Tras meses de incertidumbre, el drama entre Twitter y Elon Musk finalmente acabará en juicio. Todo, si es que ambas partes no lo resuelven antes de entrar en los juzgados. Pero el rumbo a las cortes ya está marcado después de que Twitter denunciara este martes a Elon Musk.
La plataforma demanda al fundador de Tesla para que cierre el acuerdo de compra que firmó en abril y del que se retractó la semana pasada. El desarrollo de los acontecimientos desde entonces hasta ahora es, cuanto menos, extraño:
- En abril, cuando se firmó el acuerdo, eran pocos los que dentro de Twitter aplaudieron el posible aterrizaje de Elon Musk como nuevo dueño.
- En cambio, el empresario sonaba emocionado ante la posibilidad de sacar a la plataforma de bolsa y emprender un nuevo capítulo sin las presiones del accionarado.
- Apenas unos meses después, ahora es Twitter quien quiere obligar a Elon Musk a adquirir una compañía que ya no quiere. Casi se podría decir que la quemaría desde los cimientos.
Recuerdo leer, precisamente en Twitter, una analogía muy acertada:
- Una pareja que acaba de firmar los documentos civiles para casarse.
- Después, durante la ceremonia, la novia dice en el altar que prefiere no casarse.
- Para sorpresa de los presentes, el novio saca los papeles del matrimonio civil y grita: «¡No, no, tú ya estás casada conmigo, así que bésame y vámonos a vivir juntos hoy mismo!».
Twitter y Elon Musk están en una situación parecida, aunque con miles de millones de dólares y un juicio de por medio. El documento del acuerdo de compra entre ambas partes deja poco espacio a la duda. Existen algunos resquicios, pero Elon Musk se había comprometido a pagar 44.000 millones de dólares por Twitter.
Es en esos resquicios donde se encuentran las claves de la contienda judicial. En este artículo, exploraré los tres resquicios que quiere aprovechar Musk en el potencial juicio y las posibles consecuencias del mismo. Todo, según las razones que dio Elon para salirse del acuerdo y los argumentos que esgrimió Twitter en su demanda posterior.
1. «Estáis mintiendo sobre los bots«
Los dos primeros resquicios del juicio entre Twitter y Elon Musk se centrarían en la cuestión de los bots. La presencia de cuentas falsas y de spam es una de las mayores deficiencias de la plataforma, según el empresario. Musk alega que Twitter lleva años mintiendo sobre la cantidad de bots que campan por la plataforma.
- La compañía alega que los bots representan en torno al 5% del total de usuarios activos diarios monetizables (o mDAU), según estimaciones hechas por sus equipos.
- El empresario «cree profundamente», según análisis preliminares de sus consejeros, que es una cifra mucho mayor del 5%. Por ahora, Musk ha evitado ofrecer ninguna prueba al respecto de ‘lo que cree profundamente’.
La clave de este argumento tiene que ver con uno de los resquicios del acuerdo de compra. Elon Musk tendría que demostrar que Twitter ha mentido y que ha mentido tanto como para que la mentira suponga un ‘Efecto Material Adverso’.
- Es decir, una circunstancia relevante que pudiera tener una influencia excepcionalmente negativa sobre el valor de la compañía. Ese es el primer resquicio del acuerdo que querría aprovechar Musk.
- Pero expertos y analistas discrepan con que el asunto de los bots pueda ser lo suficientemente significativo como para entrar en esa definición.
- Además, el propio Musk había reconocido el problema de los bots de Twitter antes de comprar la compañía. De hecho, ¡fue una de las razones por las que la quería comprar! ¡¡Lo ha dicho en repetidas ocasiones!! ¡¡¡En Twitter!!!
2. «Quiero más información sobre los bots«
Elon Musk también podría argumentar en el juicio que Twitter se ha negado a compartir la información que ha requerido de ellos en materia de bots, pero la plataforma cierra en su denuncia algunas puertas importantes. Ese sería el segundo resquicio. Desde la compañía:
- Alegan que siempre han intentado complacer las peticiones del empresario y que incluso han ido más allá de lo que exigía el acuerdo.
- Aseguran que Musk a veces pidió información que podía significar un riesgo competitivo para ellos, especialmente viniendo de alguien que llegó a decir que valoraría montar una red social rival.
- Argumentan que Musk había renunciado a conocer más detalles sobre los bots antes de firmar el acuerdo de compra, y que rechazó reuniones e ignoró informes que le ofreció la compañía entre mayo y julio.
- Incluso señalan que Musk se había comprometido a no menospreciar a la compañía en público, pero tuits con emojis de caca (y otros comentarios) dicen lo contrario.
