Los españoles cada vez compramos menos vivienda, especialmente entre las familias más jóvenes. Los hogares con miembros menores de 35 años y que tenían una vivienda en propiedad han caído desde el 69,3% en 2011 al 31,8% en 2022, según la Encuesta Financiera de las Familias (EFF), que ha publicado este martes el Banco de España.
La vivienda supone el activo más importante de las familias, representando a finales de 2022 el 41,7% del valor de los activos totales para el conjunto de hogares:
- En propiedad. Entre finales de 2020 y finales de 2022, el porcentaje de hogares españoles que eran propietarios de su vivienda principal se mantuvo estable en torno al 72%. El BdE destaca que la tasa de propiedad de vivienda entre los jóvenes españoles es la que más ha descendido, 37 puntos porcentuales en 11 años, mientras para el total de la población esta caída ha sido de algo más de 10 puntos porcentuales, lo que se debe en parte al menor acceso al crédito.
- Una segunda casa. Un 33,8% de las familias españolas poseen una segunda vivienda. En total, el 46,8 % de los hogares son propietarios de activos inmobiliarios distintos a su vivienda principal, entre residencias secundarias, solares o fincas.
Deudas por la vivienda principal. A finales de 2022, un 57% de los hogares tenían algún tipo de deuda, cuyo importe mediano pendiente era de 28.400 euros. El 66% de esa deuda era para la compra de la vivienda principal, 4,3 puntos más que a finales de 2020, un incremento que rompe la tendencia decreciente de entre 2014 y 2020.
Las familias endeudadas que dedican más del 40% de sus ingresos a pagar deudas caen al 4,6% en 2022, mientras el dato de las más vulnerables mejoró en casi tres puntos porcentuales entre 2020 y 2022 y se situó en el 8,1%.
Un apunte: Estos datos se enmarcan, según el Banco de España, en un contexto de incertidumbre caracterizado por los problemas de suministros por la guerra de Ucrania, junto a un aumento extraordinario de los precios de la energía y las materias primas. Un año, 2022, en el que los hogares españoles presentaron variaciones tanto en sus rentas como en sus activos y sus deudas, estando estos dos últimos componentes patrimoniales marcados fundamentalmente por la vivienda.