El uso obligatorio del velo en Irán: leyes, controles policiales y discriminación hacia las mujeres

velo obligatorio Irán
Mujeres en Teherán | Fotografía: Shutterstock
Tiempo de lectura: 12 min

La muerte de Mahsa Amini el pasado 16 de septiembre ha vuelto a poner en foco el uso obligatorio del velo en Irán que se impone a mujeres y niñas mayores de 7 años. Llevarlo mal colocado tuvo como consecuencia la detención de Amini y, de acuerdo con distintas alegaciones e informaciones de medios de comunicación, su muerte pudo deberse a torturas que sufrió en comisaría

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El uso obligatorio de portar el velo existe en Irán desde la Revolución de 1979 y forma parte del Código Penal desde 1983 con sanciones severas para aquellas mujeres que incumplan la normativa. Los encargados de vigilar de cerca dicho cumplimiento son los agentes de la Policía de la Moral, una entidad distinta a la policía iraní cuya presencia ha aumentado en el país, según los expertos en la zona, y, con ello, el endurecimiento de los controles. Su labor se centra en controlar que las mujeres vistan con ropa holgada, que el largo de los pantalones sea el suficiente y que no lleven demasiado maquillaje, entre otras restricciones.

Este tipo de normas sobre la indumentaria femenina son un ejemplo más de los distintos casos de discriminación que existen hacia las mujeres en Irán. Otros aspectos de su vida como el matrimonio, el divorcio o el acceso a empleo y educación también están afectados por ordenanzas que restringen los derechos de las más de 40 millones de mujeres y niñas en el país. Ellas se han convertido en las protagonistas de la oleada de manifestaciones organizadas en Irán en contra del uso obligatorio del velo a raíz de la muerte de Amini.

La Revolución de 1979: punto de partida de la obligatoriedad del velo en Irán

La normativa vigente iraní sobre el uso del velo tiene su origen en la Revolución de 1979, que derrocó la Dinastía Pahlaví e impuso el régimen islámico que sigue presente en el país. Aludiendo a escritos del Corán, el primer Líder Supremo de Irán, Ruhollah Jomeiní, comenzó a incidir en la obligatoriedad de que las mujeres portasen el velo. 

El investigador del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra (UNAV), Javier Gil Guerrero, señala a Newtral.es que “el velo no se impuso en la Constitución de 1979, sino que se hizo de facto mediante declaraciones de Jomeiní y poco a poco se fue codificando. “Por ejemplo, primero se hizo obligatorio en espacios de trabajo, pero no lo era en la calle”. Estas medidas vinieron acompañadas de sanciones cada vez más estrictas por parte del Parlamento iraní para aquellas mujeres que desobedecieran la normativa, “como condenas de 74 latigazos implantadas en 1983 y penas de hasta 60 días de prisión instauradas en 1995”, añade Gil Guerrero.

Hoy en día su uso es obligatorio “desde que una mujer o niña sale de casa hasta que entra, no hay excepciones en los espacios públicos”, explica la portavoz de Amnistía Internacional sobre Irán, Yolanda Vega. Tras ser detenidas y estar bajo custodia policial, “pueden sufrir torturas como malos tratos para forzarlas a confesar”, añade la portavoz a Newtral.es. 

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Asimismo, el periodista iraní y director de ASL 19, Farhad Souzanchi, afirma que “negar que el velo es de uso obligatorio en Irán es un ejemplo de desinformación. Cada día detienen a mujeres en la calle por no llevar la indumentaria correcta, Mahsa Amini fue una de ellas”.

Cómo debe ser la prenda: la ambigüedad generada en torno a la ley islámica

Incumplir con la obligatoriedad de llevar el velo en Irán puede resultar en “detenciones, multas, penas de prisión o latigazos”, como señala Amnistía Internacional. No obstante, el investigador de la UNAV puntualiza que existe cierta “ambigüedad” dentro de cómo debe ser el velo y cuál es su uso correcto. “Es algo que ocurre desde el propio Corán, que indica que la mujer debe vestir con modestia, salvaguardar su honor y no dar cabida a rumores, pero no se menciona específicamente cómo debe ser el velo”.

