XBB.5.1 es la enésima subvariante de ómicron, el linaje del coronavirus que cambió el curso de la pandemia. Mientras el mundo mira con preocupación la ola de covid en una China que se reabre, XBB.5.1, apodada como ‘Kraken’, se ha ido extendiendo por el noreste de EE.UU. Ya se han detectado los primeros casos en España, sin que se asocien a mayor gravedad. Al menos hay un caso secuenciado recientemente en Cataluña, otro en Madrid y dos anteriores, de noviembre, en el País Vasco.
Es decir, XBB.5.1 lleva tiempo entre nuestra población. Sin embargo, no ha prosperado hasta el momento. Bien porque, de manera azarosa, no ha tropezado con personas susceptibles de contagiarse. Bien porque no lo tiene tan fácil para desbancar a la ya muy contagiosa BQ.1.1, que es mayoritaria en España desde diciembre. Aquella subvariante, que circula ahora, fue apodada como ‘Cerbero’ o ‘Perro del infierno’.
¿Se extenderá XBB.1.5 por todo el mundo rápidamente? “Es casi seguro. No se puede encontrar una sola competidora ahora mismo. Todo lo demás es incomparable”. Así se muestra el inmunólogo Yunlong Cao, (Universidad de Pekín) en Nature; su equipo está estudiando las propiedades de XBB.1.5 en el laboratorio. Pero fuera de él, en la vida real, el comportamiento de la subvariante deja varias preguntas en el aire.
¿Ha sido tan explosiva su irrupción?
Desde luego, en EE.UU. está consiguiendo imponerse respecto a la BQ.1.1., en un pulso frenético de criaturas con apodo de bestia mitológica. “XBB.1.5 se está propagando rápidamente”, señalan en su última actualización los Centros de Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC). Las recomendaciones “siguen siendo las mismas para protegerse”.
Aunque las proyecciones iniciales hablaban de una prevalencia de casos de XBB.1. y XBB.1.5 de hasta el 41% en la última semana de 2022, los CDC han rebajado esta cifra hasta el 18%. Y los datos de recuento que llegan de EE.UU. muestran que, aunque ha crecido muy rápidamente en apenas dos semanas, XBB.5.1 se mantiene en una especie de tensión con la predominante BQ.1.1.
Es decir, no es comparable a cómo llegó a nuestras vidas ómicron, que arrasó con todo respecto a delta, su antecesora, en días.
¿Está mandando a más gente al hospital?
Desde la OMS, su máximo responsable Tedros Adhanom alertó que en las últimas semanas ha habido un aumento de las hospitalizaciones y la presión hospitalaria en el hemisferio norte. Sin embargo, precisó que no todo es covid (ni mucho menos, todo es XBB.5.1) sino que también hay otras enfermedades respiratorias graves, incluida la gripe.
En los lugares donde prevalece, en el noreste de EE.UU., sí que están creciendo las cifras de hospitalización. Sin embargo es difícil atribuirlo sólo a la subvariante ‘Kraken’, cuando puede derivarse simplemente del aumento de casos ligado a la mayor interacción en interiores tras el enorme frío de las últimas semanas y a perfiles de población más mayor y peor vacunada.
Según explicó el miércoles desde la misma organización Maria Van Kerkhove, aunque “es la subvariante más transmisible“, no hay pruebas de que sea más grave que otras. Francois Balloux, director del Instituto de Genética del University College de Londres (Reino Unido) no prevé que XBB.1.5 cause una enfermedad más grave. “La inmunización a través de la vacunación y la infección previa continúa protegiendo contra los síntomas graves, la hospitalización y la muerte tras la infección con la cepa XBB.1.5”, conforme a los datos que maneja y procesa.
¿Es tan contagiosa como para provocar una nueva ola?
Primero, está por ver que provoque una nueva y contundente ola de coronavirus en EE.UU. Los datos actuales –con infraestimaciones, como en casi todo el mundo–, no delatan una explosión de casos o muertes. Lo único obvio, por ahora, es la contundente velocidad de reemplazo de una subvariante contagiosa por otra.
Como el doctor Cao, la mayoría de laboratorios y personas expertas que trabajan en EE.UU., donde ‘Kraken’ empieza a imponerse, han alertado de que la XBB.5.1. podría ser más contagiosa que todas las subvariantes conocidas anteriores, sí. Pero, esta afirmación ha sido válida para cada una de las antecesoras que se han ido imponiendo. Por definición, desplazan a las demás por ser más transmisibles. Ha ocurrido con BA.2., con BA.5, con BQ1.1…

Hay dos cosas por las que una (sub)variante se impone: su capacidad para reinfectar (saltarse la inmunidad de vacunas o infecciones superadas) y/o la capacidad del virus para ‘anclarse’ a las células (lo que se llama la afinidad a los receptores ACE2 de las células), la facilidad que tiene una variante para ‘abrir el cerrojo’ e infectar. Los datos preliminares apuntan a que XBB.5.1 tiene una suma óptima de las dos cosas. Tras ello, una combinación de mutaciones entre las que destaca la llamada S486P.
