Día Internacional de la Madre Tierra. Así es como la ONU denomina oficialmente a una celebración que tiene poco de festivo este 22 de abril de 2022. La invasión de Rusia a Ucrania ha evidenciado nuestro frágil equilibrio de dependencias energéticas, en un mundo que devora desigualmente recursos. Según el informe La verdad del gas, presentado por Ecologistas en Acción hace más de un año, el conocido como ‘gas natural’ (metano) tiene un potencial de calentamiento global 86 veces superior al del CO2.
Parte de él se expulsa a la atmósfera en fugas durante su extracción y transporte. La guerra y el progresivo agotamiento del petróleo lo han vuelto a colocar en el tablero. Mientras, los países europeos tratan de buscar nuevas fuentes o vendedores de este combustible fósil. La Comisión Europea propuso considerar al gas como una ‘fuente verde’ de energía, junto a la nuclear dos meses y medio antes del presente Día de la Tierra.
Las inversiones en gas pueden recibir una ‘etiqueta verde’ en Europa, es decir, pueden seguir financiándose. Esto está contra lo que demandan consultores ambientales y algunos expertos en política internacional, que abogan por una independencia energética basada en renovables puras o, directamente, decrecimiento del consumo.
La propuesta de la UE da permiso para construir una planta de gas si es antes de 2030 y si se transforma en una de hidrógeno (u otra libre de emisiones) para 2035, mientras que se establecen ciertos márgenes para que las actuales centrales contaminantes se puedan considerar temporalmente ‘verdes’.
Un Día de la Tierra que sigue calentándose
La realidad es que la quema de gas y carbón están detrás del principal problema de calentamiento de la Tierra en la actualidad. Nos permite no sólo calentarnos, sino generar electricidad. Junto con el transporte, que tira de derivados del petróleo, son grandes emisores de CO2 y metano. Estos gases de efecto invernadero llevan lanzándose a la atmósfera desde la revolución industrial y agraria. Pero se ha intensificado su emisión desde los años sesenta.
En las últimas dos décadas empezamos a notar sus efectos de manera notable en las temperaturas. Y ya en los últimos 10 años, especialmente, en un mayor número de extremos climáticos, según han puesto de relieve los informes del Panel Internacional de Expertos del Clima (IPCC) de la ONU.
Hay varias gráficas y visualizaciones que dejan patente que es la actividad industrial y agraria a gran escala quien está tras la emergencia climática. Todo se vuelve rojizo desde que se intensifica su producción de bienes y servicios en un mundo, poco a poco, más interconectado y superpoblado. La cantidad de CO2 en la atmósfera es propia de épocas en que el planeta era joven. Tiempo en que aún se ‘estaba haciendo’ y la actividad volcánica tenía sembrada de chimeneas su superficie.
La impresionante visualización de la NASA del calentamiento de la Tierra
Las gráficas de la emergencia climática no son sólo diagramas agoreros. Permiten manejar el riesgo. Poner sobre la mesa distintos escenarios. Y aunque para algunas cosas ya vamos tarde, hay márgenes para paliar los efectos más devastadores o imprevisibles de una subida de temperatura. Por encima de +2ºC respecto a la era preindustrial nos coloca ante un escenario de extremos climáticos, catástrofes naturales que derivarán en (más) escasez. Por encima de +1,5ºC, también peligra el modo de vida de una parte del mundo. Pero estamos a tiempo de no llegar a esas temperaturas antes de 2099.
Entre las últimas visualizaciones climáticas, publicadas poco antes de este Día de la Tierra, la ‘espiral del calor’. Un desarrollo del equipo de la NASA a cuyo frente está Mark SubbaRao, que ha plasmado en un círculo cuánto calor de más o de menos hizo cada año desde 1890, mes a mes, respecto a una media. Dicho de otro modo, cómo de anómalo fue cada mes en lo que a temperatura esperable se refiere.
Si todo fuera extraordinariamente ‘normal’ en la Tierra, se tendería a formar un círculo sobre otro año a año, en el eje del +0º (es decir, ni más frío ni más calor de lo esperable). Pero los círculos son cada vez más y más grandes, más alejados del 0ºC. Sobre todo en los últimos 15 años. Es otra manera de vez un gráfico que también se ha popularizado: las barras de Hawkings, las cuales han protagonizado la campaña climática Show your stripes (enseña tus franjas). Las veremos en este Día de la Tierra. Quizás cada vez más rojas en su extremo derecho, en los futuros años.
Todo esto te lo estamos contando en Planeta Finito de Newtral. Puedes echar un vistazo a la actualidad climática en nuestra sección.


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