El consumo de drogas ha disminuido durante los meses del confinamiento. Es la primera conclusión que puede extraerse del informe preliminar sobre el impacto de la pandemia de la COVID-19 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones. En su estudio, realizado entre los meses de marzo y junio, el Observatorio afirma que la tendencia de consumo de sustancias psicoactivas apunta a la “estabilización o reducción”.
La encuesta indica que el 71,9% de los consumidores de sustancias ilegales han cesado o reducido su consumo, y solo un 11% de los consumidores han aumentado la frecuencia. Esto, en términos generales, ya que el consumo de cannabis sí que se ha mantenido o -en algunos casos- ha aumentado.
El estudio también habla del uso de Internet. En este caso el confinamiento sí lo ha incentivado. Casi el 70% de las personas encuestadas declararon haber aumentado su uso.
Las razones principales que explican la bajada del consumo de sustancias ilícitas son la mayor dificultad para adquirir drogas, debido al confinamiento y a las restricciones a la movilidad, y en menor medida, la economía y la preocupación por los efectos en la salud.
“Ha disminuido el consumo de estimulantes u otro tipo de drogas ilegales, pero en los domicilios particulares ha aumentado el consumo de alcohol”
Sin embargo, apuntan desde el Observatorio, “la epidemia de COVID-19 ha podido condicionar cambios en las pautas de consumo de sustancias psicoactivas y otras adicciones”.
En Newtral.es hemos preguntado a Proyecto Hombre, a Alcohólicos Anónimos, a Jugadores Anónimos y al grupo de investigación de Conductas Adictivas si estos datos reflejan la realidad de las personas adictas en España.
Adicción confinada
“Se han buscado recursos para hacer llegar a la gente la droga, como la mensajería”, explica a Newtral.es Alfonso Arana. El presidente de proyecto hombre coincide en que el acceso a las drogas ha sido menor, pero a las ilegales: “Ha disminuido el consumo de estimulantes u otro tipo de drogas ilegales, pero en los domicilios particulares ha aumentado el consumo de alcohol” durante el confinamiento.
Arana reconoce bien las imágenes de los días de confinamiento en que se sucedían sanciones y detenciones a personas que se saltaban las restricciones a la movilidad: “Muchos eran usuarios que no aguantaban y salían a la calle a por drogas o alcohol”.
Un periodo de estrechas convivencias en el que también han estallado situaciones de conflictividad entre el usuario y las familias, factores que han provocado el aumento del consumo. “Una vez que ha finalizado el confinamiento hemos tenido un aumento en la demanda de primeras atenciones y de urgencias en centros de Proyecto Hombre”, cuenta Arana.
En la organización detectan dos perfiles de usuarios, aquel al que el confinamiento y el control familiar de los convivientes le ha ayudado a “estabilizarse”, y el que ha visto incrementada su problemática con el confinamiento y ha respondido con “la recaída”.
La droga del supermercado
Precisamente para evitar recaídas Agustín cogía su furgoneta y se desplazaba por Asturias, a pesar de las normas. “Las recaídas aumentaron muchísimo, fue algo exagerado”, explica este miembro de Alcohólicos Anónimos, “alguna vez hice un poco de trampa para ir a ver a algún compañero que lo necesitaba”.
A los 14 años Agustín empezó a trabajar de cristalero y la bebida le dio “ese valor” que necesitaba para dejar la timidez a un lado. Después llegó la bebida en exceso o la depresión severa. “Los últimos años estaba convencido de que iba a morir de eso”, recuerda Agustín. Ahora lleva quince años sin beber, y ayuda a otros compañeros a dejar de hacerlo.
Quienes menos tiempo llevaban en Alcohólicos Anónimos han sido los primeros en bajar al supermercado. “Es muy complicado estar en casa solo sin salir, pudiendo ir al ‘super’. Al final uno tira la toalla”, explica a Newtral.es Agustín, mientras repite su mantra, “el recurso fácil para el adicto es volver a la adicción”.
Mientras en la OMS hacía un llamamiento para restringir la venta de estos productos, el consumo de cerveza y bebidas alcohólicas creció hasta un 84% más, con respecto al mismo periodo del año pasado.
