No hay evidencia científica que apoye los supuestos beneficios del agua alcalina

No hay evidencia científica que apoye los supuestos beneficios del agua alcalina
Una persona cogiendo agua del grifo. | Shutterstock.
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Para “equilibrar tu pH”, mejorar el funcionamiento de los riñones, el hígado, los huesos o incluso prevenir y tratar el cáncer. Estos son los supuestos beneficios que miles de publicaciones en redes sociales aseguran que tiene el agua alcalina, muchas de ellas promocionando marcas de este tipo de agua. Sin embargo, estas afirmaciones no tienen evidencia científica. De hecho, puede ser perjudicial si se consume de forma continuada. 

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Gema Fernández Juárez, jefa de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario La Paz, explica a Newtral.es que el agua alcalina a la que se refieren las publicaciones virales “es un agua tratada externamente para conseguir que su pH sea más alto que el del agua corriente, que es de 7”. Muchos de los posts promocionan la maquinaria para hacerla a partir del agua del grifo. Es el caso del aparato para hacer la llamada “agua Kangen” que, a través de una corriente eléctrica, divide el agua en sus partículas de hidrógeno y oxígeno, aumentando los niveles de iones hidrógeno e incrementando así su pH. Pero Fernández insiste: tampoco en este caso hay evidencia científica que corrobore los supuestos beneficios del agua alcalina. 

La ciencia no apoya los supuestos beneficios del agua alcalina

Según la nefróloga, el pH normal del plasma o sangre sano es alrededor de 7,4 (es decir, de 7,35 a 7,45), que es ligeramente alcalino. “Si el pH se desvía fuera de este estrecho margen, pueden surgir consecuencias patológicas”, subraya Fernández. 

Así, el cuerpo lucha continuamente para mantener este rango de pH, que principalmente es una lucha contra el ácido producido durante el metabolismo de los alimentos. “Se sabe que ciertas enfermedades pueden aumentar la producción de ácido, por ejemplo, la cetoacidosis diabética y la acidosis láctica. Por eso, cabría pensar que aportar alcalinidad a través del agua o de otro medio podría prevenir o curar enfermedades al aumentar el pH sanguíneo a niveles saludables, pero no es cierto”, insiste Fernández. 

Por ejemplo, una revisión de estudios publicada en la revista científica Nutrition Journal en 2011 mostró que no hay evidencias de que una dieta alcalina, incluyendo el consumo de agua alcalina, tuviese algún beneficio en proteger los huesos frente a la osteoporosis. Otra revisión de estudios publicada en la revista British Medical Journal en 2015 demostró que este tipo de agua tampoco es eficaz en la prevención o tratamiento del cáncer. “A pesar de la promoción de la dieta alcalina y el agua alcalina por parte de los medios de comunicación y los vendedores de estos productos, no existen investigaciones reales que apoyen su eficacia”, recalcaron las autoras del trabajo. 

Que las dietas alcalinas curen o refuercen tratamientos contra el cáncer es una narrativa falsa antigua. Como ya verificamos en Newtral.es, no hay evidencia que demuestre estas afirmaciones y no pueden sustituir en ningún caso los tratamientos convencionales contra el cáncer, como la quimioterapia o la cirugía. 

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Tampoco es eficaz para tratamientos de acidez estomacal

Fernández afirma que es cierto que, para algunas afecciones médicas, la ingestión de componentes alcalinos como bicarbonato sódico puede ser útil. Es el caso, por ejemplo, de la acidez estomacal, la acidosis metabólica o ciertos tipos de cálculos renales que disminuyen el pH sanguíneo. 

“Sin embargo, en afecciones generales, la ingestión de componentes alcalinos no aporta ningún beneficio médico”, subraya. Además, según la nefróloga, en estos casos en los que sea beneficioso ingerir componentes alcalinos, el agua alcalina no sería eficaz. “Esto se debe a que, a pesar de tener un pH elevado, este tipo de agua tiene muy poca capacidad de resistir los cambios de pH a los que se expone dentro del cuerpo”, afirma. 

La jefa de servicio de Nefrología del Hospital de La Paz también recalca que apenas se conocen los efectos del consumo continuo de este tipo de agua. “Lo que sí se conoce es que la ingestión crónica de otro producto alcalino, el bicarbonato sódico, ha provocado complicaciones potencialmente mortales, como alcalosis metabólica grave, convulsiones, problemas en el riñón y rabdomiólisis, que es la descomposición del tejido muscular”. Por eso, ante la falta de estudios específicos, no recomienda su uso continuo. 

Fuentes
  • Declaraciones a Newtral.es de Gema Fernández Juárez, jefa de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario La Paz
  • Revisión de estudios publicada en la revista científica Nutrition Journal
  • Revisión de estudios publicada en la revista British Medical Journal
  • Estudio publicado en la revista Clinical Medicine Case Reports
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