La batería de medidas que el Gobierno ha puesto sobre la mesa para reducir la factura de la luz no contempla extender la vida de las centrales nucleares. De hecho, el Gobierno no coincide con la Unión Europea en considerar como ‘verde’ la energía nuclear. No obstante, la oposición plantea como alternativa a la dependencia del gas extender la vida útil de las centrales nucleares.
El último en hacerlo fue el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, el 8 de julio, cuando aseguró: “Debemos de revisar las previsiones de la vida útil de las cinco centrales nucleares instaladas en España”.
Las cinco centrales nucleares españolas, que pueden tener varios reactores, que siguen en funcionamiento y a las que se refiere Feijóo tienen una fecha límite para seguir produciendo. Las concesiones del Gobierno para la utilización de los siete reactores que hay instalados empiezan a expirar a partir de 2024 y la última termina en 2031, como recoge el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Aunque depende del día, la energía nuclear cubre el 21,9% del total de la demanda de electricidad de España, como recoge el informe del sistema eléctrico español de Red Eléctrica España (REE), que subraya que la nuclear ha perdido peso. “Las centrales nucleares han sido la segunda fuente de generación peninsular después de diez años consecutivos de haber ocupado el protagonismo en el mix peninsular”, recoge el documento. Aun así, el compromiso del Gobierno para dejar de emplear esta energía para 2035 es firme.
Extender la vida útil de las centrales nucleares abarata sus costes de producción e implantación
Tanto Héctor Álvarez, profesor de Física nuclear, atómica y molecular en la Universidad de Santiago de Compostela, como Mar Rubio, catedrática de Economía en la Universidad Pública de Navarra y experta en energía nuclear, apuntan a que alargar la vida de las centrales nucleares podría ser positivo en términos económicos para reducir el coste de la factura durante la transición energética.
“La inversión en centrales nucleares es realizada en la construcción, la gestión, procedimiento de validación y licitación. Son sistemas con un coste de acceso a la producción extremadamente alto, y con un coste relativamente bajo de producción energética del megavatio por hora. Por eso, todo aquello que ya esté construido y se mantenga en el tiempo económicamente es viable y extremadamente efectivo para reducir la factura de la luz”, afirma Álvarez.
Por su parte, Rubio especifica cómo podría afectar extender la vida útil de las centrales nucleares en la transición energética, ya que para la experta “tiene sentido alargar su funcionamiento porque no hay manera en el corto plazo de generar el volumen de electricidad (con renovables) que ahora mismo genera la nuclear en España”. En este sentido, Álvarez habla de un “realismo económico”.
Rubio también señala que “la factura de importación de energía es más importante que el grado de dependencia a una u otra”.
“La nuclear debería considerarse de importación, pese al convenio internacional de considerarla fuente de energía doméstica, ya que España importa el 100% del uranio enriquecido. No reduce la dependencia usar más nuclear, es tan de importación como el gas. Lo que puede es que redujera la factura de importación. Hoy es más barato importar uranio enriquecido que el gas necesario para producir la misma cantidad de electricidad”, afirma la experta.
Las desventajas: residuos, contaminación y mayor gasto en controles de seguridad
No obstante, la producción de energía a través de centrales nucleares conlleva unos riesgos y costes. Desde el CSN aseguran que su función no es ni la de abrir ni la de cerrar centrales nucleares, sino la de velar por las condiciones de seguridad de las que ya existen. Como afirma Rubio, “de la seguridad se encargan el supervisor [el CSN] y la industria nuclear, que es la más interesada en que no se produzca ni un conato de accidente en una central de vida extendida porque pondría en jaque todas las centrales en el mundo”.
Por ello, Álvarez explica que existen “contras” a la energía nuclear. Cuanto más obsoletas se vayan quedando, ya sea por la tecnología que empleen o por los materiales con las que estén hechas, más se tiene que invertir en su seguridad.
Pero la seguridad no es la única desventaja. Los residuos radiactivos que se generan en la producción de energía de las centrales nucleares tienen ciclos de vida de miles de años. “Hacer funcionar los reactores que quedan operando en España otros diez o 15 años añadiría relativamente pocos residuos más a los que ya tenemos generados. El problema de los residuos existe con o sin extensión de vida”, afirma Rubio.