La Organización Mundial de la Salud advirtió de los riesgos de “encerrar” a una persona alcohólica “con una sustancia dañina” que puede implicar comportamientos violentos o tendencias suicidas, explicaba Carina Ferrerida-Borges, directora de la oficina europea para el Programa de Alcohol y Drogas Ilícitas de la OMS.
Aunque la pandemia también ha servido para que una gran cantidad de personas tomen conciencia de su adicción, explican desde Alcohólicos Anónimos: “Están llegando muchas personas interesándose en el problema que tienen con el alcohol, sobre todo son las familias las que llaman”.
Lo mismo ha ocurrido con el tabaquismo. En la Universidad de Oviedo el grupo de investigación de Conductas Adictivas sigue sorprendido de la buena acogida que ha tenido el programa que han puesto en marcha para ayudar a dejar de fumar.
“Trabajamos con fumadores que están en tratamiento por consumo de cocaína, alcohol, opiáceos y sobrepeso” explica a Newtral.es Gloria García, profesora del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo y miembro del grupo de conductas adictivas.
“Parece que este tiempo les ha animado a buscar tratamiento para dejar de fumar”, dice. La prevalencia del consumo de tabaco en los usuarios de Proyecto Hombre se sitúa en un 86%.
Pandemia en juego
La cocaína, el alcohol y el cannabis siguen siendo las sustancias de preferencia entre las personas que sufren adicción. Pero esta pandemia, la droga por excelencia se ha movido en internet. El 22% de las demandas de tratamiento que ha recibido Proyecto Hombre están relacionadas con el juego patológico.
Nicolás llegó a Jugadores Anónimos un mes antes de que estallara la pandemia. A su ludopatía le acompañan problemas de alcoholismo, cleptomanía y drogadicción. Una enfermedad por la que había perdido “todo” por enésima vez: “Fueron 30 días de locura absoluta en los que solo jugaba online al Black Jack, hasta dejé el trabajo diciendo que tenía problemas familiares”.
Robar a sus padres, pedir créditos, perder el empleo y la pareja. Perderlo todo ha sido la particular “pescadilla que se muerde la cola” de Nicolás durante años: “Era darle un a un botón y tener más cartas, no podía parar, me estaba volviendo loco. Hasta que un día pensé que la única manera de parar era matarme”.
Así empezó su camino en Jugadores Anónimos en enero. Nicolás define la organización del grupo durante el confinamiento como una “bendición”: “Se abrieron grupos de jugadores anónimos incluso a nivel internacional, estamos por todas partes”.
Confinado, con el móvil en la mano ha resistido las “millones de opciones de apostar” gracias a las reuniones diarias telefónicas. “No sabía que quería vivir como una persona normal. A los 18 años he descubierto que puedo llorar, emocionarme, ser buen amigo y honesto”, cuenta a Newtral.es sorprendido.
Pero el éxito de Nicolás no se refleja en los datos globales. El abuso de internet como adicción comportamental ha estado a la orden del día. “Un joven encerrado en casa tiene restringido el acceso a la cocaína pero no al ordenador”, cuenta García. Una adicción digital también reflejada por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA) en su informe: “el 11,2% presentan un posible uso compulsivo”.
“Las llamadas y videollamadas han funcionado como válvula de escape»
Así, el póker online ha crecido un 57,8% durante el segundo trimestre de 2020 respecto al trimestre anterior, y un 97,3% en comparación con el año anterior, según los datos de la Dirección General de Ordenación del Juego. De cerca le siguen el bingo, que ha experimentado un crecimiento del 37%, y del casino, con un crecimiento del 22,5% respecto al trimestre anterior.
Una prueba más
Mientras habla con Newtral.es Rocio Pichardo observa un azulejo que cuelga de la pared del salón de su nuevo piso alquilado. Y de su nueva vida. Hace unos días Proyecto Hombre le entregó ese azulejo, que significa que ha conseguido el Alta Terapéutica, de su “vida rápida” y su recuperación lenta. Pichardo llevaba 35 años atada a las drogas, su sustancia era la heroína.

