Cada cuarto jueves de noviembre, Estados Unidos celebra la que es generalmente considerada como la festividad más importante de entre las idiosincrásicas de la nación norteamericana: Acción de Gracias, una festividad cuyo origen e historia no está exenta de polémica.
- Pero tanto su origen como aquello que se conmemora en la fecha son aspectos del llamado Thanksgiving que todavía a día de hoy generan polémica entre religiosos e historiadores, sea por la fecha que lo inició todo o sobre si el mensaje es uno de unión y cordialidad entre colonos y nativos americanos.
Con el paso de los años, y conforme los movimientos reivindicativos de la izquierda en materia identitaria han cogido fuerza, festividades como el Día de Cristobal Colón o el Día de Acción de Gracias han sido víctimas del acoso externo por su pasado controvertido.
- Es un fenómeno de anti-figuras históricas colonizadoras que ha vivido su momento más crítico en este último par de años, especialmente con el asesinato de George Floyd a manos de la policía.
- De ahí la iniciativa de retirar estatuas que conmemoraban a figuras históricas controvertidas como el mismo Colón o líderes de los estados confederados que lucharon contra su propio gobierno para frenar la liberación de esclavos.
Este año, en teoría se cumplen 400 años desde el primer Acción de Gracias, cuyo origen es el festín que 50 supervivientes de los padres peregrinos (o pilgrims) y 90 nativos americanos de la tribu Wampanoag celebraron en 1621 en la colonia de Plymouth en lo que hoy en día es el estado de Massachusetts.
- Los peregrinos se establecieron en Nueva Inglaterra el año anterior, pero un duro invierno acabó con la mitad de los tripulantes del buque Mayflower con el que desembarcaron en el Nuevo Mundo.
- Tras una cosecha exitosa, celebraron las buenas nuevas con un festín del que se hicieron eco los wampanoag, que ya les habían ayudado en el pasado con la intención de acordar una alianza con ellos.
- El líder de los wampanoag confiaba en que los ingleses no tenían intención de entrar en guerra con ellos, pero que las armas europeas servirían para evitar una derrota frente a una tribu rival, los Narragansett.
Y aunque ni siquiera para esos detalles hay consenso generalizado entre historiadores, el contexto histórico de los peregrinos y los nativos es importante de cara a entender qué se celebra exactamente hoy en día.
El origen de las celebraciones de Acción de Gracias en realidad se remontan décadas en el pasado. Los españoles y los franceses ya celebraron citas para agradecer a Dios sus victorias.
- Principalmente, victorias en forma de desembarco en el Nuevo Mundo con suficientes supervivientes de los trayectos —o de las penurias que vivirían más adelante en tierra desconocida.
Esas citas de carácter religioso también se produjeron con la llegada de nuevos colonos ingleses en el norte, pero la que más resonó fue la de los padres peregrinos que celebraron un festín con nativos de la tribu Wampanoag.
- El hecho de que fueran calvinistas pudo ser influyente más adelante, cuando colonos y ciudadanos estadounidenses afines a nivel religioso tomaron la premisa de la amistad entre peregrinos y nativos para justificar que fueron ellos, protestantes, quienes fundaron la nación norteamericana.
- En 1863, el presidente Abraham Lincoln usó la fecha como referencia para convertirla en fiesta nacional de unidad con tal de curar las heridas de la Guerra Civil que se estaba batallando en ese momento.
El homenaje. Pero lo más polémico de Acción de Gracias desde su origen tiene que ver con el concepto de fraternidad entre los nuevos colonos, generalmente ingleses calvinistas de Plymouth, y los nativos americanos de Wampanoag.
- En concreto, porque cuestiona la imagen idealizada de que los nativos americanos tenían buena relación con los colonos. Y también, que los nativos prácticamente les cedieron gran parte de Nueva Inglaterra a los colonos para su disfrute y explotación.
La realidad es algo diferente. Los Wampanoag en realidad querían ayuda para guerrear con una tribu rival. Y la razón por la que compartieron un festín con los ingleses es porque necesitaban protección de las amenazas que representaba esa tribu.
