Las asambleas ciudadanas: personas elegidas al azar buscan soluciones contra problemas concretos

que son las asambleas ciudadanas
Foto: ShutterStock
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Las asambleas ciudadanas son herramientas de participación democrática que reúnen por sorteo a un grupo de personas al azar para llegar a conclusiones comunes en asuntos de gran relevancia. Es la fórmula empleada en Suecia, Francia, Reino Unido o Escocia para buscar soluciones contra la crisis climática y la que se está llevando a cabo por primera vez en España.

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La primera asamblea ciudadana sobre el calentamiento global que se celebra a nivel nacional arrancó en noviembre de 2021 y concluirá esta primavera con las recomendaciones y propuestas que un centenar de ciudadanos seleccionados de forma aleatoria se encuentran discutiendo para presentar ante el Congreso de los Diputados.

El objetivo de la asamblea ciudadana es “reforzar los mecanismos de participación ya existentes y establecer un debate social y responsable para debatir sobre cuáles deben ser las soluciones a las grandes transformaciones que son necesarias acometer para alcanzar la neutralidad climática antes del año 2050 y para hacer un país más resiliente a los impactos del cambio climático”, según explicó la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Sin embargo, expertos y activistas denuncian que la puesta en marcha de la asamblea llega con la ley contra el cambio climático ya aprobada, por lo que las posibilidades para promover cambios son reducidas. Además, piden dar fuerza legal a las conclusiones que salgan de los debates ya que el destino de estas ideas no será vinculante. 

¿Qué son las asambleas ciudadanas? Te lo explicamos.

Las asambleas ciudadanas como instrumento de participación política

Las asambleas son herramientas que organizan a grupos de ciudadanos (en las que se han organizado hasta ahora han participado entre 50 y 250) elegidos por sorteo para formar una muestra descriptiva de la población. De esta manera, se consigue involucrar a personas de perfiles diversos que no suelen participar en la toma de decisiones públicas, lo que en sociología se conoce como “ciudadanos ordinarios”. 

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Las asambleas ciudadanas son importantes porque permiten plantear la política de otra manera, más allá de la polarización y de los sesgos ideológicos, donde se tiene muy en cuenta la información científica disponible y se plantea un debate mucho más sereno, valorando los riesgos, las alternativas y todas las posibilidades”, describe a Newtral.es Ernesto Ganuza, sociólogo en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC.

“En momentos de incertidumbre como los que vivimos, la reflexión colectiva cobra cada vez más importancia y los gobiernos necesitan canales de conexión con la ciudadanía”, reflexiona Alicia Torrego, directora de la Fundación Conama dedicada al medio ambiente, en conversación con Newtral.es. “Por eso son importantes y lo serán también a escala regional y local”, añade.

De hecho, en España, hasta ahora, habían ocurrido solo a nivel autonómico. En Cantabria, un jurado ciudadano compuesto por 35 personas elegidas por sorteo cívico entre la población de 10 municipios de la cuenca del Besaya trabajó hasta septiembre del año pasado para responder a la cuestión de “cómo aprovechar los fondos europeos en la zona del Besaya para crear y mantener empleos respetando los criterios de una transición ecológica justa e inclusiva”.

También se utiliza esta herramienta democrática para desarrollar proyectos concretos. Así es el caso de la Convención ciudadana para la salud mental, que se celebrará en abril del 2022 para involucrar a los ciudadanos en la toma de decisiones de políticas públicas en torno a una pregunta: “¿Cómo debe abordarse la salud mental, drogodependencias y conductas adictivas en la Comunidad Valenciana?”. En este caso, la convención está formada por 70 valencianos elegidos al azar. 

“Todos los procesos que han finalizado hasta el momento han aportado propuestas de interés para los gobiernos. Además, han sido útiles no solo para los responsables políticos, sino también para superar la desconfianza y la polarización que estamos experimentando en muchos países”, añade Torrego.

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Las propuestas que se generan en las asambleas ciudadanas no son vinculantes

Ninguna asamblea ciudadana en el mundo es vinculante”, afirma Torrego. “Los participantes no son representantes elegidos democráticamente y se generaría una situación compleja. Sin embargo, sus conclusiones sí deberían generar un compromiso fuerte para que los parlamentos las estudien y debatan en profundidad”.

Estas iniciativas siguen el modelo de sorteo cívico: tal y como explica Ganuza, el proceso ocurre en dos fases. En la primera, se invita a participar a una cantidad de personas elegidas por azar (por ejemplo entre los números de teléfono de las guías telefónicas). En una segunda fase, entre las personas que han aceptado, se selecciona una muestra representativa de la comunidad “por perfiles sociodemográficos habituales”.

“Las propuestas obtenidas de una asamblea ciudadana se tramitan como iniciativas legislativas para que sean refrendadas por la población, el carácter vinculante generaría problemas de legitimidad en las decisiones”, indica el sociólogo.