No obstante, Álvarez valora cómo podría haber una mejor gestión de estos residuos radiactivos, y explica las dos formas de tratarlos. Por un lado, está la solución tradicional de almacenarlos en lugares con una trayectoria histórica estable, para que no haya fugas. Es decir, lugares que no se vean afectados por el movimiento de las placas tectónicas, o que no se hayan visto afectados por desastres naturales. Por otro lado, aunque es una solución más cara que sigue en fase experimental, podrían tratarlos en un acelerador de partículas y convertir esos átomos de uranio en otro material no radiactivo, dice.
Proyección a futuro: olvidar la vida de las centrales nucleares de fisión y conseguir las de fusión
Al valorar alternativas a las centrales nucleares de fisión, es decir, aquellas que se basan en separar los núcleos de los átomos de uranio 235, los expertos mencionan las de fusión. Lejos de separar los núcleos atómicos de uranio refinado, en el segundo caso se fusionan los de gases ligeros, como el hidrógeno. Álvarez usa un símil: “Tal y como se ve en el mayor reactor nuclear que conocemos, que es el Sol”.
Aunque el sistema de fusión nuclear no generaría residuos −y además la producción de energía sería mucho mayor−, de momento no existen materiales y tecnologías capaces de contener este proceso, pues libera muchísima energía. La radiación local que se genera al fusionar núcleos de átomos es mucho mayor que la que se libera al ‘partirlos’, por lo que se necesitan materiales capaces de contener este proceso, que no genera residuos y desechos.
“Cuando estudié me dijeron que era algo que iba a pasar en 30 o 40 años. A mis alumnos les digo lo mismo, pero a mis profesores también les dijeron eso. La realidad es que no sabemos cuándo podrá ponerse en funcionamiento una central nuclear de fusión”, afirma Álvarez.
- Declaraciones del presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Twitter del PP
- Centrales nucleares en España del Consejo de Seguridad Nuclear
- Informe de Red Eléctrica de España
- Héctor Álvarez, profesor de Física Nuclear, Atómica y Molecular en la Universidad de Santiago de Compostela
- Mar Rubio, catedrática de Economía en la Universidad Pública de Navarra
- Consejo de Seguridad Nuclear
Perdone, pero los AGP que menciona no son instalaciones ni tan baratas ni tan fáciles de ubicar; en 70 años de tecnología nuclear sólo Finlandia ha construido uno, y lo ha tenido más fácil para encontrar su ubicación porque gran parte de su territorio se extiende en formaciones de la orogenia caledoniana, extremadamente estable y con rocas muy aptas para este tipo de instalaciones. Aquí y en la mayoría de los países lo máximo que hay en proyecto es un ATC, de 100 años de vida útil que dejará el problema a los que vengan. Y si se considera todo el ciclo de vida tampoco es la menos contaminante; otra cosa es que miremos a otra parte a las minas de Rusia y Niger, nuestros principales suministradores, donde se remueven toneladas de tierra con máquinas de gasoil, se contaminan amplias superficies y la esperanza de vida de los mineros se reduce varios años respecto a la de su país.
Dicen que no hay una solución efectiva para los residuos. Señores anti bulos, les informo, enterrarlos es una solución efectiva: segura y con un coste fijo y ya contemplado. Además, mencionan la seguridad (la nuclear es la energía más segura, con un índice de muertos menor que la solar o la eólica) y la contaminación (de nuevo, la energía menos contaminante si se considera todo el ciclo de vida).
Perdone, pero los AGP que menciona no son instalaciones ni tan baratas ni tan fáciles de ubicar; en 70 años de tecnología nuclear sólo Finlandia ha construido uno, y lo ha tenido más fácil para encontrar su ubicación porque gran parte de su territorio se extiende en formaciones de la orogenia caledoniana, extremadamente estable y con rocas muy aptas para este tipo de instalaciones. Aquí y en la mayoría de los países lo máximo que hay en proyecto es un ATC, de 100 años de vida útil que dejará el problema a los que vengan. Y si se considera todo el ciclo de vida tampoco es la menos contaminante; otra cosa es que miremos a otra parte a las minas de Rusia y Niger, nuestros principales suministradores, donde se remueven toneladas de tierra con máquinas de gasoil, se contaminan amplias superficies y la esperanza de vida de los mineros se reduce varios años respecto a la de su país.