Para Matilde Cañelles (IFS-CSIC), lo más destacado de XBB.5.1 es su afinidad a los receptores ACE2, que de algún modo “contraviene el paradigma de que los virus tienden a convertirse en más transmisibles y menos virulentos con el tiempo”. La primera ómicron fue particularmente exitosa no tanto por ‘agarrarse mejor’ o por provocar cargas virales mayores a la antecesora delta. Fue exitosa porque nos hizo a prácticamente todo el mundo susceptibles al contagio. Con o sin vacuna. Con o sin infección previa.
En la página de Raj Rajnarayanan puedes ver el seguimiento y estimaciones casi en tiempo real. Recientemente se ha rebajado el cálculo de la capacidad de reinfectar de XBB.1.5.
¿Qué síntomas tiene XBB.5.1? ¿Acaso tiene unos síntomas específicos?
No se sabe. No hay ninguna evidencia sólida publicada de que tenga unos síntomas específicos que la distingan de sus antecesoras inmediatas. La realidad clínica es que, en general, todas las ómicron han cursado con síntomas muy parecidos entre personas sanas y con las vacunas al día: desde los más leves: dolores de cabeza y moqueo, hasta una sensación gripal de agotamiento, dolor muscular, fiebre durante dos o tres días. Y –desde BA.2, sobre todo– ronquera y dolor de garganta (sí, el dolor de garganta es ahora muy característico, pero no todos los dolores de garganta son por covid).
La casi única recopilación sistemática de síntomas reportados es el proyecto ZOE de Reino Unido. Los responsables de esta iniciativa de investigación han detectado que la falta de aire o la pérdida de olfato ahora es anecdótica. No se sabe si porque ómicron cursa sin estos síntomas o porque las vacunas han cambiado el paradigma de manifestaciones clínicas. Pero no han dicho nada respecto a XBB.5.1.
¿Sirven las vacunas adaptadas que tenemos en España?
Pese a los datos de hospitalizaciones que llegan de Estados Unidos, la inmunóloga Matilde Cañelles reconoce que “en España y en general en Europa los mayores de 65 están muy protegidos teniendo la cuarta dosis bivalente que incluye a ómicron. Yo creo que, precisamente por eso, aquí no va a pegar tan fuerte cuando llegue”.
El Ministerio de Sanidad hizo hincapié la semana pasada en que la población mayor e inmunocomprometida complete su pauta de refuerzo de la vacuna ya que, según Carolina Darias, “aún hay margen, hay recorrido” para mejorar. Cañelles sostiene esa misma recomendación para “mayores de 65 y vulnerables que no tengan aún la cuarta dosis, que se la pongan en previsión. Esta vacuna bivalente está funcionando en EE.UU. estupendamente para prevenir hospitalización con ómicron”.
¿Sirven los tratamientos ante XBB.5.1?
Sirven las vacunas, hasta donde se tienen datos, para evitar la enfermedad grave. Lo que sí ha conseguido Kraken es inutilizar el último tratamiento con anticuerpos. La Administración del Medicamento y Alimentación (FDA) de Estados Unidos señala de que es probable que la variante XBB.1.5 sea resistente al fármaco Evusheld contra la COVID-19, del laboratorio AstraZeneca (no confundir con la vacuna de AstraZeneca, no tiene nada que ver).
Cada nueva subvariante que se ha impuesto ha ido desbancando tratamientos con anticuerpos. No obstante, hoy en día, los anticuerpos no son la primera opción para combatir el coronavirus, como explicaba el doctor Juan Emilio Losa (HUFA), cuando confirmó a Newtral.es que la subvariante BQ.1.1 (la predominante ahora) es resistentes al bebtelovimab, ronapreve y sotrovimab (los dos últimos, usados en España.
Los tratamientos antivirales con molnupiravir y el Paxlovid seguirían siendo eficaces en los perfiles indicados, pacientes de riesgo sin vacunar, durante el comienzo de la infección.
¿De dónde ha salido XBB.5.1?
El mundo de los linajes del SARS-CoV-2 es todo un galimatías alfanumérico de familias y cruces imposibles, comparable al árbol genealógico de reinos y dinastías. Hasta la llegada de ómicron, una variante acumulaba un número de mutaciones (o pequeños cambios en el texto de su ARN) que terminaba por darle unas características diferenciadoras. Eso hacía emerger a un a variante de preocupación (VOC, en la jerga técnica). Y la OMS le pone un nombre de letra griega.
Su irrupción no ha sido homogénea ni tan explosiva como la llegada de ómicron, pero es candidata a imponerse de forma parecida como lo hizo BQ.1.1, que no provocó una ola
Pero desde ómicron, vemos emerger tantas mutaciones combinables de inmensas maneras, que tenemos subvariantes. Como explicaba a Newtral.es la doctora en Biología Mireia Coscollá (I2sysbio – Universitat de València), el número de infecciones con ómicron ha sido tan grande que se ha dado la oportunidad al virus de mutar bastante y hasta recombinarse Pero dentro del marco de la misma variante, con unas características muy similares en cuanto a su manifestación clínica.
