A la muñeca Barbie se le ha atribuido la responsabilidad de ser el dispositivo de control de las mujeres, fomentando que sean dóciles, guapas y perfectas, mientras que a Action Man no parece que se le haya asignado la ardua tarea de crear un ejército de hombres tóxicos y beligerantes. Para llevar tacones, Barbie carga con mucho peso sobre sus hombros. El universo Barbie puede resultar pequeño si la mirada que observa no se permite imaginar, a pesar de que los itinerarios que propone van mucho más allá de una propuesta estética concreta. En manos de un niño mariquita puede servir para explorar su pluma femenina; en manos de una niña sáfica, para poner a dos muñecas a besarse entre ellas; y en manos de una niña que estudia en un colegio de monjas, para saber que la falda no tiene por qué llegar hasta las rodillas.
El estreno de la película Barbie, dirigida por Greta Gerwig, ha desatado una euforia colectiva al ser la reivindicación de un mundo que, a pesar de ser prominentemente rosa, ha sido opacado y oscurecido bajo una visión masculina que devalúa las “cosas de chicas” (femmefobia). En Newtral.es nos unimos al Barbiecore con esta selección de películas “de chicas” cuyas protagonistas bien podrían habitar el universo Barbie.

Chicas malas
Si existe un universo Barbie canónico, ese es el de Chicas malas. El filme cuenta cómo Cady (Lindsay Lohan), una estudiante adolescente recién aterrizada en un instituto, acaba cayendo en la deshumanización y crueldad a medida que se junta con las populares del centro, el club hiperfemenino de Regina George, cuya máxima regla es vestir de rosa los miércoles. La película es una sátira sobre la feminidad como una naturaleza inherentemente maliciosa y con intenciones poco nobles. La película funciona por su desacomplejada exhibición de looks de pasarela, pero también porque sabe reírse de sí misma: Regina George con una camiseta que lleva escrita la frase “Un poco dramática” es toda una declaración de intenciones sobre cómo frivolizar con la forma en que la mirada masculina nos ha dibujado.

Una rubia muy legal
Elle Woods (Reese Witherspoon) es una rubia listísima, apasionada de la moda y del horóscopo, además de lectora acérrima de la Cosmopolitan. Cuando consigue acceder a la facultad de Derecho de Harvard, las cosas no son como ella esperaba: los saberes de universos femeninos, como el suyo, son menos tomados en serio. Sin embargo, ella demostrará que su conocimiento es tan útil como el formalmente académico (y masculinizado). Una maravillosa denuncia de la construcción de la rubia tonta y una defensa de la barbieficación: el proceso por el que todas, todos y todes podemos sacar pecho de nuestra feminidad, sea cual sea.

Nunca me han besado
La normatividad es una frontera. Nada tan doloroso como la negación a un espacio que perteneciéndote solo puedes observar desde el banquillo. En esta obra se confrontan dos figuras: la chica que hace gatekeeping de la feminidad y la chica que adopta la masculinidad como trampa de la liberación. Así, para Josie (Drew Barrymore), mostrarse sexy y femenina es algo que le ha sido vetado tras el acoso sufrido en el instituto, lugar al que debe volver como periodista infiltrada para un reportaje de investigación sobre cómo son los adolescentes del momento. Allí consigue reconciliarse con su identidad y cuestionar la narrativa del éxito. Esta película “de chicas” viene a decir que ser la capitana de las animadoras solo es un superpoder si lo compartes. Cualquiera puede ser un poco barbie si lo desea.
El diablo viste de Prada
Todo el mundo sabe que el verdadero villano de El diablo viste de Prada es el novio de la protagonista. Cuando Andrea (Anne Hathaway) comienza a trabajar en la revista Runway acaba por darse cuenta de que el mundo de la moda no le es tan ajeno como pensaba, algo que él considera una traición a la esencia de su novia. De repente está más preocupada por su imagen que por atenderle a él.
Ella, que es una periodista seria, considera que aplicarse una mascarilla en el cabello y saber qué color le favorece son cosas que te quitan tiempo de leer a Foucault. El universo Barbie de la película le muestra que hacerse unas onditas en el pelo y llevar escotes balconette no te quita ni un ápice de inteligencia.
Fuera de onda
Cher. Así se llama la protagonista, encarnada por Alicia Silverstone. Solo por ese nombre, de travesti guapísima, ya se justifica la inclusión de Fuera de onda en esta lista. El filme es un deleite estético, una pasarela de hora y media que gozarán quienes sepan diferenciar entre rosa salmón y rosa champán.
El propio mundo de Cher es ya un universo Barbie por la forma en que sus amigas son muñecas, proyectos estéticos. Es la demostración de la generosidad femme: no hay nada como tener una amiga que se haya estudiado todos los componentes de las bases de maquillaje para saber cuál le va mejor a tu piel. Saber sacar partido es realmente un talento. Pero, además, otra cosa interesante del filme es que Cher está más interesada en ayudar a encontrar el amor que en encontrarlo ella misma. ¿Novios? A mí no me preguntes, solo soy una chica.

