidad humana resuena entre 6 y 8 hercios. Todos los sistemas biológicos operan en el mismo rango de frecuencia. Las ondas alfa del cerebro humano funcionan en este rango y la resonancia eléctrica de la tierra está entre 6 y 8 hercios. Por lo tanto, todo nuestro sistema biológico, el cerebro y la tierra misma, funcionan en las mismas frecuencias. Si alteras la frecuencia de las ondas alfa, manipularás a toda la humanidad”.
Tesla no lo dijo
Lo primero que hemos hecho ha sido ponernos en contacto con el Museo Tesla de Belgrado. Branimir Jovanovic, su subdirector, nos ha dicho que la cita “no es original” y que “probablemente sale de alguien talentoso para escribir novelas”.
Este centro defiende en su web que “bajo cualquier criterio” es “el único museo que conserva el legado original y personal de Nikola Tesla”. Entre sus fondos cuenta “con más de 160.000 documentos originales, más de 2.000 libros y publicaciones periódicas, más de 1.500 fotografías, instrumentos y dispositivos originales”, entre otras posesiones.
Un texto lleno de falsedades
Según el mensaje de la imagen, las ondas alfa, la frecuencia de onda de la cavidad humana, la resonancia eléctrica de la Tierra y todos los sistemas biológicos del planeta “funcionan en las mismas frecuencias”, que oscilan entre los 6 y los 8 hercios. El texto asegura que, de alterarse esta frecuencia, “manipularás a toda la humanidad”.
Recordemos que el hercio (Hz) es la unidad que se utiliza para medir la frecuencia de un fenómeno regular cuyo periodo es un segundo, como puede ser una onda. Muchas de estas se repiten miles, millones, billones de veces por segundo, lo que nos lleva a utilizar múltiplos del hercio, como los kilohercios (khz = 1.000 Hz), megahercios (MHz = 1.000.000 Hz), gigaherzios (GHz = 1.000.000.000 Hz). Aclarado este punto. Vamos con las frases verificables que acompañan a Tesla.
“Las ondas alfa en el cerebro humano tienen entre 6 y 8 hercios”, dice la primera de ellas. El doctor en Neurociencias y profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha, Alberto Nájera López, afirma que “las ondas cerebrales alfa no se corresponden con las frecuencias indicadas”.
Explica a Newtral.es que estas ondas son “oscilaciones de la actividad eléctrica” del cerebro y reflejo de su actividad, “del ritmo de disparo de las transmisiones eléctricas entre neuronas”. Además, existen varias, a distintas frecuencias y cambian con la actividad del ser humano.
“Existen otras ondas cerebrales, alfa, beta, gamma y theta con frecuencias diferentes, pero éstas no son fijas y cambian con la actividad, el sueño, el descanso… por lo que no es una frecuencia fija”, apunta.
Sobre que “todos los sistemas biológicos operan en el mismo rango de frecuencia”, el también vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) es categórico: “No es verdad, el oído responde a frecuencias de 20 a 20.000 Hz (ondas mecánicas, que necesitan de un medio material para transmitirse, como el sonido) y la retina responde a radiación electromagnética (no necesita un medio material para transmitirse) de frecuencias del orden de los Petaherzios (PHz = 1.000.000.000.000.000 Hz)”.
Sobre que “la resonancia eléctrica de la tierra está entre 6 y 8 hercios”, el profesor emérito del departamento de Física de la Tierra y Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid, Miguel Herraiz Sarachaga, señala que si esta afirmación hace alusión a la resonancia de Shumann que “oscila entre 3 y 100 Hz, con el modo más importante en torno a 7.8 Hz”, el dato de la foto “es correcto”.
3,5 GHz no son dañinos para la salud
La imagen de Tesla, con el mensaje falsamente atribuido al inventor y lleno de errores, es utilizada para dar peso argumental al texto del post: “Telefónica dice haber activado en las capitales de provincia (50 ciudades) la tecnología 5G. Está operando a 3,5 GHz, es decir; 3.500.000.000 de hercios”.
La empresa Telefónica anunció en septiembre que, para finales de 2020, el 75% de la población española tendrá acceso a la tecnología 5G. No es la única. A día de hoy, las compañías están ofreciendo esta conectividad sobre la banda de 3,5 GHz, a la espera de que se abran otras frecuencias. Además, como ya explicamos, el 5G no es dañino para la salud.
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Con una frecuencia de ondas cerebrales entre 6 y 8 hercios, el mensaje puede llevar a pensar que la empresa podría disponer de 3.500.000.000 de hercios para controlar a millones de personas. Sin embargo, parte de una premisa errónea: que los hercios son una parte divisible de una unidad mayor, como pueden ser los kHz o los GHz, e insinúa que radiaciones de diferentes frecuencias, por tanto, de características diferentes, podrían interferir entre sí.
“Los hercios miden lo mismo, frecuencia, pero que tenga más o menos hercios no significa que esta cantidad incluya a las demás, sino que se transmite y se recibe a esa frecuencia con propiedades diferentes entre unas y otras, desde la radio FM a la radiación gamma, pasando por la luz visible, los ultravioletas o la radiación infrarroja”, explica Nájera.
José Manuel Riera, catedrático de la Escuela de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid, comenta a Newtral.es que “las frecuencias de las ondas de radio, de todas, son mucho más altas, millones o miles de millones de Hz, típicamente”, pero que eso “no quiere decir que sean más peligrosas”.
“De hecho los límites de exposición son algo más altos en frecuencias como la de 3,5 GHz, en comparación con las frecuencias de 900 MHz donde empezaron los móviles o las de 470-700 MHz que tiene la televisión. En definitiva, las frecuencias más altas, en este rango, nos afectan menos, dentro de los márgenes en que nos movemos en comunicaciones móviles”, añade.
“Mezclar frecuencias cerebrales con frecuencias de radio no tiene ningún sentido. Son fenómenos físicos completamente diferentes”, concluye.
Resumen
A la vista de lo expuesto por los expertos consultados, el texto del post se basa en una premisa errónea sobre la medición de los hercios. Sobre el mensaje que acompaña a la imagen de Nikola Tesla: es falso que este dijese tal cosa como nos confirmaron desde el Museo Tesla de Belgrado; segundo, el mensaje está lleno de falsedades y errores. Por lo tanto, a excepción de la foto, tanto el post como las frases que acompañan a la imagen son falsas.
