La Consellería de Sanidade tiene activo el protocolo de tuberculosis, después saltar un caso de esta enfermedad en el instituto Julio Prieto Nespereira de Ourense. Se realizaron tests en el centro y ahí emergieron otras 19 personas positivas, pero sin síntomas ni muestras aparentes de haber desarrollado la dolencia.
Sanidade empezó, entonces, un estudio de contactos, empezando con los más estrechos, con pruebas de rutina, sin que por el momento haya ninguna novedad. Este protocolo se enmarca en el Programa Gallego de Prevención y Control de la Tuberculosis, cuyo origen data de 1994. Implican la coordinación entre la Consellería de Sanidade y las unidades de tuberculosis de cada hospital gallego.
Desde la Dirección Xeral de Sanidade han mandado un mensaje de “tranquilidad” alegando que “no es un brote ni mucho menos”. Solamente hay una persona con enfermedad de tuberculosis en Ourense. Según han señalado al Faro de Vigo, están “agilizando la realización de todas las actividades necesarias para limitar la transmisión de la enfermedad y la aparición de nuevos casos de infección”. Los estudiantes positivos permanecen aislados en sus casas.
Los positivos sin enfermedad de tuberculosis no contagian
Conforme a los Programas de Prevención y Control de la Tuberculosis, se procede a la revisión de los “contactos de más de seis horas diarias mediante un cribaje (convivientes y no convivientes) con la prueba de la tuberculina (ver si la piel reacciona a la aplicación de un poco de tuberculosis desactivada) o el test de quantiferon (que mide si el cuerpo está liberando sustancias para luchar contra la bacteria)”, aclara Joan Caylà (Fundación UITB en el SMC de España).
El profesor Carlos Martín Montañés (UniZar) y desarrollador de la candidata a vacuna española contra la tuberculosis pulmonar explica que, como quizás ha ocurrido en Ourense, “hasta un 20% de la población puede estar ahora mismo infectada de tuberculosis, sin mostrar ningún síntoma ni ser contagiosa”. A esos positivos asintomáticos se les pauta un tratamiento antibiótico preventivo.
Si a lo largo de las próximas semanas los chavales no desarrollan síntomas o signos, “se podrán beneficiar de un tratamiento que evitará que en el futuro desarrollen tuberculosis”, especifica Caylá respecto a los compañeros del afectado en Ourense. En caso de empezar a enfermar, ”se beneficiarían de un tratamiento precoz de la tuberculosis que, usualmente, dura seis meses”.
La enfermedad activa puede aflorar “por ejemplo, con una tos activa de más de dos meses”, dice Martín Montañés, pero puede haber otros signos y síntomas, a veces bastante inespecíficos y similares a otras infecciones.
“Dada las transmisión observada, probablemente será necesario ampliar el número de contactos a revisar”.
Joan Cayla, Fundación UITB
En tuberculosis, añade Caylá, “cuando hay retraso diagnóstico, es frecuente que la transmisión sea importante, como ha sido este caso. Dadas las transmisiones observadas probablemente será necesario ampliar el número de contactos a revisar”.
En España, los casos diagnosticados y estimados no han dejado de descender en las últimas décadas. Sin embargo, organismos como el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) avisan de que “la pandemia [de covid] obstaculizó la detección y la notificación”.

“No es normal, hemos visto que los declives con buenos programas son de un 5% y como muchísimo un 10% anuales. Nos hemos encontrado en estos dos últimos años con comunidades que prácticamente reportaron cero casos”, explicaba Joan Caylá cuando se publicó el informe.
¿Tiene que ver el caso de Ourense con la tuberculosis bovina?
Consultada por Newtral.es, directora del CISA/INIA-CSIC Noemí Sevilla cree que “Ha sido casualidad que coincida con la polémica de la tuberculosis bovina”. No ve conexión entre el caso aflorado en el instituto de Ourense y los intentos de relajar la normativa sanitaria en animales en Castilla y León.
”Siempre ha habido en bovino, no se ha erradicado”, recuerda la doctora. ”De vez en cuando hay brotes y se manejan controlando el ganado. El de Ourense no viene de ahí con seguridad, aunque no se puede diferenciar desde un punto de vista diagnóstico”.
Ana M. Balseiro, profesora de la Universidad de León y coautora del libro-guía de esta enfermedad del Ministerio de Agricultura (MAPA) precisa que es importante diferenciar la tuberculosis humana (Mycobacterium tuberculosis) de la animal (Mycobacterium bovis). La animal disminuyó progresivamente en los países industrializados desde inicios del siglo XX. Apenas representa el 2%.
Los saltos de la tuberculosis animal a humanos –perfectamente posibles, aunque inhabituales– “están más relacionados con el medio rural, por el contacto directo con el ganado bovino”. Respecto a los contagios de tuberculosis de Ourense, no se sabe la bacteria concreta implicada. Para ello tendría que “realizarse el cultivo de la bacteria e identificación posterior de la misma”.
Sin embargo, parece prácticamente descartado que sea de origen animal, añade Martín Montañés, toda vez que Galicia es territorio declarado oficialmente libre de tuberculosis animal (99,8% de establecimientos). En lo que va de año, no obstante, en Galicia se han encontrado dos casos muy localizados, uno en febrero y otro en abril, aunque eso no ha hecho que decaiga su estatus ante la Comisión Europea.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierte que ha habido un aumento de casos de tuberculosis por demora diagnóstica. El gran riesgo es la resistencia a los tratamientos, que la bacteria se haga ‘fuerte’ ante el antibiótico.
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