Adenovirus 41 o covid, sospechosos tras las hepatitis infantiles que Sanidad no ve estadísticamente fuera de lo esperable

Adenovirus y hepatitis
Adenovirus y hepatitis
Tiempo de lectura: 9 min
(*) Actualización 26/04/2022

No es normal que un adenovirus acabe con la vida de una persona. Tampoco que un adenovirus provoque hepatitis. Pero este patógeno es el principal sospechoso de la sucesión de hepatitis infantiles que, con epicentro en Reino Unido, se ha extendido por 12 países, incluida España. Ahora, se ha confirmado la primera muerte por esta enfermedad, que seguramente tenga un origen infeccioso, ajeno a los típicos virus de la hepatitis A, B, C, D, E.

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Según la OMS, hasta el 21 de abril de 2022, se han notificado al menos 169 casos de hepatitis infantil aguda de origen desconocido: 114 en Gran Bretaña; 13 en España; 12 en Israel 9 en Estados Unidos, 6 en Dinamarca, 5 en Irlanda, 4 en Países Bajos, 4 en Italia, 2 en Noruega, 2 en Francia, 1 en Rumanía y 1 en Bélgica. Los números reportados a nivel local siguen creciendo. 74 de ellos han dado positivo en el llamado adenovirus 41.

La directora del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), Andrea Ammon, ha elevado esta cifra a 190 casos a nivel mundial. 40 se han producido en países europeos, aunque ha precisado “aún se están verificando muchos casos”.

Tienen entre 1 mes y 16 años. Al menos 17 niños (casi uno entre diez) ha requerido trasplante hepático. Si bien la hepatitis infantil leve no es desconocida, las hepatitis pediátricas graves en pacientes sanos son bastante raras. De ahí que las autoridades sospechen de un agente infeccioso. ¿Un adenovirus? ¿El SARS-CoV-2?

¿Qué es el adenovirus 41 y por qué puede producir hepatitis?

El adenovirus 41 (técnicamente HAd-F41) suele causar problemas gastrointestinales o respiratorios. “Hay más de 80 adenovirus identificados que se sabe que infectan a los humanos. Cada uno con un número único. El adenovirus 41 causa gastroenteritis en niños pequeños, pero no se ha asociado previamente con hepatitis”, precisa desde Reino Unido Will Irving, profesor de virología de la Universidad de Nottingham en SMC UK.

El virólogo José Antonio López-Guerrero ‘JAL’ (Laboratorio de Neurovirología UAM) lo aterriza en el día a día: “Cuando uno va al pediatra con un chaval con diarrea y te dice el médico que ‘esto es un virus, déle Apiretal…’ en muchos de los casos son adenovirus. Algunos pueden dar ictericia. Lo de la hepatitis aguda entra en lo posible pero no en lo probable”.

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Normalmente, el adenovirus F41 produce diarreas y malestar leve en población infantil, no hepatitis graves.

De acuerdo con la OMS, Reino Unido ha visto un aumento de restos de adenovirus en muestras fecales de niños y niñas. Esto apuntaría directamente a este patógeno como culpable de las hepatitis infantiles. “En algunos casos se ha detectado, pero estos virus son habituales en niños, por lo que podría no ser esa la causa”, explica Marina Berenguer Haym, presidenta de la Sociedad Internacional de Trasplante Hepático, en SMC España.

Los casos de inflamación de hígado graves se están dando desde enero. Y hasta estas últimas semanas no ha habido un aumento significativo de adenovirus en circulación (hepatitis aparte), según los sistemas de monitoreo del Reino Unido.

La propia OMS reconoce que “debido a la mejora de las pruebas de laboratorio para adenovirus”, este aumento sería sólo el resultado de la afloración de “niveles no detectados anteriormente y que ahora se reconoce debido al aumento de las pruebas”. También la covid ha cambiado muchas cosas. El nivel de sensibilidad (y sospecha) para detectar patógenos es uno de ellos.

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Ammon no lo ve así. “No creo que una situación así hubiera pasado desapercibida si hubiera ocurrido [en otro momento anterior a este], ha zanjado. Es decir, que lo que está pasando es considerado suficientemente excepcional para el ECDC.

La covid también puede derivar en hepatitis

El propio SARS-CoV-2 es el otro gran sospechoso. Y las hepatitis infantiles, un resultado de una especie de secuela covid. Es bien conocida la capacidad para producir inflamación del coronavirus, incluso cuando ya ha sido eliminado de los tejidos del paciente. Es decir, muerto el virus, el cuerpo puede seguir reaccionando ante él. Las hepatitis no son habituales consecuencias de la covid, pero sí están bien descritas en bastantes casos.

“Estamos analizando muchos efectos de la clínica del coronavirus –dice López-Guerrero–, todo podría ser. Habría que ver si la totalidad de pacientes se infectaron, no se sabe. Si fuera eso, ¿por qué no ha habido hepatitis en más población, incluso en mayores más vulnerables? No cuadra epidemiológicamente”.

No obstante, desde el punto de vista médico sería perfectamente posible: “No sé si podría ser una comorbilidad, una sinergia”. Es decir, que la Covid sumase vulnerabilidad al organismo como para que otro agente infeccioso (un adenovirus, quizás) derivase en hepatitis. 20 de dieron positivio en COVID-19 y otros 19 estaban a la vez infectados con un adenovirus y el SARS-CoV-2, según recoge Stat.

