Un estudio apunta a que en España se producen 400.000 actos de violencia sexual al año, un 25% de ellos contra menores

Las agresiones sexuales en grupo en España han aumentado un 54% entre 2016 y 2021
Las agresiones sexuales en grupo en España han aumentado un 54% entre 2016 y 2021| Shutterstock
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Estimar la prevalencia de la violencia sexual en España entraña dificultades porque, aún hoy, una gran parte de los ataques contra la libertad sexual son desconocidos. Así lo apuntaba Antonio Andrés Pueyo, catedrático y profesor de Psicología y Criminología en la Universidad de Barcelona, en la presentación del reciente informe que ha conducido por encargo del Ministerio del Interior: “Todavía desconocemos un 80% de los actos de violencia sexual que se cometen, lo que se conoce como la ‘gran cifra oculta’”. 

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Sin embargo, Pueyo y su equipo de investigadores han tratado de estimar, de la forma más precisa posible, una cifra. A través de denuncias, sentencias condenatorias, informes y encuestas (principalmente entre 2018 y 2019), este equipo de la Universidad de Barcelona y del Ministerio del Interior estima que en España se producen 400.000 actos de violencia sexual al año. Y de ellos, 100.000 (un 25%) son contra menores de edad. 

La cifra tiene un reverso: según apuntaba Antonio Andrés Pueyo en la presentación del estudio, anualmente, hay “250.000 agresores y 350.000 víctimas de violencia sexual”. Es decir, un mismo agresor puede cometer varios delitos contra la libertad sexual y una misma víctima puede sufrir más de uno de estos actos. 

¿Qué se entiende por violencia sexual?

Lo que el informe comprende como violencia sexual en España abarca una amplia tipología de actos: desde agresiones y abusos sexuales hasta acoso sexual o esclavitud, pasando por ciberdelitos como el grooming o la pornovenganza. Cuando se trata de población adulta, estos delitos afectan, mayoritariamente, a mujeres: un 85%, según el estudio. Los perpetradores son, por otro lado, hombres principalmente: 96%.

Como apunta el informe, “el fenómeno de la violencia sexual no se restringe ni es equivalente al de delito sexual”. Es decir, en los 400.000 actos anuales que estiman los investigadores, muchos de ellos no tendrían por qué tener una respuesta penal (por ejemplo, algún tipo de acoso verbal por la calle o un tocamiento no consentido en el transporte público).

Antonio Andrés Pueyo, durante a presentación del informe, señalaba que “cada vez se denuncia más”, y que “la percepción del aumento de la violencia sexual parece deberse a un aumento de los ciberdelitos”, una tipología que, con la normalización de las redes y de la tecnología, “estaría incrementándose”.

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El aumento de la violencia sexual en España también podría deberse, apunta el informe, “al retraso en la edad de responsabilidad penal (de 13 a 16 años)”. El resto de delitos, a diferencia de los que se producen online según indican los investigadores en el documento, “parecen estar más estabilizados e incluso algo a la baja”. 

Por otro lado, explicaba Pueyo en la comparecencia, “aunque la percepción social es de que las agresiones sexuales grupales han aumentado, suponen todavía algo menos del 5%”.

La violencia sexual en España y la sumisión química

De acuerdo al macroestudio, “un 31% de los actos de violencia sexual, graves y sobre mujeres adultas que acuden a urgencias médicas por la agresión, se dan bajo los efectos de la sumisión química”, es decir, el uso de sustancias tóxicas para anular la voluntad de la víctima.

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Los autores de este informe encargado por el Ministerio del Interior señalan que “en España se ha producido un incremento importante en el estudio de la sumisión química con fines delictivos durante esta última década”. Los investigadores distinguen la sumisión química de la vulnerabilidad química, entendida esta segunda como la ingesta voluntaria por parte de la víctima de ciertas sustancias (habitualmente alcohol) que disminuye su capacidad de decisión. La sumisión, sin embargo, tendría una consecuencia similar pero su administración es intencionada por parte del agresor y sin conocimiento de la víctima. 

Esto es relevante en tanto que el actual Código Penal no establece una agravante para la sumisión química: se entiende que al estar anulada la voluntad de la víctima (mediante el uso de dichas sustancias por parte del agresor o agresores), no es necesario usar la fuerza ni la intimidación, por lo que se tipifica como abuso sexual, no como agresión. 

Esto cambiaría de aprobarse la “ley del solo sí es sí”, o proyecto de ley de libertad sexual, que está en trámite parlamentario. La norma propone contemplar este supuesto como agravante, además de eliminar el supuesto de abuso sexual.

1 Comentarios

  • Es importante que las justica trabaje y mucho en mejorar la seguridad de la mujer en este aspecto, ya que la mayoría de las victimas son las mujeres, endurecer las penas hacia esos criminales o inclusos enfermos según algunos estudios científicos. Aunque hay que tener en cuenta que los delitos sexuales también se dan en el genero masculino o incluso en la infancia por eso es importante tened una justicia la cual vele por los intereses de las victimas sea del genero que sean.