Tokio 2020: la pareja de voley playa fememino Liliana Fernández y Elsa Baquerizo, ante sus terceros Juegos Olímpicos

voley playa femenino Liliana Fernández y Elsa Baquerizo
Elsa Baquerizo y Liliana Fernández | FABIO PAGANI WEB SHUTTERSTOCK
Tiempo de lectura: 5 min

El sueño olímpico se construye durante cuatro años en el imaginario de más de 11.000 deportistas—326 españoles—, y se materializa durante las dos semanas de convivencia en las instalaciones, en este caso de Tokio 2020, con las características propias de una pandemia de la COVID-19 que restará naturalidad a esta experiencia que llega un año más tarde de lo previsto por la pandemia. Pese a las circunstancias, Lili Fernández (Benidorm, 1987) y Elsa Baquerizo (Nueva York, 1987), que participan en la disciplina de voley playa femenino, insisten en la relevancia de un acontecimiento deportivo que acerca culturas y posturas: “La Villa Olímpica es preciosa por la diversidad brutal que hay”, cuentan a Newtral.es.

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La pareja del voley playa femenino, novenas en Londres 2012 y Río 2016, maneja con experiencia la tercera participación en unos Juegos Olímpicos. Con la veteranía apuntan a la medalla como un sueño más que una realidad, pero han trabajado para superar sus marcas y disfrutar la estancia. “Vivir unos Juegos te abre la mente. Ves que eres alguien muy pequeño en este mundo y bajas a la tierra. Te enriquecen en valores, respeto, integración… Todo discurso fuera de esto supone no haber vivido un crecimiento personal así”, comenta Liliana Fernández. 

Nueve años después de su debut en unos Juegos Olímpicos, con un parón de un año por la maternidad de Liliana Fernández, ambas apuntan a la evolución como pareja. “Ya sabes qué te vas a encontrar, cómo tienes que gestionar las emociones o en qué fallaste la anterior vez”, dice Elsa. “Lo importante es el trabajo previo, cómo marcas un objetivo pero entrenas en función de las necesidades. A veces no llevas un buen camino y tienes que volver atrás para arrancar de nuevo. Si hacemos todo eso bien, solo tenemos que disfrutar de este premio que tenemos cada cuatro años”, añade Liliana. 

Para las dos jugadoras el gran objetivo en el voley playa femenino en Tokio 2020 es mantener la estabilidad y manejar los altibajos. “Ante un conflicto, trabajamos desde el respeto mutuo. Nos conocemos muy bien y eso es una ventaja. Los roces casi siempre son en el campo, con la tensión, pero no le damos importancia”, explica Elsa. “No hemos tenido grandes conflictos porque siempre hemos ido en la misma línea en cuanto a objetivos”, incide Liliana Fernández. “Si nos enfadamos sabemos que es fruto de la tensión. Cada año gestionamos mucho mejor esas situaciones”. 

Liliana Fernández: “Hay mucho sufrimiento físico y mental”

En la competición de voley playa femenino, inciden, hay más momentos de tensión que de diversión, pero ellas han aprendido a gestionar esa emoción directa. “Solo disfrutas cuando acabas el partido y has ganado”, puntualiza Liliana, quien recuerda con humor cuando en Londres 2012 chocaron dos veces en un mismo partido. “Nos empezamos a reír porque es lo mejor si las cosas no salen. Normalmente hay mucho sufrimiento físico y mental. Solo los deportistas valoramos que alguien como Nadal se mantenga veinte años al mismo nivel”. 

Esa tensión provocada por la exigencia conlleva un trabajo mental que están dispuestas a realizar. “Los deportistas de alto nivel nos exigimos muchísimo, y tenemos que encontrar el equilibrio para que no se convierta en un machaque. Tiene que haber un compromiso personal, un objetivo, sacrificios… Muchas veces tendemos a ir solos y cuando abres la mente es cuando aprendes más rápido”, recalca Elsa sobre la competición de voley playa femenino. “Yo he sido muy autodidacta desde pequeña y he tenido que limar esa parte de mí”.

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Elsa Baquerizo y el reto del voley playa femenino: “Aunque sean sin público, serán emocionantes”

El calendario para llegar a Tokio 2020 se ha visto reducido por la pandemia de la COVID-19, por lo que ambas esperan un nivel competitivo más bajo de lo habitual en todos los participantes en la disciplina de voley playa femenino y en otras muchas. “Son muchos meses parados o sin estar a pleno rendimiento, y hemos disputado menos pruebas que antes te ayudaban a coger ritmo. La pandemia ha complicado mucho la preparación”, dice Liliana. “Y físicamente se nota que tenemos un año más”, bromea Elsa Baquerizo. 

Otro factor determinante será el ambiente, el público que esta vez estará ausente en la mayoría de las competiciones, o reducido a locales en algunos casos. “Hay mucha incertidumbre y todas estas noticias relacionadas con el contexto te hacen venirte abajo, pero cuando comience la competición serán unos Juegos más, emocionantes. Yo estaré histérica”, comenta Elsa. “La villa sigue siendo la villa, igual que vestir la equipación de España. Quizás la reacción sea más controlada o menos intensa por la ausencia de público”, añade Liliana. 

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Liliana Fernández: “Hay que visibilizar para normalizar”

Por primera vez, el Comité Olímpico Internacional (COI) facilitó dobles abanderados para incorporar a más mujeres al frente de las delegaciones, algo que en España ha visualizado la pareja formada por Mirea Belmonte y Saúl Craviotto. Para Liliana Fernández, representante española del voley playa femenino, cualquier muestra de igualdad es importante. “A veces es necesario visibilizar de esta forma para que las niñas tengan referentes, no solo en el deporte sino en todos los ámbitos. Es la única forma de normalizar”. 

Voley playa femenino | La pareja formada por Liliana y Elsa ha sido:

6 veces Campeonas de España.
Plata y dos bronces en el Europeo.
Novenas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016.
Quintas, plata y bronce en Mundiales.