“La infección por adenovirus F41 no es estacionalmatiza el catedrático de Microbiología Raúl Rivas (Universidad de Salamanca)–. Los más susceptibles son los niños menores de 2 años. Aunque la diarrea por adenovirus a menudo es autolimitada, las infecciones entéricas por adenovirus pueden causar enfermedades diseminadas sistémicas mortales en pacientes inmunocomprometidos”.

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No parece el caso. Y mucho menos que la vacuna anticovid haya deteriorado la salud de estos pacientes. “Evidentemente –afirma ‘JAL’– las hepatitis tienen nada que ver con la vacuna. Mucho menos por haberse puesto una vacuna basada en unos adenovirus que no tienen nada que ver (AstraZeneca, Janssen o Sputnik V). Sobre todo, porque [los niños y niñas afectados] estaban sin vacunar”.

Una nueva cepa o variante del adenovirus 41 con potencial de hepatitis

El profesor Irving maneja una tercera hipótesis. Que sí sea un adenovirus el que está tras las hepatitis extrañas. Incluso el propio adenovirus 41, pero en una nueva versión mutada, más patogénica. “Es importante tener en cuenta que los tests para detectar la infección por adenovirus pueden no ser óptimos para la captar esta cepa particular de adenovirus. Por lo tanto, las muestras deben enviarse a laboratorios que están utilizando los ensayos más sensibles para este virus”.

No obstante, no es necesario que el adenovirus 41 haya cambiado. Porque es la sociedad la que ha cambiado durante estos dos años, con nuestros aislamientos más o menos intermitentes. También desde el SMC británico, el hepatólogo del Imperial College Simon Taylor-Robinson destaca que no es raro tener adenovirus en primavera. Pero llevábamos dos primaveras sin ellos.

Es posible que, tras dos años sin exponerse tanto, los más pequeños tengan sus defensas menos entrenadas para este adenovirus.

“Dada su estacionalidad, puede ser que los últimos dos años los niños hayan estado sin contraer las enfermedades virales habituales, que desarrollan inmunidad. El contacto ahora con los adenovirus puede explicar los síntomas más exagerados de algunos de estos niños previamente aislados”. Esto se ha visto en Hong Kong con los rinovirus típicos de catarro.

La doctora África González, catedrática de Inmunología de la Universidad de Vigo, no lo ve tan claro. “Por ahora es muy pronto para asegurar nada –asegura a Newtral.es–. Muchos de los niños son muy pequeños, ni estaban vacunados por su edad ni tampoco emplearon mascarillas”. Es decir, no han vivido durante dos años en una burbuja. Eso sí, con matices “es cierto que la exposición a los patógenos va entrenando al sistema inmunitario”. Es el principio de acción de las vacunas, después de todo.

‘JAL’ destaca que “es verdad que después del cese de todas las medidas de contención de virus, se han dado más casos de gripe, virus respiratorio sincitial… ya sería un paso asociar estas hepatitis agudas a un adenovirus. El siguiente sería ver las causas epidemiológicas. Estamos en la fase de descartar. Y lo único descartable es la vacuna”.

De momento, la OMS recomienda que se realicen análisis de sangre, suero, orina, heces y muestras respiratorias. También las muestras de biopsia hepática. Y una secuenciación del virus que pudiera dar pistas sobre posibles mutaciones que lo hayan vuelto peor para la infancia.

El CCAES no ve en España más hepatitis infantiles de las esperables estadísticamente

El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias (CCAES) ha informado de “13 casos de hepatitis grave no filiada en personas entre 0 y 16 años: 8 casos que cumplen con los criterios de caso confirmado para iniciar la investigación según la definición de Reino Unido, y 5 casos se clasificaron como probables”.

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Los 8 casos confirmados (3 niños y 5 niñas) tienen entre 18 meses y 7 años de edad. Sólo uno dio positivo en adenovirus. Iniciaron síntomas entre el 2 de enero y el 24 de marzo de 2022. Viven en la Comunidad de Madrid, Cataluña (2 de ellos), Galicia (2), Andalucía, Castilla-La Mancha y Aragón. No tienen relación entre sí y ninguno viajó a Reino Unido.

Ha habido un goteo de casos desde la primera semana de 2022, lo que lleva al CCAES a pensar que no se puede hablar de un incremento de hepatitis pediátricas respecto a lo esperable. Es decir, sería perfectamente normal, por cualquiera de las causas. Si bien, es en las semanas 12 y 13 del año cuando se ‘disparan’. Cinco de los casos se han notificado entre el 21 de marzo y el 3 de abril.

La evolución de todos ha sido favorable, excepto en un caso que ha requerido trasplante hepático. Dos de ellos podrían tener otra causa que justificara el cuadro clínico.

El CCAES precisa que los servicios de epidemiología están haciendo un cuestionario exhaustivo a todos los casos identificados. “Se está valorando si los casos detectados en España suponen un aumento inusual de casos de hepatitis no filiadas (…). El número de casos detectados es inferior al que esperaríamos en los primeros cuatro meses del año”.

1 Comentarios

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  • Hola, yo si creo que las vacunas hayan afectados a los niños tb, el ARN de dichas vacunas se transmiten por fluidos quiere decir que todos estamos en cierto modo vacunados. por supuesto va a depender del grado de defensas de cada persona.