España arranca su primera asamblea ciudadana por el clima 

La ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética compromete al Gobierno a reforzar “los mecanismos de participación ya existentes” y a garantizar “de forma estructurada la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones en materia de cambio climático a través del establecimiento de una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático cuya composición tendrá en cuenta el principio de representación equilibrada entre mujeres y hombres e incluirá la participación de los jóvenes”. 

Dicha asamblea arrancó (con retraso por la pandemia) en formato virtual el 20 noviembre del año pasado y se alargará hasta abril de este año, cuando se compartirán las recomendaciones finales con el Gobierno, el Congreso y el Senado, aunque estas no serán vinculantes. 

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Los 100 ciudadanos elegidos al azar que forman parte de esta asamblea se organizan en grupos de trabajo liderados por un equipo de expertos independientes, encargados de encauzar los debates que se celebrarán en seis sesiones virtuales (una al mes) en torno a una pregunta: “Una España más segura y justa ante el cambio climático, ¿cómo lo hacemos?”.

Los participantes también cuentan con un órgano supervisor formado por miembros del Basque Center for Climate Change (BC3) y la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS) que facilitan la puesta en marcha y el apoyo logístico de la asamblea.

La asamblea climática española pasa desapercibida

El objetivo del foro es “reforzar las vías de diálogo y participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones en materia de cambio climático y establecer un debate social sobre la búsqueda de soluciones a la crisis climática dando voz a la ciudadanía”, explican desde el Ministerio de Transición Ecológica.

Sin embargo, Extinction Rebellion, uno de los grupos ecologistas que demandaron al Gobierno la celebración de esta asamblea, ha denunciado que la iniciativa “no se ha mediatizado en absoluto, están trabajando ya en la segunda sesión y nadie se ha enterado”, según explican a Newtral.es fuentes del movimiento ecologista. “Para que estos procesos funcionen y para que las conclusiones cumplan su función es necesario que se difundan a toda la sociedad”, reclaman. Además, piden que las líneas de actuación que se propongan ante el Congreso en primavera promuevan un “compromiso político vinculante”. 

Para Gamuza, el problema radica en el diseño de este sistema de democracia ciudadana. “En Francia los ciudadanos decidían qué hacer, en España no pueden porque la asamblea ha comenzado con la ley climática ya aprobada en el Parlamento, es decir, las dimensiones de la asamblea no pueden ser tan ambiciosas como las que han ocurrido en Europa”. 

Además, no está generando un gran debate público. “Las sesiones no se están retransmitiendo al público, a diferencia de lo que ocurre en otros países, solo se puede seguir las comparecencias de los expertos y ellos no generan mucha controversia porque las ideas que defienden son las del Gobierno”, critica el experto del CSIC. “Nadie se ha enterado de que está ocurriendo una asamblea ciudadana por el clima, no se escucha en la radio, no se lee en la prensa, no existe”, afea Gamuza.

Las asambleas ciudadanas climáticas que han inspirado a la española 

“El texto aprobado es fruto del análisis de experiencias y lecciones aprendidas de otras asambleas de países de nuestro entorno acorde al contexto nacional y de un proceso de audiencia e información pública, que ha permitido integrar mejoras en los últimos meses”, explican desde la cartera que dirige Ribera. 

En los últimos dos años, otros países han lanzado sus asambleas ciudadanas nacionales en torno a cómo hacer frente a la emergencia climática, entre ellos Francia, Reino Unido, Irlanda, Alemania o Escocia. Esta última ha sido la primera 100% virtual debido a la situación generada por la pandemia. 

Según un informe de la Fundación Conama, a lo largo de 2019 se completaron 38 procesos de deliberación ciudadana en el mundo y 26 estaban en marcha. De estos, al menos 13 abordaron la crisis climática. 

Fuentes

5 Comentarios

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  • Como miembro Asambleario por el Clima en España, en el procesó deliberativo realizado del que se han generado 172 propuestas en la diferentes áreas de vida que atañen al ser humano y el medioambiente. Que una vez presentadas a Gobierno, Congreso, Senado y pendiente de presentar a CC.AA y corporaciones Locales, está en fase de difusión con los escasos medios que aún tiene. Una vez se constituya la Asamblea se abrirá a más ciudadanos y organizaciones análogas nacionales e internacionales, para conseguir entre todos una regeneración plena de la sociedad y el medioambiente.
    Queda invitado todo el mundo a participar en este trabajo colaborativo de la sociedad civil activa.

  • A pesar de las limitaciones reales que tenga, me interesa mucho la herramienta de las asambleas ciudadanas; me gustaría saber si hay mas temas que se prevea someterles y la lista de estos.

  • En España no hay una real democracia. Este tipo de Asambleas ciudadanas son un paripé para hacernos creer que sí hay democracia y que la ciudadanía podemos decidir, pero está claro que no es así