Cómo un volcán en Tonga provoca un meteotsunami mediterráneo

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Cinco días después de la erupción submarina del volcal Hunga Tonga, en Oceanía, sus ecos siguen reverberando en el planeta Tierra. Las ondas sonoras de su explosión (aunque no las oiga el oído humano), el pasado sábado, continúan dando vueltas al mundo. Y alterando el comportamiento atmosférico y marítimo. El más llamativo, en forma de meteotsunamis en un lugar tan alejado de Tonga como la costa mediterránea.

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Pasadas las ocho de la tarde del 15 de enero, el veterano meteorólogo Agustí Jansa empezó a ver variaciones extrañas en el nivel del mar. Los barómetros confirmaban que también se estaban produciendo alteraciones en la presión atmosférica. Jansa es el mayor experto español en un fenómeno conocido como rissaga. En realidad, son pequeños tsunamis producidos por variaciones bruscas de la presión del aire, que se propagan en ondas capaces de generar olas marinas.

Aquella noche, los barómetros le mostraban un desplome de la presión. Las aguas se alteraron. Estaba ante una extraña rissaga fuera del tiempo de rissaga. “¿A qué se debía esa disminución rápida de presión que nos recordaba una rissaga o meteotsunami pero que no podía serlo?”, recuerda Jansa en conversación con Newtral.es. “Resultó que aquí llegaba esta perturbación de la presión unas 15 o 16 horas más tarde [de la erupción]”. La hipótesis estaba sembrada.

“Si tenemos en cuenta la distancia entre nosotros y las Islas Tonga, era aceptable que fuera la oscilación de presión ligada a la explosión submarina del volcán. 34 horas más tarde de la primera oscilación, hubo otra. ¿Qué explicación tiene esto? Pues que ha dado otra vuelta entera al planeta la onda y todavía se mantiene activa”, señala el meteorólogo jubilado por videoconferencia.

Meteotsunamis: si viste una especie de marea extraña, sí es posible que fuera por el volcán

La súbita diferencia de presión producida a la llegada de esta onda ha provocado variaciones del nivel del mar en muchos lugares del planeta. Esta se ha detectado en localidades de las costas de Valencia y Baleares, llegando a producir oscilaciones de 50 cm de altura.

Allí están acostumbrados a las rissagas. Sin embargo, Jansa recuerda que habitualmente se producen no por volcanes ni terremotos. Estos meteotsunamis se generan por la acción de los propios cambios de presión del aire. Cuando son muy bruscos. Bajadas rápidas de presión ligadas a borrascas o al contrario. Si hay ascensiones de aire muy bruscas sobre el mar, queda un ‘hueco’ que el agua tenderá a rellenar, ascendiendo. Y esa ascensión genera una o varias olas.

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Los meteotsunamis se notan especialmente en los puertos, dado el efecto ‘rampa’. El de Ciutadella, en Menorca, ha vivido episodios desastrosos por una brusca subida y bajada del nivel de las aguas. En este tipo de situaciones, se produce un efecto amplificador de las olas. Las ondas atmosféricas y marítimas se acoplan, van sincronizadas. Sus picos y valles coinciden y se retroalimentan, haciendo más bruscas las variaciones. Claramente no fue lo que ocurrió en la supuesta rissaga atribuida al volcán de Tonga.

En el caso de Hunga Tonga, fue al revés. Fue la presión de la lava submarina la que subió el nivel de las aguas, que presionaron a su vez al aire de la atmósfera. En las zonas más cercanas, se produjeron tsunamis derivados de la erupción. Pero en otros puntos del planeta, las aguas se agitaron por la alteración atmosférica que se pudo propagar sin obstáculos, “dando al menos tres vueltas enteras a la Tierra a lo largo de la semana”, señala desde Alicante el geólogo Nahúm Méndez Chazarra. Las ondas atmosféricas viajaron en todas direcciones, desde Tonga, a unos 1.000 km/h.

“La violenta explosión del volcán en el Pacífico ha generado un tren de ondas de presión por el aire, que se ha expandido por toda la atmósfera, registrándose oscilaciones bruscas de la presión a su paso en los observatorios y estaciones meteorológicas de todo el mundo, incluida España”, añade respecto a los meteotsunamis desde Meteored José Miguel Viñas.

Jansa confirma que algunas observaciones parecidas a rissagas que han circulado por redes sociales en España son perfectamente compatibles con esta teoría. “En todo el mundo se pueden haber notado efectos oceanográficos de causa meteorológica, derivados de la explosión en Tonga”. Aunque atribuirlos directamente es más complejo.

Por su parte, el también meteorólogo Francisco Martín, señala que aunque la onda pudo crear el referido meteotsunami en Baleares, de varias decenas de centímetros, este evento está aún pendiente de revisión.

Hunga Tonga se sintió en todo el mundo

La erupción el pasado sábado del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, un volcán submarino a 65 kilómetros situado en el Reino de Tonga, en la Polinesia, es una de las más violentas que se han registrado en los últimos treinta años en el planeta.

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“La gran y explosiva extensión lateral de la erupción sugiere que probablemente fue la mayor desde la erupción del Pinatubo el 13 de junio de 1991”, dijo a Radio New Zealand Shane Cronin, vulcanólogo de la Universidad de Auckland. Por su parte, el ingeniero experto en volcanes del IGN-CNIG Rubén López recuerda que estamos ante la erupción volcánica más explosiva del siglo XXI. Ha sido la mayor explosión en la isla desde el año 1100. Este tipo de explosiones ocurren una vez en miles de años.

La atronadora erupción del Hunga Tonga Hunga Ha’apai, un volcán con un amplio historial de actividad, pudo escucharse a cientos de kilómetros de distancia y sus cenizas y vapor fueron expulsados a unos 20 kilómetros de altura.

“Los efectos de la erupción se sintieron en todo el mundo, con la onda expansiva y el tsunami asociados reportados tan lejos como Alaska”, indica Heather Handley, vulcanóloga y profesora adjunta de la Universidad de Monash (Australia). La nube de humo expulsada por el volcán, que provocó un tsunami, tuvo un diámetro de 260 kilómetros y se pudo observar por los satélites en la órbita terrestre.

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