Esto da lugar a la variedad de prendas de este tipo que se ven en toda la comunidad islámica, como el shayla o el burka. Dentro de Irán ocurre lo mismo, puesto que el Código Penal “tampoco define explícitamente cómo debe ser exactamente el velo”, declara Gil Guerrero. El artículo 683 recoge las condenas establecidas en 1983 y 1995 para todo aquel que cometa “un acto pecaminoso” y remarca que la pena de cárcel puede ser de hasta diez años (además de una multa de entre 50.000 y 500.000 riales) para las mujeres que no lleven el velo.

Esto genera “un margen de ambigüedad que las mujeres pueden tantear, pero poniendo su vida en riesgo”, según el investigador. “En zonas rurales y determinados barrios de algunas ciudades más conservadores no hay escapatoria y van mucho más cubiertas. Sin embargo, puede haber más flexibilidad en grandes ciudades, donde se ven incumplimientos de la ley islámica cuando las mujeres llevan velos como el shayla. Este es más transparente y deja asomar parte del pelo, pero no hay ninguna garantía de salir exento de ello, es tensar la cuerda”, continúa Gil Guerrero. 

Es por ello por lo que, en determinados espacios, se forman “nichos” en los que pueden verse imágenes de mujeres con el velo mal colocado o sin poner. Si bien es cierto que como norma habitual lo lleven puesto, “la policía no puede estar siempre en todas partes y las mujeres que no quieren portarlo aprovechan cada oportunidad que tienen para no hacerlo”, destaca Farhad Souzanchi. “Muchas de ellas lo llevan sobre los hombros para poder ponérselo cuando sea necesario, algo que ocurre también en restaurantes, que están constantemente acosados por la vestimenta de sus clientes”, añade el periodista.

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Aumenta la presencia de la Policía de la Moral en Irán y, con ello, los controles del uso obligatorio del velo

Para asegurar el cumplimiento de las leyes que obligan a las mujeres iraníes a llevar el velo existe la Policía de la Moral. Su presencia, según los expertos y medios como AFP, ha aumentado con el mandato de Ebrahim Raisi, presidente desde 2021, caracterizado por sus medidas ultraconservadoras en comparación con las de su predecesor, Hassan Rouhani. Ejemplo de ello es la iniciativa titulada “Proyecto de Hijab y Castidad” que incluye medidas como la introducción de cámaras de seguridad para monitorear a las mujeres, la figura de estudiantes de seminario en edificios residenciales para comprobar la indumentaria de los habitantes en áreas comunes o penas de prisión para todo el que cuestione o critique el uso obligatorio del velo en publicaciones online.

Gil Guerrero explica que el endurecimiento de las sanciones policiales puede deberse a la incertidumbre que genera la futura transición de poder del Líder Supremo . Actualmente, el cargo lo ostenta Alí Jamenei (83) que, junto a Ruhollah Jomeiní, son los dos únicos Líderes Supremos que ha visto Irán. “Existe cierta tensión porque Jamenei está muy mayor y se le ve en pocas ocasiones, abriendo la puerta a un proceso de transición delicado. Hay cierto miedo a que el espíritu revolucionario se diluya cuando llegue el sucesor de Jameini, que la población se relaje, que el fervor de hace 40 años se pierda y, con él, aspectos de la ley islámica”. 

Es por ello por lo que el gobierno de Raisi se ha mostrado más agresivo a la hora de socavar cualquier acto que interceda con la legislación, como ir en contra del uso obligatorio del velo en Irán, señala el investigador. Este control más estricto se ha visto en el aumento de sanciones y detenciones en las protestas que han tenido lugar en los últimos años. “Cada vez que la movilización de las mujeres está más presente, la represión es mayor. Una cosa va siempre unida a la otra y la respuesta del Estado iraní frente a las manifestaciones de las mujeres siempre ha sido represiva”, relata Vega. 

La portavoz de Amnistía Internacional también destaca que en las protestas tras la muerte de Mahsa Amini “las respuestas policiales han venido en forma de perdigones y proyectiles metálicos a corta distancia, dejando clara la intención de hacer daño”. En estas manifestaciones “algunas activistas se han atrevido a quitarse el velo y algunas protestas consistían precisamente en eso. No a todas las han detenido, pues la presencia policial tampoco puede abarcar a todo el mundo”.