3. «Estáis despidiendo a demasiada gente»
Cuando Elon Musk anunció que se retiraba de la compra, sus abogados también señalaron que Twitter no le había pedido permiso para despedir a algunos ejecutivos y para congelar nuevas contrataciones, una versión que la compañía rechaza tajantemente en su denuncia.
- Lo que intentaría demostrar Musk es que Twitter no siguió el ‘desarrollo normal de sus actividades’, y que por tanto estaba atentando contra lo estipulado en el acuerdo. Ese es el tercer resquicio.
- Desde la compañía alegan que avisaron al equipo de Musk sobre el despido de un par de ejecutivos y la congelación de contrataciones.
- Desde Twitter también señalan que, durante las negociaciones de compra, Twitter logró sacar del acuerdo una cláusula que le habría impedido contratar o despedir altos ejecutivos.
- El propio Musk habló en público y en privado de querer reducir la plantilla de Twitter con tal de recortar gastos y alcanzar una mayor rentabilidad.
- El contexto de incertidumbre económica global también influye. Multitud de empresas tecnológicas se han visto obligadas a recortar gastos, con lo que Twitter solo habría seguido la tendencia generalizada.
El último punto importante en el frente del ‘desarrollo normal de las actividades’ de Twitter tiene que ver con la llegada del propio Elon Musk: si numerosos empleados de la plataforma han abandonado la compañía es precisamente porque el empresario estaba cerca de hacerse con ella.
El juicio de Elon Musk y Twitter podría depender de una jueza
Todo esto me lleva a las consecuencias que podría desencadenar la denuncia que Twitter ha puesto contra Elon Musk y el juicio que podríamos ver en los próximos meses. Y mucho recae sobre una corte muy especial: el Tribunal de Cancillería del estado de Delaware.
- El tribunal es considerado el más importante de Estados Unidos para resolver disputas de adquisiciones y fusiones corporativas.
- Además, Twitter está incorporada en el estado tal y como lo están dos tercios de las 500 mayores compañías del país.
- La corte está formada por seis jueces y una jueza que preside el tribunal: Kathaleen McCormick. Ella será probablemente la persona que determine la conclusión de este melodrama.
McCormick y sus compañeros deberán considerar los resquicios en los que se apoya Musk para abandonar el acuerdo, pero la decisión final será binaria.
- De un lado, podrán dejar a Musk abandonar el acuerdo pagando nada, poco o el máximo de 1.000 millones de dólares en daños que se comprometió a dar a Twitter si se salía de la compra bajo ciertos escenarios.
- Del otro, podrán obligar a Musk a completar la compra por los 44.000 millones de dólares que se comprometió a pagar. Es lo que se conoce como ‘cumplimiento estricto’ (en inglés, specific performance).
Vale, ¿y entonces?
Expertos y analistas consideran que forzar a una persona a comprar una compañía de la magnitud de Twitter carece de precedentes. De optar por esa vía, los jueces estarían obligando a que Musk, varios inversores y algunos bancos pongan dinero para comprar una compañía que el fundador de Tesla NO quiere.
- La solución es cuanto menos polémica para una plataforma con miles de empleados y una influencia enorme en la vida pública a nivel global.
- Pero también es la única forma de dejar claro a Elon Musk que no puede «ser libre de cambiar de parecer, despreciar a la compañía, trastocar sus operaciones, destruir su valor accionarial y largarse», como bien definió Twitter en su denuncia.
Analistas como Matt Levine, uno de los que mejor ha sabido explicar las idas y venidas de este acuerdo, creen que la mejor conclusión sería un acuerdo fuera de juicio en el que:
- O Musk pague bastante más que esos 1.000 millones de dólares para abandonar el acuerdo, que es lo que parecen querer ambas partes.
- O Musk compre Twitter, pero por un precio menor al que ofreció en un primer momento.
- Sea cual sea la opción, Twitter necesita luchar hasta el final para forzar a Musk a sentarse en la mesa de negociación.
La capacidad de trolleo de Elon Musk sin duda ha ayudado a que los últimos meses hayan sido imprevisibles, pero cabe pensar que el juicio de la denuncia de Twitter se adscribirá a la previsibilidad del marco legal sobre el que se supone que operan las negociaciones de esta envergadura. O al menos eso esperan en Twitter (y quienes abogamos por su supervivencia).
Pero queda una última duda. Si termina el juicio y el tribunal dice que Elon Musk debe comprar Twitter, pero el empresario se niega a finiquitar la operación, ¿entonces qué pasa? ¿Cómo le pueden obligar? Se vienen curvas.
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