“Llevo cuatro años formando parte de la UME y ha sido la mejor decisión de mi vida”. El que habla es Juan Antonio Mora Portillo, Brigada Jefe de la Sección USAR (Búsqueda y Rescate en entornos urbanos) desde el Cuartel General de la Unidad Militar de Emergencias (UME), en Madrid.
Admite, además, que sus hijos dicen que “están orgullosos de que su padre esté en la Unidad Militar de Emergencias”, pese a que sea también difícil para ellos que su padre esté tantas horas fuera de casa. “Están deseando que vuelva pero también para que les cuente cosas”, asegura.
“Es importante que la familia te apoye”, insiste el Comandante Jefe de Planes del Batallón I, Manuel Zarazaga Garrido. Recuerda además que, durante los primeros días de la pandemia, se levantaba a las 5.30h de la mañana para volver a casa a las 23.00h o 00:00h. “Es exigente”, remarca.
Pero ya antes de la pandemia, durante una emergencia por incendios, por ejemplo, “los turnos son de 12 horas”, dice el Cabo Primero Félix Maganto Álvarez, auxiliar de la Oficina de Protocolo, Relaciones Institucionales y fotografía.
Y es que hay una cosa que el Cabo Primero Maganto deja clara desde el principio: “Desde que nos llaman hasta que terminamos nosotros no pensamos en nosotros mismos, pensamos en resolver la emergencia”.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene como misión la intervención en caso de grave riesgo, catástrofe naturales u otras necesidades públicas y nació en 2005, convirtiéndose en la unidad de primera intervención de las Fuerzas Armadas en estas situaciones.
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Cuenta en estos momentos con 5 batallones de intervención repartidos por toda España y con más de 3.500 efectivos entre Cuadros de Mando y personal de Tropa y Marinería.
Para el Cabo Primero Maganto, “trabajar con el ciudadano directamente” fue el aliciente que le hizo dar el paso para formar parte de la UME, unos 14 años atrás. “Me parecía muy satisfactorio”, explica.
“Nadie esperaba una pandemia pero no teníamos miedo”
“Habíamos hecho una pequeña preparación previa, en nuestros pequeños campos, pero nadie esperaba una pandemia mundial. No estábamos preparados”, admite el Brigada Mora.
Como también recuerda el Comandante Jefe de Planes del Batallón I, Manuel Zarazaga Garrido, “cada día sobre las 22.00h o 23.00h de la noche, al finalizar las actividades” se reunían para ver “en qué se había fallado” y “cómo se podía mejorar”.
De esa manera, relata, “al día siguiente, el personal que salía a las 6.30h o 7.00h de la mañana ya se llevaba esos procedimientos modificados”.
Durante todos esos días sus cabezas iban a mil por hora todo el rato: “Uno no paraba de darle vueltas a todo, porque al principio es así. ¿Y si hubiera colocado esto de esta forma? ¿Y si…? La gente estaba muy obsesionada”.
Sin embargo, como también relata el Brigada Mora, la sensación de la unidad “no era de miedo, sino de respeto a lo desconocido”: “Teníamos respeto a lo desconocido pero nunca hubo esa sensación de miedo”. “Todo el mundo quería participar y colaborar”, asegura.
En ese sentido, el cabo primero Maganto recalca que lo que quiere la unidad “es cumplir la misión”: “Sin ponernos en riesgo, evidentemente, pero cumplir la misión”.
El viernes 12 de febrero se comenzó a vacunar al personal de la unidad con las dosis de AstraZeneca recibidas, según informó el Ministerio de Defensa, que confirmó también que hasta este momento en la UME se había vacunado al personal sanitario.
“Orgullosos pero impotentes por no poder hacer más”
Una de las principales misiones que estuvo realizando la UME en la lucha contra el coronavirus es la desinfección de instalaciones críticas y, muy especialmente, el apoyo a las residencias de mayores, realizando 2694 intervenciones en residencias en toda España.
“Se hizo una misión de reconocimiento y apoyo a las residencias que fue lo que a todos nos marcó”, asevera el Brigada Mora.
“Sentías mucha impotencia al ver que podías hacer lo que podías hacer, no más”, recuerda el Comandante Jefe de Planes del Batallón I, Manuel Zarazaga Garrido. “La unidad sí que se sentía orgullosa de lo que estaba haciendo pero también algo impotente porque no podíamos hacer más”.
La intervención supuso el apoyo a residencias “que estaban prácticamente desahuciadas” porque tenían un gran número de casos, dice el Bragada Mora. “El dar el apoyo a esas residencias fue lo más gratificante”, insiste.
Aunque también, como dice el Comandante Jefe Zarazaga, “otra misión bastante dura fue el traslado de enfermos y, sobre todo, las morgues”.
“Es un orgullo que ahora todo el mundo quiera trabajar con nosotros”
Para el Cabo Primero Maganto, “la UME tiene buena imagen porque nunca pone pegas a ningún trabajo”. “Estamos dispuestos a todo”, asegura.
Lo mismo remarca el Brigada Mora. “Para nosotros, nuestra recompensa es que pases con un vehículo y te aplaudan o que, simplemente, una persona te agradezca tu trabajo”, asevera.
“Nuestro trabajo nos cuesta, está claro, pero también hay muchas instituciones que también trabajan muy bien y para nosotros es un orgullo estar dentro del mundo de las emergencias. Nos costó un poco abrirnos hueco en el mundo de las emergencias pero yo creo que, hoy en día, todo el mundo conoce la UME y para nosotros es un orgullo que todo el mundo quiera trabajar con nosotros”, termina el Comandante Jefe Zarazaga.
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