Un modelo matemático prueba que la variante británica es entre un 45% y 90% más contagiosa

Centro de vacunación de Londres | Y. Ming, Shutterstock
Centro de vacunación de Londres | Y. Ming, ShutterstockCentro de vacunación de Londres | Y. Ming, Shutterstock
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La estadística ha vuelto a calcular el posible impacto de la variante británica en los contagios y “sin medidas de control estrictas, incluido el cierre limitado de instituciones educativas y una administración de vacunas muy acelerada, las hospitalizaciones y muertes por COVID-19 en Inglaterra en 2021 superarán a las de 2020”.

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Así de contundente es el artículo de investigación liderado por un equipo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres acaba de publicar en Science. Su trabajo, destaca el alto número de mutaciones nuevas en la punta del virus, con la que se abre paso en las células.

Eso les lleva a teorizar que ha convertido a la variante británica  B.1.1.7 es más eficaz a la hora de replicarse. Como consecuencia, aumentan los contagios a terceros y teniendo más probabilidades de enfermar con peor pronóstico. Eso sí, la horquilla concreta en que cifran el aumento de la contagiosidad es muy grande: entre el 45 % y el 90 %.

De manera global, el modelo predijo un aumento en las muertes del 58 %.

Con todas las limitaciones de los modelos estadísticos, a estas ideas, que ya eran compartidas intuitivamente por parte de la comunidad científica, les han puesto números: Hasta ahora, el riesgo de muerte por contagio en la población más vulnerable (varones de más de 85 años) pasa del 17 % al 26 %. El incremento no es tan grande en población de 60 a 70 años: se pasa de un 0.6 % a un 0,9 %.

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Esto vendría a confirmar la idea de que la variante B.1.1.7 sí aumenta la letalidad en determinados grupos. Pero, sobre todo, tiene un impacto en la mortalidad global ese aumento rápido de los contagios. De manera global, el modelo predice un aumento en el riesgo de muerte del 58 %.

“No pudimos identificar si la nueva variante está asociada con una mayor gravedad de la enfermedad”, precisa en su trabajo Nicholas Davies, matemático de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. Sin embargo, dejan la puerta abierta a que haya peores pronósticos ante cargas virales mayores y periodos más amplios en que una persona es contagiosa.

Mayores cargas virales

Cualquier variante se expande si se dan las circunstancias adecuadas. Y en esto, somos los humanos con nuestro comportamiento, su motor. Luego están los mecanismos biológicos del virus, que suponen una ayuda extra. Y ese ha sido el centro de la discusión desde diciembre sobre qué estaba pasando con la variante británica.

El empujón definitivo parece que se lo dio ese conjunto de mutaciones, encabezadas por la N501Y. Esos cambios parecen propiciar esas mayores cargas virales, que han medido siguiendo el rastro de PCR hechas en toda Inglaterra.

Si al hacer un test PCR se necesitan hacer muchas ampliaciones de las muestras, como en una fotocopiadora, es porque hay poca carga en la muestra. Eso parece asociarse a una menor contagiosidad y mejor pronóstico. 

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Actualmente, se consideran suficientes 10 días de aislamiento para garantizar que los virus que emite una persona que se contagió ya no son viables o han desaparecido. ¿Ocurre lo mismo ante cargas mucho mayores?

Pero, más allá de las cargas virales, el colapso sanitario por un incremento abrupto de contagios redunda en una peor capacidad para manejar los pacientes y aumentos de las muertes, tal y como ha pasado en diciembre y enero en Reino Unido, pero también en países como Portugal o actualmente en Brasil.

El modelo también utiliza datos de movilidad de Google, refrendados por encuestas de contactos sociales, para ver los cambios en los patrones de contacto a lo largo del tiempo para cada región de Inglaterra.

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Lo virus mutan ‘a mejor’, pero a largo plazo

El equipo no olvida que la teoría dice que “las mutaciones que confieren una mayor transmisibilidad a los patógenos pueden estar indisolublemente vinculadas a la reducción de la gravedad de la enfermedad”. Como ya explicó aquí a Newtral.es el investigador de la UV Fernando G. Candelas, un virus sólo se perpetúa si no mata a sus huéspedes por sistema.

Sin embargo, este marco supone “que una larga historia de evolución adaptativa ha hecho inaccesibles las mutaciones que producen un aumento de la transmisibilidad sin una disminución de la virulencia, lo que obviamente no es válido para un patógeno humano de reciente aparición como el SARS-CoV-2”. 

La variante británica tiene varias mutaciones (matrículas distintas) en la punta ‘S’ del virus. En concreto, algunas en la parte que entra en contacto con la puerta de las células y también los anticuerpos que lo neutralizan. Esa zona, que es como en la llave donde están las muescas, se llama dominio de unión al receptor (RBD, en nomenclatura en inglés), estudiado preliminarmente por un equipo de Seattle.

Cada mutación se suele designar con una letra, tres números y otra letra. Y las letras no son más que moléculas (aminoácidos) que cambian espontáneamente o se borran. A esos cambios los llamamos mutaciones. Así hay que leer la ‘matrícula‘ de cada mutación:

taxi mutante

Mutaciones en una variante del coronavirus
Mutaciones en una variante del coronavirus. El taxi sería la variante británica, B.1.1.7.

Independientemente, sin controles reforzados, “existe un riesgo claro de que las oleadas epidémicas futuras puedan ser más grandes y, por tanto, estar asociadas con una mayor carga que las oleadas anteriores”.

Este estudio descarta específicamente que parezca haber más B.1.1.7 simplemente porque se hagan más tests. Y destaca los ejemplos de Dinamarca, Suiza y Estados Unidos, donde la mayor transmisión sigue patrones similares.

En España, Sanidad informa de que la variante británica está presente en entre el 4 % y el 64 % de las muestras analizadas, según la comunidad autónoma. Nuestro país ya vio cómo se impuso una nueva variante el pasado verano, con una mutación que la hacía más transmisible.

Pero este viernes, la Consejería de Sanidad de Madrid ha anunciado que hay puntos en los que la variante británica ha crecido de forma importante. Datos de centros sanitarios en los que los casos de coronavirus por la variante británica se mueven entre el 54% y el 84%.

Hay centros sanitarios de Madrid donde el 84 % de las muestras son de variante británica.

Esta terminó imponiéndose en Reino Unido. Sin embargo, el impacto fue menor. Bien por sus características biológicas, bien porque, como explicaba también a Newtral.es la epidemióloga e inmunóloga del CBMSO-CSIC Margarita del Val, no es lo mismo que aparezca una variante más contagiosa en mitad del verano que en pleno invierno, con más contactos en interiores mal ventilados, por ejemplo.

Así está el panorama de variantes a las que venimos siguiendo con atención desde después del verano, en que una variante dominaba Europa, tras haber mutado el virus que salió de Wuhán para hacerse más eficaz a la hora de contagiar (por cierto, si crees que esto es un tremendo combo de nomenclaturas liosas y estigmatizaciones nacionales, no eres la única persona en pensarlo) :

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