Pilar y su marido estaban terminando de comer cuando el volcán de La Palma estalló, el 19 de septiembre de 2021. Lo último que vio de su casa, ahora bajo las cenizas, fueron los platos encima de la mesa. Es el recuerdo que tiene del que fue su hogar durante décadas: “Ahí se quedó todo tal y como estaba. Apenas pudimos coger nada. Tuvimos que salir corriendo y ya nunca pudimos volver”, relata a Newtral.es. Su hogar, de primera residencia, es uno de los miles afectados en La Palma por una erupción que estuvo activa durante tres meses.
Ahora, cinco meses después del inicio del desastre, Pilar considera que las administraciones “no han hecho lo suficiente”: “Nuestra esperanza de volver a una vida normal se ha quedado también bajo las cenizas. Lo perdimos todo”, asevera.
Según los datos del Cabildo de La Palma, un total de 1.676 edificaciones se vieron afectadas por el volcán, de las cuales 1.345 (un 80%) eran de uso residencial, como en el caso de Pilar y su familia. En total, hubo 7.000 personas evacuadas y 2.329 las directamente afectadas debido a que su residencia estaba bajo el perímetro del volcán -la mayoría de ellas en Los Llanos-.
Sin solución habitacional
La familia de Pilar no solo perdió su casa sino también su medio de vida tras la erupción del volcán de La Palma: “Mi marido es ganadero y teníamos una quesería. Perdimos 50 cabras calcinadas, las pocas que pudimos salvar están recuperándose porque se vieron afectadas también. La administración nos ha dado una ayuda de emergencia de 20.000 euros, pero con eso solo nos ha dado para tener una cuadrita donde guardar a las cabras que conseguimos salvar. No tenemos ni sala de ordeño, ni quesería… No tenemos logística para volver a empezar”.

El hijo de Pilar, David, cuenta en conversación con Newtral.es que “es muy difícil gestionar tanta incertidumbre”: “La emergencia ya terminó pero las ayudas de emergencia no están llegando a todo el mundo”, señala. Según datos de enero de 2022 de la Oficina de Afectados por el Volcán en La Palma, las autoridades han tramitado 2.112 solicitudes de ayudas de las casi 4.000 que se han anotado en el Registro de Personas Afectadas por la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
“Todavía hay muchas familias viviendo en casas que les han prestado. No saben cuándo podrán volver a tener una casa propia”, afirma David, quien fue padre durante la erupción del volcán y todavía no ha podido regresar a su vivienda de alquiler.
Ayudas de emergencia para los afectados de La Palma
Nueve días después de que entrase en erupción el volcán de La Palma, el Gobierno de España concedió a través de un real decreto una ayuda directa de 10,5 millones de euros para la compra de viviendas y enseres de primera necesidad. El 5 de octubre de 2021, se confirmó que este paquete ya estaba a disposición de las autoridades canarias.
Así, durante las siguientes semanas se anunciaron y aprobaron más paquetes de ayudas. Como explicaron tras el Consejo de Ministros extraordinario del viernes 17 de diciembre, el importe estimado de las medidas aprobadas hasta ese momento para La Palma ascendía a 399,7 millones de euros.
El Gobierno de Canarias comprometió más de 110 millones de euros en ayudas para los afectados, según informó el consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno de Canarias, Sebastián Franquis.
Además, se habilitó una oficina de atención al ciudadano en la que se invirtieron más de 300.000 euros y que ofrece atención técnica, sociosanitaria y psicológica a los damnificados. De la misma forma, los afectados por la erupción tienen que inscribirse en el Registro de Personas Afectadas, desde donde se realizará la valoración y gestión de las solicitudes, y se concederán todas las ayudas directas que correspondan a cada inscrito.
Sin embargo, Roselio, un afectado de 49 años, explica a Newtral.es que “el papeleo que hay que hacer para pedir cualquiera de estas ayudas es inmenso, siempre hay algo que falta”. Denuncia, así, la “falta de información por parte de las autoridades” y la dificultad en el acceso burocrático.
Roselio también perdió su vivienda, aunque, como él mismo cuenta, pudo rescatar a sus cinco perros y a sus dos tortugas: “Vivíamos 19 personas en cuatro casas, todas de la misma familia. Nos hemos ido reubicando donde hemos podido, en casas prestadas. El palmero es fuerte, pero la incertidumbre está haciendo mella. Ahora mismo solo nos permiten construir en tres municipios, pero los terrenos están subiendo bastante de precio. No sabemos qué va a ser de nuestra vida ni cuándo podremos empezar de nuevo”, añade.
El volcán de La Palma en erupción y la industria platanera
Su hijo es uno de los afectados en el ámbito laboral al haber perdido una parte importante de su plantación platanera: “Este año, la producción para él es prácticamente cero”, apunta.