- Aquí entra a colación la teoría extendida que cuestiona por qué los nativos americanos no se aliaron entre sí para echar a los ingleses. Y no es tanto que no quisieran aliarse como que no se veían a sí mismos como un grupo homogéneo de nativos americanos, o ‘indios’, sino simplemente como tribus independientes:
“Cuando los ingleses llegaron, entraron en un mundo de política india multilateral en el que las políticas internas de la tribu Wampanoag y las políticas intertribales de la tribu Wampanoag eran primordiales. Cuando los wampanoags lidiaban con los ingleses, era para ajustar las dinámicas de poder del país indio […] No había ‘indios’ cuando llegaron los ingleses. Los nativos no se concibieron a sí mismos como indios —esa es una identidad que han tenido que aprender a través de sus dificultades compartidas con colegas”, dice David Silverman, escritor del libro Esta es su tierra: los indios Wampanoag, la colonia de Plymouth y la turbia historia de Acción de Gracias.
La apreciación es relevante porque ilustra cómo esas mismas dinámicas de poder empezarían a cobrar relevancia conforme los ingleses lograron ascender en la escala de influencia en Nueva Inglaterra, la región en la que vivían peregrinos y wampanoags.
- Y aquí entra otra cita imprescindible de Silverman:
“Es incorrecto, tal y como se piensa de forma generalizada, que los nativos no tuvieran sentido de la propiedad. No tenían propiedad privada, pero tenían propiedad comunitaria. Y ciertamente entendían dónde empezaba la tierra de su gente y dónde acababa. Así que cuando los europeos llegaron a las Américas y compraron tierras de los wampanoags, los wampanoags inicialmente pensaron que los ingleses estaban comprando en el país de Wampanoag, no que estaban comprando tierra del país de Wampanoag para después quitárselo”.
Si un nativo americano hubiera ido a Inglaterra a comprar un terreno, ese terreno habría estado bajo la jurisdicción de Inglaterra. Pero la concepción es diferente para los colonos del Nuevo Mundo, donde comprar una porción de tierra implicaba que ese trozo pasaba a estar bajo el control del rey inglés.
Claro que ese no fue el final de la historia. Pese al festín que se dieron peregrinos y wampanoags en 1621, las rivalidades apenas tardaron unas décadas en florecer.
- Y lo que había sido un supuesto encuentro de recién estrenados hermanos en el Nuevo Mundo, apenas una generación después reconvirtió en una guerra descarnada que acabaría despojando a los wampanoags de sus tierras ancestrales.
A través de esas historias turbias, unas que no están ni remotamente tan idealizadas como lo que sugieren otras narrativas, multitud de estadounidenses tienen ahora en cuenta las injurias de origen contra los nativos americanos en sus celebraciones de Acción de Gracias.
Lo que me lleva a las conclusiones que una amiga estadounidense y su familia sacan cuando se reúnen alrededor de la mesa cada cuarto jueves de noviembre al son de: “Grateful but painful”. En español, agradecido pero dolido.
- Son palabras que apenas maquillan las atrocidades que cometieron los colonos, pero Estados Unidos ha pasado por demasiados análisis de conciencia con la esclavitud como para colocar al colonialismo en lo alto de la lista de prioridades —especialmente porque no mucha gente tiene ganas de querer escucharlo.
Así que en un momento en el que lo políticamente correcto está tan a flor de piel, sectores de la izquierda y de la derecha estadounidenses se disputan la valía real de Acción de Gracias, de su origen e historia, con la pregunta: “¿Debemos celebrar Acción de Gracias como hasta ahora?”.
- Y no tanto por deshacerse de la festividad, que pocos estadounidenses salvo grupos de nativos americanos quieren hacer, sino por reconducir la cita a debates sobre historia y manipulación histórica y así entender mejor lo idealizadas que están las relaciones entre civilizaciones que en muchos casos siempre acabaron matándose entre sí.