XBB.5.1 es una recombinante hija de otras recombinantes: XBB. Una mezcla de BM.1.1.1 y BJ.2. Está dentro de la gran familia de las BA.2, que se impuso en España a comienzos de primavera. Pero tienen mutaciones que se siguen con especial atención: ¿Quien se contagió con BA.2 entonces está más protegido ahora? No lo sabemos. Sólo sabemos que quien se infectó con BA.2 es difícil que se reinfecte con BA.5 en los siguientes ocho meses. No hay datos aún de reinfecciones de BA.5 con XBB.1.5, así que habrá que esperar.
Pero, en cualquier caso, nada apunta a que una reinfección mandará a esa persona al hospital, especialmente si tiene sus vacunas al día.
¿Por qué se llama Kraken?
Kraken no responde a una nomenclatura oficial. Fue el virólogo canadiense Ryan Gregory quien comenzó a poner nombres de criaturas mitológicas a las subvariantes de ómicron. No tienen nada que ver con su virulencia.
Si quieres saber más sobre evolución de estas subvariantes, que Gregory sigue de cerca, en este hilo de Twitter explica algunas curiosidades y hallazgos:
I think XBB.1.5 (Kraken) is very instructive about how dynamic and wide-reaching SARS-CoV-2 variant evolution is, and why confident dismissals of each variant’s risk and a focus only on snapshots at one time in one place are foolish.
— T. Ryan Gregory (@TRyanGregory) January 1, 2023
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Dice Gregory que ”el apodo de XBB.1.5, Kraken, es informal, pero está destinado a ayudar a las personas a realizar un seguimiento de quién es quién en la sopa de variantes en constante crecimiento”. Ahora hay más de 650 subvariantes de ómicron. ”XBB.1, del que desciende XBB.1.5, se ha denominado ‘Hipogrifo’. La XBB original es ‘Grifo’”.
Curiosamente, el sistema de apodos basados en criaturas mitológicas empezó en Twitter, cuando el usuario @xabitron1 decidió llamar arbitrariamente a la BA.2.75 (ancestro de XBB.5.1) como ‘Centauro’. Y aquello se viralizó.
¿Y ahora, qué?
Cree Ryan Gregory que los mensajes extremos en una u otra dirección no son muy útiles. “Las variantes pueden tener propiedades que las hacen preocupantes, pero hay muchos factores que determinan si causarán oleadas de enfermedades desastrosas. No todos son ‘la próxima gran lo-que-sea’, de ninguna manera”, señala en ese hilo de Twitter el bautista de ‘Kraken’.
En palabras de otro virólogo, Jonathan Ball, de la Universidad de Nottingham en el SMC de Reino Unido: “Será mejor que nos acostumbremos a la aparición de nuevas variantes, al menos en el futuro previsible. Sí, darán lugar a nuevas oleadas de infección, pero la vacuna sigue demostrando ser un arma muy eficaz para proteger a los más vulnerables de enfermedades graves”.
“Será mejor que nos acostumbremos a nuevas variantes y olas de covid”
Jonathan Ball, Universidad de Nottingham
Quizás, la mayoría de mensajes que has leído en este cuestionario te suenen. Con sus más y sus menos, cada vez que ha aparecido una subvariante de ómicron se repiten las mismas cosas. No hace ni tres meses que estábamos analizando la llegada de BQ.1.1. Y casi todo, preliminarmente, se podría aplicar a XBB.1.5. Aquella no provocó una ola. Pero BA.5 sí lo hizo en verano. Y aunque con la vacuna, proporcionalmente hay muy pocas muertes por covid, las dos olas ómicron se ha llevado por delante –o acelerado la muerte– de no menos de 21.000 personas, según el INE.
Puede que se den más olas de covid, ligadas a esta u otras subvariantes. Eso piensan la mayoría de profesionales de la epidemiología y la inmunología. Y una gran oleada es siempre una mala noticia para vulnerables y aumenta el riesgo de covid persistente. Sin embargo, la lógica es que cada vez tengan menor impacto. “El SARS-CoV-2 está aquí para quedarse y tenemos que acostumbrarnos”, concluye Ball.
- Sobre transmisibilidad: Informe de los CDC sobre XBB.5.1
- Índices de transmisibilidad de subvariantes, por Raj Rajnarayanan (ASU)
- Valoraciones de OMS: Tedros Adhanom y Maria Van Kekhove en rueda de prensa
- Sobre ineficacia de tratamientos: estudio sobre anticuerpos m. de Ho et al., ‘Cell’, 2022
- François Balloux (University College Londres)
- Explicación del origen del nombre de las subvariantes, por su autor
- Matilde Cañelles (IFS-CSIC)
- Mireia Coscollá (I2sysbio – Universitat de València)
- Jonathan Ball (Univ. Nottingham)
- Juan Emilio Losa (HUFA)