¿Es posible que un día tuviéramos un número acumulado de pacientes con COVID-19 menor al de la jornada anterior? ¿Puede haber 229.422 infectados y 209.465 a la vez (datos, los dos, del 27 de abril)? Eso es imposible, salvo que entendamos por nuevo contagiado algo distinto. Y se cambie la serie de datos.
El Ministerio de Sanidad ya sólo toma por buenos los datos las PCR que dan positivo confirmado para contar los contagios que notifican las comunidades autónomas cada día. Del detalle de los otros tests, los de anticuerpos, ya sólo informará semanalmente.
Si miramos globalmente, el centro Johns Hopkins, que lleva desde el inicio de la epidemia monitorizando la evolución del coronavirus, da a España una cifra mayor de contagios acumulados. Un positivo confirmado siempre es un positivo confirmado, se mire donde se mire. Otra cosa es compararlos según la técnica usada.
Esto tiene que ver con los tipos de test que entran en escena en cada momento y cómo interpretemos su resultado. Hay un hecho: alguien que da positivo confirmado, sea cual sea el tipo de test, es una persona que debería engrosar la estadística de contagios acumulados, tal y como hace el Johns Hopkins (En España, X personas se han diagnosticado en algún momento de COVID-19). Eso, si nos fiamos del positivo del test rápido.
Distinto es si eso permite retratar la evolución de la pandemia porque pueda o no responder a cuándo se contagió en realidad esa persona (En España, X personas están ahora enfermas de COVID-19 o En España hay hoy X casos nuevos respecto a ayer). Distingamos qué nos dice cada test:
La relativa generalización de los test rápidos de anticuerpos ha supuesto un quilombo estadístico a la hora de medir el impacto de la epidemia en tiempo real. Esto se debe, sobre todo, a que por su propia naturaleza, por sí solos carecen de la precisión necesaria para distinguir si alguien está enfermo o lo estuvo.
Esta es la razón que esgrime Sanidad para sacarlos fuera de la serie estadística, tanto los positivos en sintomáticos (en algún momento) como los asintomáticos. Primero, en un cuadro aparte. Después, en un informe que será semanal.
A eso se suma que desde el 17 de abril, Sanidad pide a las comunidades autónomas cuántos kits para hacer PCR consumen a la semana. Antes preguntaban el número de PCR realizadas a diario.
Se han producido al menos siete cambios en la presentación de los indicadores de datos de afectación del coronavirus en los boletines diario de Sanidad. El responsables del CCAES, Fernando Simón ha explicado que se está intentando «homogeneizar la información» para poder ofrecer las series históricas más sólidas y «comparables». Pero…
¿Qué nos dice cada positivo en cada prueba?
PCR: La técnica ya ‘clásica’ y más lenta, la PCR, detecta genes del virus en las muestras de nariz o garganta. Así que se deduce una infección activa si si (literalmente) brilla en en laboratorio. Se usa en casos sospechosos. Pero su fiabilidad decrece en la segunda semana de infección.
Es decir: es ideal para alguien con síntomas o sospechoso de haberse contagiado no mucho más tarde de siete días desde el inicio del cuadro clínico o la exposición a una persona contagiosa, como explica aquí la doctora María Mar Tomas, experta en diagnóstico y viróloga del CHUAC.
Un positivo en PCR es fácilmente asimilable a nuevo contagio confirmado en la serie estadística. Y de ellos se pueden restar los recuperados y fallecidos para alcanzar el número de casos activos más probable, al menos, con síntomas.
Test de anticuerpos totales: El pinchazo en el dedo, con el tipo de test que se maneja fundamentalmente en España para gente no necesariamente sintomática, sólo nos dice si hay anticuerpos. De manera fiable, pero sin entrar en detalles.
Los anticuerpos son proteínas que genera nuestro cuerpo de manera natural para atacar a una infección. Los test rápidos de anticuerpos mayoritarios nos dicen si hay o no anticuerpos. Sin más detalles.
Y eso tiene dos interpretaciones si aparecen en la tira del test: alguien se infectó (no se sabe cuándo) o alguien está infectado. Pero no podemos distinguir entre las dos opciones si el test es «de anticuerpos totales» (T). O sea, la llamada técnica de inmunocromatografía –como la de los test de embarazo–. Da igual que haya o no síntomas.
Un positivo sin síntomas ahí puede considerarse un recuperado. O no, porque pueden haber desaparecido los síntomas pero no del todo el virus.
Análisis serológico de distintos anticuerpos: Pueden hacerse tests rápidos (gota de sangre en una tira) o análisis de laboratorio (típicos) para distinguir distintos tipos de anticuerpos. Ahí sí podemos deducir una infección activa o una infección pasada.
La técnica ELISA (con un análisis de sangre en laboratorio) sí supone un estudio completo fiable y preciso de los anticuerpos, según su tipo: la inmunoglobulina M (que aparece cuando la infección está activa, hacia el quinto día) y la inmuniglobulina G (la de ‘memoria’, que aparece tras la segunda semana de infección y no sabemos cuánto tiempo permanece, pero que podría servir para protegernos ante reinfecciones).
Test rápidos, no para decisiones clínicas, pero sí epidemiológicas
La OMS alertó del problema de los test rápidos en un informe el 8 de abril: «En el presente, basándonos en la evidencia disponible, la OMS recomienda el uso de los test rápidos de anticuerpos sólo para investigación. Este lunes se ha iniciado el primer estudio de seroprevalencia para saber cuánta población podría haber pasado la enfermedad del COVID-19.

Para María Mar Tomás, «detectar anticuerpos G nos permiten tener un contexto clínico claramente y en qué fase de infección (presente o pasada) está un paciente».
Un 80% de los pacientes tiene síntomas leves o insignificantes «y esos son muy importantes» para hacerse una idea de la situación general. «Si no tenemos síntomas, no sabemos en qué semana se encuentra». La doctora defiende una combinación de técnicas diagnósticas.
De fondo, una pregunta: ¿cuántos anticuerpos son necesarios para que una persona sea considerada inmune? Y, ¿tienen la misma respuesta de anticuerpos todas las personas? De la cantidad y duración de estas proteínas en la sangre dependerá que sea o no relevante haber pasado o no por le enfermedad de COVID-19.
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