Según datos del Cabildo de La Palma, hasta 370 hectáreas de cultivos en toda la isla se han visto afectadas. De ellas, 228 hectáreas correspondían a plantaciones de plataneras, mayoritariamente en Tazacorte pero también en Los Llanos. “El 90% de mis plataneras han quedado sepultadas. Me queda una pequeña parte con la que me está costando mucho tirar adelante y, de momento, las ayudas no llegan”, dice José, agricultor, a Newtral.es.
Javier Salinero, vicepresidente de la Asociación Tierra Bonita, creada para ayudar a los damnificados, explica a Newtral.es que “la economía está parada”: “El platanero que no tiene para comer consume menos. Esta es una isla pequeña donde todos dependemos de todos. La afectación es muy grande”.
Desde su punto de vista, “las administraciones deberían facilitar cómo pedir las ayudas”, pero también considera que deberían tomarse medidas de mayor envergadura como “regular los precios de los terrenos y de la vivienda”: “Si se regularon los precios de las mascarillas, ¿por qué no con esto?”, puntualiza.
Salinero explica que “para mucha gente, de la península sobre todo, parece que ya está todo resuelto y ahora casi estamos viviendo lo más complicado, que es empezar de nuevo”: “Como en la tele no sale ya nada, la gente piensa que aquí hemos vuelto a la normalidad y no es así. Hay muchas personas sin solución habitacional todavía”.
La salud mental de los afectados en La Palma
“La erupción del volcán se paró y parada sigue también la vida aquí”, dice Pilar. Además de haber perdido su casa y la quesería con la que subsistían su marido y ella, esta palmera está en ERTE desde que comenzó la erupción del volcán: “Llevaba 20 años limpiando un restaurante que todavía no ha podido reabrir porque se accede por una de las carreteras más afectadas. Sobrevivimos porque en el ayuntamiento nos dan la comida. Una vez al mes, vamos y nos dan productos no perecederos como pasta, gofio, arroz… Y también una tarjeta monedero para comprar carne, pescado, verduras… Nunca piensas que te verás en esta situación”.
Su salud mental, asegura Pilar, ha quedado totalmente resentida, por lo que ha comenzado a acudir a un psicólogo: “Hemos perdido la casa, no tengo trabajo de momento, hemos perdido la quesería y para las ayudas siempre te falta algún papel o hay algo que tienes que repetir… Es un desgaste. Para mucha gente esto era un espectáculo, pero para nosotros nunca lo ha sido”, explica.
“No sabemos ni cómo reconstruiremos nuestro hogar. De noche ya no duermo, cierro los ojos y solo veo la nube negra. Me veo a mí misma entrando en la que fue mi casa y viendo todo lo que se quedó allí: juguetes, fotos, recuerdos… Como no tengo trabajo, me pongo la tele para ver si me entretengo y me olvido de la ansiedad”, cuenta Pilar.
Jessica tiene una tienda de alimentación en Todoque, que tuvo que permanecer cerrada los primeros meses de la erupción volcánica. Ahora ha vuelto a reabrir pero, en conversación con Newtral.es, reconoce que “la cosa no funciona bien”: “Está flojo todo. Mi tiendita, además, está cerca de una carretera que se vio muy afectada. Tengo muy poca clientela ahora mismo”.
También ella considera que la afectación psicológica es uno de los grandes problemas en su día a día: “Cualquier ruido te asusta. Y al mínimo temblor piensas que el volcán va a revivir”.
Al igual que Pilar, Goretti también perdió su hogar y actualmente está en ERTE. “La casa es irrecuperable, quedó bajo la lava”, cuenta a Newtral.es. “El volcán nos robó el pasado, por todos los recuerdos que perdimos con nuestras casas, y la administración nos está robando el futuro”, dice en referencia a la “inacción administrativa”: “¿Por qué no pueden comprar una bolsa de terrenos para evitar la especulación pero también para que podamos replicar el barrio, el vecindario que teníamos?”, apunta Goretti.
Dice que es “muy difícil reponerse a algo así”: “Ahora vivimos en un minipiso de alquiler. Con 54 años, quiero volver a tener una casa propia y, sobre todo, quiero que la tenga mi madre, que lo ha perdido todo a sus 93 años. Ella vivía en la misma parcela que nosotros. Toda su juventud la invirtió en hacerse esa casita y ahora en su vejez no tiene nada”. “No podemos seguir esperando”, concluye Goretti.
no se que esperabais del gobierno, si era ayuda, solo teneis que buscar informacion de otras catastrofes, el gobierno de España, nunca cumple con nadie, siempre ha dejado tirados a los afectados, si no a todos, a los maximos posibles, con largas, juicios, y con todas las historias posibles, buscar informacion, presa de Tous, colza, terremoto de Murcia, lo de la talidomida, si buscais un poco a fondo, en todo se repite la misma historia, largas, juicios interminables, indemizaciones ridiculas, olvido, a todo esto si te mueres antes pues aun mejor, no espereis nada o esperar calderilla a lo sumo, denuncias, reclamaciones y todo lo que podais hacer, todo acaba en tribunales que nunca o casi nunca resuelven minimamente favorable a los afectados.