Miss Agente Especial
Una chica con pistola que hace mucho ruido al masticar y dedica tiempo no a peinarse, sino a ir especialmente despeinada porque así sus compañeros policías la respetarán, se tiene que infiltrar en el concurso Miss Estados Unidos por una amenaza terrorista. Así, a la agente Gracie Hart (Sandra Bullock) le hacen un make over estupendo, con su vestido, sus tacones y su maquillaje, con el que el fandom tóxico de Simone de Beauvoir hubiese puesto el grito en el cielo porque qué es eso de estereotipar el género. Ella está ahí para proteger la vida de las concursantes pero, qué decir, las concursantes acaban salvándola a ella de sí misma y de su misoginia.

El bar Coyote
A medio camino entre el universo Barbie y el universo Spice Girls, El bar Coyote es otra de esas películas “de chicas” que pone un dedito en la llaga de las consideraciones morales de la hiperfeminidad y de la hipersexualidad. Cuando Violet (Piper Perabo) llega a Nueva York para triunfar como cantante no pensó que acabaría trabajando de camarera con un corsé y bailando encima de una barra para sacarse unos cuantos dólares.
El filme brilla porque se atreve a sonrojar a quien se atreva a llamar “guarras” a quienes ganan dinero con su sexualidad. También porque demuestra que en esos mundos, feminizados y vilipendiados, se tejen grandes resistencias y unas cuidan de otras.

Grease
¿Cómo de presumidos son todos los personajes principales de Grease? Que si la gomina, que si el peine por aquí, el lacito por allá, la ropa de cuero hasta para hacer deporte… La transformación estética de Sandy (Olivia Newton-John), pasando de vestidos largos de color pastel a un conjunto negro ajustadísimo que deja sus hombros al descubierto, es la ejemplificación estética de la liberación femenina en los 50. Haciendo una analogía con el universo Barbie, es una ruptura similar a la que supuso la llegada de la muñeca de Mattel, irrumpiendo en un mercado copado por juguetes que promovían la crianza como destino y la figura del ángel del hogar.
Pink Flamingos
La Barbie travesti, la potra, la caballota, que diría Ivy Queen. ¿Puede el universo Barbie estar en la inmundicia? La protagonista, Divine, demuestra que sí. Precisamente porque no sería considerada una “película para chicas”, hemos convenido incluirla aquí. Porque se pueden llevar lookazos siendo de clase obrera y se puede ser femenina siendo maleducada.

El universo Barbie se tiñe de sangre: Scream, Death Proof y otras películas de chicas
Podríamos calificar de terror femme aquellas películas en las que las primeras en morir son las rubias tontas. En Scream, Drew Barrymore y Sarah Michelle Gellar son las figuras que justifican la cultura de la violencia contra las mujeres y contra la feminidad. ¿Cómo se te ocurre coger el teléfono? ¿Cómo se te ocurre quedarte sola en casa? ¿Cómo se te ocurre tontear con un desconocido si tienes novio? ¿Cómo se te ocurre abrir la puerta? ¿Por qué corriste hacia la habitación en vez de hacia la entrada principal? Son dos barbies que, de alguna manera, se han buscado su final trágico. Pero no hay nada tan peligroso como subestimar la feminidad, como demuestran las protagonistas de Death Proof, que consiguen vengarse de un asesino misógino sin quitarse sus minifaldas, sus tops y sus pantalones ajustados.
Películas DE CHICAS? Esto es machismo?