Desde la experiencia entiende a las personas cuya adicción es más fuerte que las restricciones de la pandemia: “Cuando estás metida en ese mundo no tienes conciencia de lo que haces, no ves el peligro. Una vez que te has terminado la dosis solo ves cómo conseguir la siguiente”.
A Pichardo no le importó el peligro de una condena por narcotráfico al intentar pasar droga desde Ceuta. Y así pasó, tres condenas y diez años en prisión. Entre el patio, en busca de “alguna movida para meterse” y los baños, para calmar el mono. “Salí de prisión peor de lo que entré, entonces mi familia me dijo que fuera a Proyecto Hombre”, dice. Llegó con los puesto, “con la ropa, no tenía nada más. Por no tener no tenía ni dignidad”.
Ahora ve la pandemia como uno más de los “muchos obstáculos” que le tiene preparada la vida. “Nos ha cogido a todos en bragas, te pone al límite”, admite Pichardo. Voluntad, sofá, manta, ‘peli’, Cáritas y Proyecto Hombre serán los aliados de Pichardo durante estos meses.
La entidad del abrazo
Pero hay quienes se han quedado sin el apoyo profesional. Durante la pandemia las admisiones a tratamiento se han reducido alrededor del 70%. La OMS ya alertó de un incremento del 11% en las demandas de los servicios de salud mental, al mismo tiempo que la atención se ha visto perturbada. Según el Observatorio de Drogas solo una de cada siete personas con Trastorno por Uso de Sustancias (TUS) está recibiendo tratamiento.
En Proyecto Hombre han podido mantener abiertas las residencias de comunidad terapéutica y el resto de actividades se han realizado desde la distancia, con más de 600 trabajadores telemáticos atendiendo a cerca de 4.600 familias.
“Las llamadas y videollamadas han funcionado como válvula de escape aunque ha costado mucho ese cambio porque somos una entidad de cercanía y abrazo”, admite Arana. La organización que preside ha publicado un informe que analiza los datos de los usuarios desde 2013 hasta 2019.
Siete años de adicción en la que el 85% de los usuarios han sido hombres. Durante este tiempo el porcentaje de mujeres en tratamiento ha crecido dos puntos hasta la actualidad. El perfil de usuario es un hombre de 38 años, soltero, y con una presencia cada vez más ascendente de ansiedad severa.
Ellas son las que más abusos físicos y psicológicos sufren en el camino, y las que más obstáculos encuentran para superar la enfermedad. “Más del 10% de las mujeres que vienen a tratarse tienen hijos al cargo, lo que dificulta su acceso a centros residenciales”, lamenta Arana, que pone como ejemplo el centro de Guadalajara, donde “se posibilita el servicio de guardería”. Muchas de las mujeres no acceden a estos recursos por miedo a perder la custodia de sus hijos.
La mayor demanda de tratamiento corresponde al alcohol (37,7%), solo o combinado con otras sustancias, la cocaína (31,5%) y el cannabis (8,4%). Desde 2013 el alcohol se mantiene como la droga más utilizada, aunque destaca el ascenso de la cocaína, que ha pasado del 27% al 35%, subiendo ocho puntos en siete años.
“Se suele relacionar las épocas de mejora económica con el aumento del consumo de estimulantes, y las de depresión económica con el consumo de depresores, como el alcohol”, explica Arana. Este año el consumo de cocaína ha llegado a niveles de 2013.
A lo largo del informe una palabra acompaña a las personas usuarias de Proyecto Hombre: vulnerabilidad. Bajos niveles de formación, problemas judiciales, de salud -física o mental-, abusos y dependencia económica. Factores que la crisis de la COVID-19 puede agravar.

Fuentes:
- COVID-19, consumo de sustancias psicoactivas y adicciones en España. Ministerio de Sanidad
- Informe del mercado de juego online estatal, segundo trimestre de 2020. Dirección General de Ordenación del Juego
- ‘Alcohol does not protect against COVID-19; access should be restricted during lockdown’. OMS
- ‘Alcohol and COVID-19: what you need to know’. OMS
- ‘Sobre el perfil de las personas en tratamiento por adicción’. Observatorio Proyecto Hombre. [PDF]
- Alcohólicos Anónimos
- Jugadores Anónimos
- Proyecto Hombre
- Universidad de Oviedo