Reabrir urgencias de atención primaria sin médicos: la solución de Madrid no convence a los expertos en salud

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Foto: Miguel Lifestyle / Shutterstock
Tiempo de lectura: 5 min
(*) Actualización 23/06/2022

La Comunidad de Madrid ha anunciado una reorganización de los servicios de urgencias de atención primaria, los SUAP. Después del verano y tras más de dos años cerrados, el Ejecutivo regional reabrirá este servicio extrahospitalario en 17 de los 37 centros de salud que cerraron durante la pandemia, pero no todos con las mismas prestaciones.

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Siete de los llamados puntos de atención continuada no tendrán médicos y se destinarán a cuidados de enfermería, en la línea del reciente protocolo autonómico de actuación en los centros de salud sin médicos. Además, estas localizaciones abrirán solo los fines de semana y festivos durante doce horas, de 8:30 a 20:30, y el resto del tiempo se trasladarán a domicilio.

A juicio de los expertos, en la práctica esto supone que solo se procederá a la reapertura de 10 de los 37 servicios de urgencias de atención primaria cerrados desde marzo de 2020, ya que no se puede considerar que funcionen como urgencias al no tener personal médico. Creen, además, que esto supondrá una mayor presión para las urgencias hospitalarias, aumentando los tiempos de espera. 

“Poco a poco van transmitiendo la idea de que total da igual esperar, total da igual quién te vea…”, reclama Concha Herranz, médica de Atención Primaria y delegada de Servicios Públicos de UGT Madrid. “Perdemos la esencia de la atención primaria”, considera.

Madrid prevé reabrir 17 servicios de urgencia, pero siete de ellos solo con personal de enfermería

La decisión de la Comunidad de Madrid implica la reapertura “tras el período veraniego” de 17 puntos de atención continuada en sustitución de los SUAP o servicios de urgencia de atención primaria, que se ocupaban de las urgencias antes de su cierre en marzo de 2020. De esos 17 puntos, solo en una decena dispondrán de médicos. Mientras, los siete restantes no tendrán facultativos, sino que se limitarán a cuidados de enfermería.

Además, permanecerán abiertos en horario diurno, de 8:30 a 20:30, pero en el resto del horario se dedicarán a atender a domicilio cuando sean requeridos. “No son servicios de urgencias como tal”, explica Francisco Javier Bermejo, presidente de la sección sindical del SUMMA de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts).

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“Se van a abrir con enfermería solamente para realización de tratamientos crónicos de pacientes programados”, explica, mientras que pone como ejemplo las curas o la continuidad de cuidados durante el fin de semana, cuando la atención primaria permanece cerrada. “A efectos prácticos, ha sido un recorte y una reducción de servicios de urgencias de atención primaria”, considera Bermejo.

Aun así, no existe un protocolo definido todavía para los centros de urgencias sin médicos, algo que exigen desde el sindicato de enfermería Satse. “Creemos que las enfermeras estamos sobradamente capacitadas para proporcionar cuidados de salud a la población, pero con los protocolos y respaldo jurídico que nos permita o que les permita a esas enfermeras poder desempeñar su trabajo sin riesgo”, destaca Juan Antonio Hervás, portavoz de Satse Madrid.

(*) “Los principales damnificados son los pacientes, pero también los profesionales”, opina David Palacios, presidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) en Madrid. A su juicio, esta decisión merma la calidad asistencial y sobrecarga a los trabajadores sanitarios que ejercen en los centros correspondientes.

El peso de las urgencias que no pueda asumir la atención primaria recaerá sobre los hospitales

A juicio de Marciano Sánchez Bayle, portavoz nacional de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), un servicio de urgencias de atención primaria debe tener “capacidad para discriminar cuándo es un problema que es más grave y necesita trasladarse a un hospital o es un problema que se puede atender directamente desde la atención primaria”. Para ello, los recursos básicos de los que debe disponer son “personal médico y de enfermería y algunas tecnologías mínimas”.

Sin embargo, el cierre de los centros de urgencias de atención primaria junto a la falta de profesionales ha tenido consecuencias en el aumento de la presión sobre los hospitales. Aunque la reapertura de estos 10 puntos de atención continuada con médicos puede quitar un poco de peso a la urgencia hospitalaria, “el hospital está recibiendo muchas más urgencias leves de las que se deberían resolver en primaria”, según Herranz, de UGT.

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Antes de su cierre, los centros de urgencias extrahospitalarios evitaban que el 93% de los pacientes que pasaban por ellos llegaran al hospital. De hecho, según el Observatorio de resultados del Servicio Madrileño de Salud, en 2020 derivaron al hospital al 6,78% de las personas a las que atendieron.

“Que primaria esté mal o el SUMMA [Servicio de Urgencia Médica de Madrid] esté mal no significa que solo la primaria o el SUMMA estén mal, es todo el sistema el que está afectado”, protesta Daniel Vallejo, delegado de UGT en el SUMMA 112. Vallejo considera que, si se sigue en esta dirección, el servicio hospitalario va hacia “el colapso”. “Estamos haciendo una tormenta perfecta“, sentencia.

*El artículo se ha actualizado para añadir las declaraciones de David Palacios, presidente de Semergen en Madrid.

Fuentes
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