La WNBA de la justicia social: más visibilidad y audiencia en año electoral

Yvonne Turner y Brittney Griner rinden homenaje a Breonna Taylor. FOTO: Phoenix Mercury Twitter
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El 18 de junio, a escasos días de iniciarse una temporada atípica en la WNBA con motivo de la pandemia, la atención de la liga norteamericana de baloncesto caía sobre la eficacia de la burbuja anti COVID-19 creada en Florida para sostener el campeonato. En mitad de esa incertidumbre, el foco giró radicalmente hacia la justicia social a través de una de sus estrellas. Renee Montgomery, campeona en 2015 y 2017, renunciaba a jugar. «Hay mucho trabajo fuera de la pista».

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La jugadora de Atlanta Dream se hacía eco de las protestas de miles de afroamericanos en las calles de Estados Unidos tras la muerte de George Floyd, ciudadano afroamericano asfixiado por un policía en Mineápolis. En un mensaje publicado en redes sociales, reclamaba acción de sus compañeras: «Es el momento». 

Cuatro meses después, los Seattle Storm de Sue Bird y Breanna Stewart se llevaron el título de una histórica liga en la MG Academy, donde convivieron doce equipos. Pero desde el 6 de julio con el partido inaugural hasta el 6 de octubre con el cierre final, el baloncesto estuvo casi siempre en un segundo plano. Cada partido, cada minuto en televisión, activó demandas sociales y políticas. Las redes sociales también fueron aliadas, y en ellas se explotaron mensajes para votar incluidos en mascarillas, camisetas o zapatillas.

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#SayHerName

Antes de George Floyd, la comunidad afroamericana revivió la brutalidad policial con Breonna Taylor. La joven fallecía en su apartamento de Louisville, Kentucky, después de recibir ocho disparos de la policía. Su nombre fue un emblema para las jugadoras de la WNBA. #SayHerName o #BlackLivesMatter sirvieron para manifestar el rechazo al racismo y la necesidad de diálogo y cambio social. «Llamamos a votar, pero es una cuestión cultural», lamenta Montgomery.

Breonna Taylor, presente en la parte posterior de las camisetas, fue uno de los ejes de las reivindicaciones. La jugadora Jewell Loyd lo manifestaba así en ESPNW. «La tuvimos presente toda la temporada, y con este apoyo queríamos ponernos frente a un problema. Evidentemente tenemos más sensibilidad porque la mayoría somos negras y sentíamos que podría ser cualquiera de nosotras o de nuestra familia». 

El pitido final de cada encuentro atrajo la atención hacia el discurso. A pie de pista, las jugadoras aprovecharon los micrófonos y las cámaras de CBS y ESPN para manifestar su opinión y adquirir poder en demandas para reformar la justicia, concienciar sobre la brutalidad policial o registrarse para votar en las elecciones de Estados Unidos que se celebran el 3 de noviembre

El resultado comenzó a verse en las audiencias y en los impactos a través de redes sociales. Atraían cada vez a más personas. Según datos de Zoomph, el valor de las publicaciones se multiplicó en aquellas jugadoras que lideraron el movimiento contra el racismo, especialmente visible en los casos de A’ja Wilson, Breanna Stewart y Sue Bird. En global, el partido inaugural fue visto por 401.000 espectadores,un 63% más que el año anterior, y las finales entre Seattle Storm y Las Vegas Aces crecieron un 15%, con 570.000 espectadores y un aumento del 34% en el tercer partido. 

Piden el arresto de los policías que mataron a Breonna Taylor. | FOTO: New York Liberty
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Huelga por la brutalidad policial

Un tercer hecho conmocionó a las decenas de jugadoras que convivían en la burbuja y amenazó con su paralización definitiva. Jacob Blake, otro ciudadano afroamericano, recibía siete disparos por la espalda. En la noche posterior, Washington Mystics llegaba al pabellón con camisetas blancas, su nombre en la parte frontal y siete balas detrás. A veinte minutos de la emisión en directo de tres partidos, anunciaron una huelga. 

La comisionada de la liga, Cathy Engelbert, se puso del lado de las jugadoras. En un evento de ESPNW sobre activismo en el deporte, narraba cómo ese momento podía ser histórico. «Yo, como mujer blanca tenía que escuchar. Y ese día aprendí muchísimo de ellas. Mi trabajo es ampliar su discurso. Tenemos una gran plataforma para conseguir cambios». 

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Marta Xargay, exjugadora internacional española, se encontraba en el hotel. «Fue un momento brutal porque te das cuenta de lo que sufren las personas negras, del miedo que tienen. No están seguras, hay mucha injusticia, es terrible», relata a Newtral.es. «Nos reunimos, encendimos velas, escuchamos muchas voces… El 80% de las jugadoras son negras y muchas son madres, temen por sus hijos. Concluyeron que si querían ayudar, tenían que seguir, porque tienen voz cuando juegan, cuando salen por la tele». 

Un futuro ligado a la justicia social

La WNBA fomentó el relato. «Es una lucha de mujeres, mayoritariamente negras, con amplia presencia LGTBI, que buscan oportunidades», explica Engelbert. «Las empresas deben conocerlas e invertir en ellas, tienen valor añadido histórico, valor social. Son mujeres poderosas, inteligentes, madres, luchadoras… que además pelean por un objetivo común. Hay una narrativa en ellas y la visibilidad es nuestro principal reto. La audiencia ha crecido porque son las próximas líderes del mundo. Es el momento de apostar por ellas». 

En un año de reivindicaciones, donde también consiguieron mejorar sus condiciones laborales con la firma de un convenio, la WNBA se ha mostrado más presente en el tejido deportivo que nunca. Alisha Valavanis, CEO del equipo vencedor, Seattle Storm, incidía en Just Women’s Sports en el valor de este compromiso social. «Son inspiradoras, un ejemplo del poder que hay detrás del deporte para generar cambios positivos en la sociedad. El colectivo WNBA lucha por un mundo más igualitario». 

Pasado el impacto de los tres meses de competición, Renee Montgomery, quien inició el camino de esta lucha, mantiene su discurso presente días antes de las elecciones. En una entrevista en The Washington Post, reconocía lo difícil que había sido dejar el baloncesto por primera vez en diez años, pero incidía: «Teníamos la atención mundial. Precisamente por lo dura que es mi renuncia, la gente entiende que la causa debe ser grande y se para a escuchar lo que digo. Los deportistas tenemos que ver lo que está sucediendo». 

Mensajes contra el racismo en las zapatillas. | FOTO: Phoenix Mercury Twitter

Mujeres en el deporte

En esta sección nos hemos propuesto dar voz a mujeres deportistas y generar referentes a través de su actividad. Fútbol, balonmano, rugby, surf…

¿Qué medidas se pueden tomar para un deporte igualitario? ¿Qué historias personales hay detrás de su éxito? ¿Cómo convertir este ámbito en una herramienta de inclusión y diversidad?

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