La película Un fantasma en la batalla, disponible en Netflix y producida por Juan Antonio Bayona, rescata la historia de “la mayor operación encubierta contra ETA” de la Guardia Civil en la década de los 90 y los 2000 cuyo fin era desmantelar los zulos de la banda terrorista.
- Para narrar la operación, el largometraje utiliza la historia de Amaia (interpretada por Susana Abaitua), una guardia civil infiltrada en ETA durante más de una década.
La operación Santuario. El objetivo del dispositivo era desmantelar los escondites donde ETA guardaba su arsenal de armas en el sur de Francia con la colaboración de las autoridades francesas. La operación “acaba materialmente con ETA, descubriendo los zulos y deteniendo a la cúpula” en 2004, según señaló el director de la película, Agustín Díaz Yanes, en la Cadena SER (min. 33:18).
- En esta operación se detuvo a Mikel Antza, máximo dirigente de ETA y responsable del aparato político de la banda en aquel momento, como señala el informe de la Guardia Civil. Fue condenado a 20 años de prisión.
- Siete años más tarde, en 2011, ETA anunció su fin definitivo.
Las licencias narrativas con las protagonistas. Un fantasma en la batalla indica al inicio que “esta podría ser la historia” de uno de los agentes que participaron en la operación Santuario. A diferencia de La infiltrada, que narra la historia real de la agente que desarticuló el “comando Donosti”, la protagonista de Díaz Yanes no se basa en una persona real, sino en la experiencia de los infiltrados en la operación.
- Un dato curioso: el largometraje hace referencia al “comando Donosti”, asegurando que buscan “reactivarlo”, y la líder etarra con la que tiene que interactuar Amaia es Begoña Landaburu, la mujer de uno de los detenidos en esta operación.
Begoña Landaburu (Iraia Elías) tampoco es una persona real. En declaraciones recogidas por ABC, Díaz Yanes aseguró que este personaje “está basado en mucha gente, pero en nadie en particular. Sabemos que existían etarras así y queríamos que conectara con la protagonista”.

Los hechos históricos que muestra la película. El largometraje recuerda que ETA asesinó a 44 personas hasta la muerte del dictador Francisco Franco (1975), mientras que en democracia acabaron con la vida de más de 800 personas. Un fantasma en la batalla muestra algunos de estos atentados con imágenes de archivo de Televisión Española (TVE):
- El asesinato del entonces presidente del Tribunal Constitucional (1996). Francisco Tomás y Valiente fue asesinado por ETA con tres tiros el 14 de febrero de 1996 en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.
- El secuestro y la liberación de Ortega Lara (1996-1997). El funcionario de prisiones burgalés José Antonio Ortega Lara fue secuestrado por ETA el 17 de enero de 1996 y permaneció cautivo 532 días, el secuestro más largo de la banda terrorista. El 1 de julio de 1977 fue liberado y se detuvo a cuatro personas como autoras del crimen.
- El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco (1997). El diputado del Partido Popular en el Ayuntamiento de Ermua (Vizcaya), Miguel Ángel Blanco, fue secuestrado por ETA el 10 de julio de 1997 y asesinado dos días más tarde. Desde el día 10 se produjeron movilizaciones por toda España que pidieron su liberación.
- Otros atentados contra líderes políticos. La película también menciona el asesinato del ministro de Sanidad entre los años 1982 y 1986, Ernest Lluch, el 21 de noviembre del 2000 y el atentado contra el entonces diputado socialista Fernando Buesa en febrero de ese mismo año.
- Las condenas por torturas de la Guardia Civil. Un fantasma en la batalla menciona que un agente recibe una denuncia por presuntas torturas. En la vida real, fueron condenados cuatro guardias civiles en 2010 por infligir torturas en el cuartel de la Guardia Civil de Intxaurrondo que, finalmente, en 2011, fueron absueltos por el Tribunal Supremo.
Otros detalles ficticios. En la película, los superiores de Amaia se comunican con ella a través de canciones italianas en Radio Nacional. De esta forma, podían advertirle si se encontraba en peligro. Díaz Yanes dijo en la SER que esta vía de comunicación no era real (min. 4:28).
- Añadió que la Guardia Civil le dijo en el proceso de documentación que, estando infiltrado, si “se moría tu padre, no puedes ir al entierro” (min. 5:06). Sin embargo, en Un fantasma en la batalla, Amaia tenía encuentros secretos con su prometido organizados por sus superiores.
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