Bajan los apoyos hacia la obligatoriedad del velo en Irán

Con el paso de los años, han disminuido los apoyos hacia una vigilancia exhaustiva del uso obligatorio del velo, como muestra un informe del Centro Parlamentario de Investigación de Irán. La investigación, publicada en 2018, señala que en 2006 el 55% de los encuestados estaban a favor de que el Estado confronte a las mujeres que no llevasen el velo correctamente; en 2014 el apoyo bajó hasta el 40%. Un estudio de The Conversation realizado en 2020 muestra que el 72% de los encuestados “explícitamente rechazaron el uso obligatorio del velo”.

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Una parte significativa de la oposición a la obligatoriedad del velo viene por parte de los jóvenes. Estos han tenido un papel importante rodeado por un sentimiento de nostalgia por la sociedad iraní en los años de la Dinastía Pahlaví y los Sahs iraníes. “A través de redes sociales se han compartido contenidos de cómo era Irán antes de 1979 y a estos jóvenes les ha chocado ver cómo era la sociedad entonces, sobre todo en lo referido a la vida de las mujeres. Esto ha tenido repercusiones sociales en forma de protesta que el Estado ha tratado de reprimir”, explica Gil Guerrero.

Esa nostalgia es algo que el régimen islámico no ha podido eliminar pese a los numerosos intentos que han llevado a cabo los distintos líderes. “Antes de la Revolución, Irán vivió décadas bajo una dinastía de secularismo en los que, entre otras cosas, la mujer ganó derechos: el divorcio, la custodia de los hijos, el acceso al colegio y la universidad o a determinados puestos de trabajo… El país vivió un proceso de educación y liberalización que es difícil de extirpar y la República de Irán nunca ha podido ahogar ese legado”, añade el investigador.

El caso de Mahsa Amini: minimizado por el gobierno iraní y reivindicado por las mujeres como muestra de trato discriminatorio

En las últimas semanas Irán ha sido cabecera de numerosos medios internacionales por las protestas sucedidas tras la muerte de Mahsa Amini. Después de ser detenida por la Policía de la Moral por llevar el velo mal colocado, la joven se desplomó en la comisaría y falleció tres días después. Informes médicos revelan que Amini presentó graves lesiones cerebrales, corroborando la versión de sus familiares de que sufrió golpes en la cabeza.

Avi Astor, profesor asociado de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona, indica que el trato que sufrió la joven pudo deberse también a su “etnicidad, pues la chica era kurda”. En este aspecto coincide Gil Guerrero, pues señala que “la rivalidad entre los iraníes y las distintas etnias, entre la que destaca la kurda, está muy presente en la sociedad. Es por ello por lo que, cuando surgieron las primeras protestas, el Gobierno iraní trató de relacionarlas con este conflicto, asegurando que no era un asunto generalizado en el país, solo entre una comunidad étnica”.

Han sido las mujeres las que han puesto el grito en el cielo y denunciado el caso de Amini como un ejemplo más de la dicriminación que sufren desde 1979. Además del uso obligatorio del velo, la ley islámica ha hecho que la edad mínima para casarse baje de los 18 a los 13 años, que pasen por un proceso complicado para conseguir un divorcio, el impedimento de viajar al extranjero sin permiso de su marido, la segregación en distintos espacios públicos o la imposibilidad de acceder a determinado puestos de trabajo, señalan los expertos.

“La discriminación contra las mujeres en Irán se produce a diario y se debe a leyes y prácticas. Su vida está totalmente marcada por normas a diario y son totalmente degradantes, afectan a su dignidad”, afirma la portavoz de Amnistía Internacional. “Cuando salen de casa, 40 millones de mujeres y niñas que viven en Irán tienen que mirarse y remirarse para ver si llevan bien puesto el velo, si las prendas son lo suficientemente holgadas como lo requieren también las leyes, si el largo del pantalón es adecuado…” Una preocupación constante por una serie de leyes que pueden hacer que un día una mujer salga de su casa y no vuelva.

Fuentes

2 Comentarios

  • Ni podemos ni la ministra de igualdad se han pronunciado ante esta situacion, silencio mediatico total. Ni el más mínimo apoyo. Huele a chamusquina total.

  • Formidable artículo que expone con claridad la legislación ancestral que hoy día sigue existiendo en la mayoría de países islámicos. Bravo Blanca