Desde el 5 de febrero de 2022 se difunde un contenido que asegura que se ha celebrado un “segundo juicio de Núremberg”. Es falso, se trata de un acto simulado sin validez legal.
Con el inicio de la pandemia y los confinamientos, los negacionistas comenzaron a hacer circular que “un equipo con más de 1.000 abogados y más de 10.000 expertos médicos”, encabezados por el abogado negacionista Reiner Fuellmich, habrían presentado una denuncia contra organizaciones como la OMS, los CDC o el Foro de Davos “por haber cometido crímenes de lesa humanidad” durante su gestión de la misma. Una situación que los negacionistas han calificado como un “nuevo juicio de Núremberg”. Según afirman diversos mensajes virales en los últimos días, dicho “juicio” comenzará el 3 de julio de 2021.
Sin embargo, es falso que estas entidades hayan cometido un crimen de esa magnitud o que dicho juicio vaya a celebrarse el 3 de julio. No existe ningún registro, noticia o comunicación oficial en la que se informe de un supuesto juicio de esta magnitud. Tampoco figura entre los casos pendientes de resolver por la Corte Internacional de Justicia, encargada de juzgar este tipo de crímenes.
Ni siquiera en la propia web de Fuellmich se anuncia el supuesto comienzo de dicho juicio. Solo se menciona la intención de presentar demandas en diferentes países “en breve”, aunque sin brindar precisiones sobre fechas o tribunales implicados.
Fuellmich ya había negado en el pasado haber presentado una demanda ante la Corte Suprema de Canadá contra políticos, empresarios y otras personalidades como el Papa Francisco por adoptar medidas contra el coronavirus que han causado “daños” a la población Nunca presentó dicha demanda, como ya contamos en Newtral.es.
¿Cuál es el objetivo de este presunto “nuevo juicio de Núremberg” contra la OMS?
El abogado alemán compara su presunta demanda contra la OMS con los juicios de Núremberg, asegurando que lo que está sucediendo es “el mayor crimen de lesa humanidad que se haya cometido jamás; mayor que lo ocurrido durante las dos guerras mundiales”.
Fuellmich lleva desde 2020 tratando de sacar adelante una Demanda de indemnización colectiva por daños y perjuicios relacionados con el coronavirus dirigida contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), principalmente por la recomendación a los Estados de la utilización de pruebas PCR, y que el abogado considera un fraude, a pesar de su efectividad demostrada. Para sumarse a dicha demanda es necesario pagar a Fuellmich una “tarifa plana” de 800 euros más IVA, tal y como figura en su web.
En algunas publicaciones en redes sociales se asegura que Fuellmich ha logrado presentar cargos y que la OMS se encuentra a la espera de juicio. Algunos bulos hasta ponen fecha a ese “nuevo juicio de Núremberg”, como lo hacen llamar, pero no hay ninguna vista en el horizonte.
Tal y como se hace eco el verificador del IFCNAFP Factual, en sus declaraciones el abogado solo expone su deseo de llevar a cabo esta demanda en un futuro.
¿Qué fueron los Juicios de Núremberg?
En 1942, y tras reconocer oficialmente el exterminio masivo de judíos en Europa, el bando aliado decidió que, llegado el momento, juzgarían los crímenes nazis. Tras la Segunda Guerra Mundial, crearon un Tribunal Militar Internacional y llevaron a juicio a algunos de los responsables nazis que habían sido capturados por los aliados. Los juicios se celebraron en la ciudad de Núremberg, en Alemania.
Posteriormente, a finales de 1946, un tribunal militar estadounidense comenzó un proceso penal contra 23 médicos alemanes por su participación voluntaria en crímenes de guerra y contra la humanidad.
Además de juzgarles por practicar matanzas sistemáticas de “aquellos a quienes consideraban “no merecedores de la vida”, el tribunal buscaba condenar a aquellos que habían realizado experimentos médicos pseudocientíficos con los prisioneros de los campos de concentración sin su consentimiento. Como resultado, señalan desde la Enciclopedia del Holocausto, la mayoría murieron o quedaron discapacitados de forma permanente.
El Código de Núremberg: El primer tratado ético en regular la experimentación en seres humanos
Para evitar que atrocidades así se volvieran a cometer el 19 de agosto de 1947 se publicó el primer código internacional de ética para la investigación con seres humanos, el Código de Núremberg. Este código establece que el consentimiento voluntario del sujeto es “absolutamente esencial”.
El Código también señala que los experimentos deben realizarse con el fin de obtener resultados para el bien de la sociedad y que no se puedan lograr de otra manera. Además, deben basarse en los resultados obtenidos de la experimentación previa en animales y evitar todo daño innecesario físico o mental.
El sujeto, además, debe tener total libertad para finalizar el experimento si así lo desea. Además, el tratado señala que este no debe realizarse si hay una razón para suponer que pueda ocurrir la muerte o una lesión irreparable.
El Código de Núremberg no ha sido adoptado formalmente como una norma legal por ningún Estado ni por ninguna asociación médica, pero ha sido el precursor de otros códigos específicos como la Declaración de Ginebra o la de Helsinki, el Código Internacional de Ética Médica o la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO.
La OMS no ha cometido crímenes de lesa humanidad
Las acusaciones vertidas contra la OMS, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) o el Foro de Davos y otros organismos por Reiner Fuellmich y otros negacionistas van más allá de las pruebas PCR. Algunos de ellos aseguran que se está inoculando un medicamento experimental a la población, en referencia a las vacunas contra la COVID-19, algo rotundamente falso.
Aunque los tiempos de elaboración de los tratamientos contra la COVID-19 han disminuido frente a la urgencia de la crisis sanitaria, las vacunas siguen teniendo que pasar los mismos controles en los que se verifica su seguridad y eficacia.
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Por otro lado, las vacunas que recibe la población no son experimentos clínicos. Cuando se aprueban para su uso, han pasado tres fases de ensayos clínicos (para los que los voluntarios participantes firman un consentimiento informado) y han sido aprobadas por las autoridades competentes. Estas pruebas se hacen en humanos, pero saben a qué se enfrentan y su salud es monitoreada, por lo que es falso que las campañas de vacunación incumplan el Código de Núremberg o cualquier otro código ético adoptado por la comunidad médica internacional.
El presidente de la Sociedad Española de Historia de la Medicina (SEHM), Ricardo Campos explicó a Newtral.es en agosto de 2020 que lo que hacen los negacionistas es descontextualizar determinados artículos de estos códigos en lugar de situar en toda su complejidad “los problemas bioéticos que puede plantear la vacunación masiva y, en su caso obligatoria, frente a la COVID-19”.