VÍDEO | La responsabilidad ciudadana, ese arma tan potente contra la COVID-19 pero tan difícil de alcanzar

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Cuando Pedro Sánchez decretó de nuevo el estado de alarma, dijo lo siguiente: «No hay que aprobar medidas para saber lo que hay que hacer, porque sabemos qué hay que hacer: quedémonos en casa todo lo que sea posible»

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Apelaba el presidente del Gobierno a la responsabilidad individual y también colectiva, como sociedad, para hacer lo que haya que hacer sin necesidad de que lo dicte una norma. La paradoja es que Sánchez pronunciaba esas palabras horas después de que la policía de Madrid, en la noche del viernes, disolviera un botellón con 300 personas. 

Y no es por poner el foco solo en los jóvenes, sino en la responsabilidad como sociedad, jóvenes y mayores. Esa responsabilidad que tantas veces se ha dicho que es un arma contra la COVID-19, pero un arma intangible.

En Newtral.es hablamos con filósofos y catedráticos de Ética sobre cómo conseguir sociedades responsables capaces de hacer frente a situaciones como una pandemia. 

Lo primero es entender el concepto de responsabilidades desde el punto de vista social. para Esperanza Rodríguez Guillén, profesora de Filosofía y presidenta de la Comisión de Educación de la Red Española de Filosofía (REF), hay que “entender” que el ser humano no vive “aislado”: “Estamos con los demás. Tener realmente esa responsabilidad ciudadana requiere un compromiso del sujeto, del individuo, con el resto. Tengo que comprender que no vivo aislada”.

Y en esa misma línea apunta Àngel Puyol, Catedrático de Ética en la Universitat Autònoma de Barcelona. “La responsabilidad es estar comprometido y actuar conforme al respeto, deberes y derechos de todos los ciudadanos. Todos tenemos una responsabilidad hacia los demás”. 

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Es más, cuando se hace una referencia “a los demás”, Teresa López de la Vieja, catedrática emérita de la Universidad Salamanca, apunta queno es solamente entre los iguales, sino de aquellas personas que comparten un mismo espacio”. “La responsabilidad lo que nos hace ver es que tenemos relaciones de interdependencia”, insiste. 

La polarización impide la responsabilidad 

La científica titular del Instituto de Filosofía del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Astrid Wagner, hace una reflexión sobre cómo alcanzar la responsabilidad ciudadana. 

“El punto clave está en un alto grado de reflexión y argumentación pública, entre políticos y ciudadanos, que hablemos pero también con un cierto nivel: debates informados, intercambio respetuoso de argumentos y opiniones y formación de espacios de interacción”. 

Y en ese sentido, para Wagner la épica actual impide que se alcance la responsabilidad ciudadanos por medio de la reflexión y argumentación. “Ahora es difícil alcanzar la responsabilidad ciudadana por el nivel de polarización ideológica que encontramos en la sociedad”, explica.

“Esta polarización también se refleja en los movimientos anticiencia, antivacuna o en las teorías conspiranoicas. Y podría seguir: el discurso de la posverdad…”, relata Eagner. 

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La ejemplaridad política 

Otra idea que puede contribuir a construir sociedades responsables es el ejemplo que se le da a los ciudadanos por parte de las personas con un altavoz público, como los políticos. 

“La responsabilidad de todos pasa por la ejemplaridad. Todos tenemos que dar ejemplo a los demás de nuestra propia conducta. Si que es verdad que, sobre todo, los responsables políticos o sociales, los líderes de opinión, tienen que dar mayor ejemplo que los demás”, apunta Àngel Puyol. 

En lo mismo incide Rodríguez Guillén: “Hacer política en cordialidad, conjuntamente y no mirando en sus intereses. Si tenemos modelos mediocres no podemos pedirle a la ciudadanía que no lo sea. En muchos casos estamos siendo más responsable que nuestros políticos. Hemos superado muchas cosas, estamos a tiempo”.

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1 Comentarios

  • el prevenir ser contagiado o contagiar a los demás es algo que debemos decidir nosotros mismos y aunque existan persona que creen conspiraciones cada uno tiene su propia ética y forma de ver el mundo y no se debe intentar cambiar a la fuerza la forma de ver y actuar de otros pero intentar cambiar su perspectiva desde el respeto es algo que todos deberíamos de hacer pero el problema es que muchas veces las propias personas no son consientes o no quieren reconocer que pueden ser ellos mismos los que evaden la prevención y se contagian a ellos mismos o a los demás es una cuestión de valorar tanto la vida de los demás como la de uno mismo pues cada uno debe debatir en su cabeza si vale la pena correr el riesgo de salir