Tuberculosis bovina, una vieja conocida silenciosa que no termina de desaparecer de España

Control de la tuberculosis bovina y otras enfermedades animales | Mr. Exen, Shutterstock
Tiempo de lectura: 3 min

La tuberculosis bovina sigue siendo una amenaza para la salud animal y humana en España. Si bien no suele actuar catastróficamente, llega a tener un impacto importante en la producción de carne y de leche. No sólo afecta a los bóvidos (vacas, toros, búfalos, cabras, ovejas…), sino a animales silvestres como los jabalíes y tejones. También, a los humanos. Y, dicho esto, ahora mismo no hay una situación de emergencia ni un incremento conocido de transmisión.

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“Es importante diferenciar la tuberculosis humana de la animal“, advierte a Newtral.es Ana M. Balseiro, profesora de la Universidad de León y coautora del libro-guía de esta enfermedad del Ministerio de Agricultura (MAPA). La tuberculosis humana está producida principalmente por Mycobacterium tuberculosis, y la animal por Mycobacterium bovis. En el caso de humanos, se usan antibióticos que no sean pirazinamida. En animales domésticos no se trata la enfermedad.

En España, la ley estatal obliga al sacrificio de los animales que den positivo en tuberculosis enfermos y de los considerados como tales. Incluso siendo asintomáticos. El Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis Bovina 2023 indica incluso el sacrificio de a una ganadería entera («vaciado sanitario del establecimiento») si se da un positivo, en función de la prevalencia en la comunidad. Esta medida, la más extrema, depende de varios criterios.

Castilla y León es la comunidad con más rebaños (tasa) de vacas sacrificados por tuberculosis. El investigador en tuberculosis animal en el IRTA-CReSA, Bernat Pérez de Val, pone un ejemplo de cómo funciona, según la legislación: “Si, tras realizar el control a un rebaño, resultan cinco animales positivos, el rebaño por completo pierde la calificación sanitaria y se considera infectado [positivo en tuberculosis] aunque solo irán al matadero los cinco animales contagiados”. 

En estas circunstancias, con la normativa en la mano, en un matadero (para el consumo humano) no entra una res que dé positivo a la bacteria, asegura desde el CISA-CSIC su directora Noemí Sevilla. La veterinaria explica a Newtral.es que, de manera general, no se puede vender ni sacar un animal de una provincia donde la tuberculosis bovina es endémica –no está libre de ella–. Su único destino es el matadero dentro de la provincia.

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¿Qué es la tuberculosis bovina y cómo se transmite?

La tuberculosis bovina es una enfermedad de origen animal producida por una bacteria o, mejor dicho, por el complejo de las micobacterias. Se asocia la tuberculosis bovina a la Mycobacterium bovis y, más ampliamente a la Mycobacterium caprae. En España, el ganado vacuno es el principal reservorio, pero se detecta en otros bóvidos de granja y en fauna silvestre, donde se transmite silenciosamente.

Un solo animal infectado puede diseminar la bacteria dentro del rebaño antes de manifestar signos clínicos. Por eso, “el mensaje a los ganaderos es siempre: mantén sanos a tus animales. Ellos lo saben bien. Los costes de que enfermen son enormes. Aunque algunos prefieran ahorrarse al veterinario, a la larga es un error. La bacteria puede ser asintomática o no dar la cara hasta tiempo después. Y puede causar un desastre”.

Se contagia por contacto estrecho entre animales, al inhalar las gotículas de un estornudo o tos de la res o al comer piensos contaminados. Los terneros pueden infectarse al ingerir calostro o leche de vacas infectadas.

¿Qué síntomas tiene la tuberculosis bovina?

La mayoría de animales puede tirarse varios años sin desarrollar signos clínicos. La bacteria puede permanecer latente sin devenir en enfermedad. Más que síntomas, la OMSA (la 'OMS' animal) habla de siete signos clínicos típicos:

  • Debilidad
  • Pérdida de apetito y de peso
  • Fiebre fluctuante
  • Dificultad respiratoria y tos seca
  • Signos como de neumonía leve
  • Diarrea
  • Ganglios linfáticos engrosados
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Sin embargo, la comunidad ganadera sabe muy bien que una tuberculosis bovina leve deriva en que el animal produzca menos leche, por ejemplo. O su desarrollo no sea el adecuado. “Un animal no te va a decir 'me duele la cabeza', por eso puede ser muy sutil”.

En las personas, los síntomas de la enfermedad de tuberculosis por M. bovis pueden ser muy similares a los de la tuberculosis propiamente humana. Y son bastante inespecíficos (casi los de cualquier otra infección): Fiebre, sudores nocturnos, problemas gastrointestinales y pérdida de peso. Lo asociamos tradicionalmente a la tos, pero como recuerda el profesor Carlos Martín Montañés y desarrollador de la candidata a vacuna española contra la tuberculosis pulmonar, “hasta un 20% de la población puede estar ahora mismo infectada de tuberculosis, sin mostrar ningún síntoma ni ser contagiosa”.

La enfermedad activa puede aflorar “por ejemplo, con una tos activa de más de dos meses”, pero puede haber otros signos y síntomas.

¿Hay riesgo de transmisión animal-humano? 

“Depende de la inmunidad de la persona”, señala el doctor Montañés. Pero no es habitual. De animal a personas no es tan sencilla la vía aérea. “Tiene que haber un contacto muy muy estrecho”, recalca la doctora Sevilla.

Los humanos pueden infectarse el ingerir lecha cruda, sin pasteurizar o uperizar, procedente de vacas con tuberculosis o a través del contacto con tejidos infectados en mataderos o carnicerías. “En los mataderos, el personal cuenta con EPI sencillos para autoprotegerse”, explica la doctora Sevilla.

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De todas formas, la enfermedad tiende a ser de evolución lenta, no suele producir daños o la muerte a corto plazo.

¿Quién está más expuesto a la tuberculosis bovina?

Trabajadores y ganaderos en “contacto estrecho con los animales o sus fómites –paja rociada con sus fluidos, por ejemplo–”, explica la investigadora del CSIC. También “trabajadores de mataderos o carniceros” sin suficiente protección.

En el mundo salvaje, respecto a la tuberculosis bovina y otras enfermedades, “cazadores que en ocasiones abren a la pieza, tocan sus fluidos o sangre”.

¿Hay ahora más transmisión en España? ¿Por qué hay comarcas donde no se erradica?

“La incidencia anual de tuberculosis zoonósica (es decir, tuberculosis en humanos producida por M. bovis) disminuyó progresivamente en los países industrializados desde inicios del siglo XX“, precisa a Newtral.es Ana Balseiro. Apenas representa hoy un 2% de todos los casos en personas.

España tiene programas de erradicación desde los años ochenta. Se coordinan desde la Comisión Europea y se implementan por Sanidad y, en última instancia, las comunidades autónomas. Desde entonces, se ha logrado reducir significativamente la prevalencia de rebaño, cuando era aproximadamente del 10%, como explican Balseiro y sus compañeros Christian Gortázar (IREC-CSIC) y José Luis Sáez Llorente (SGSHAT, MAPA) en Tuberculosis animal, perspectiva de la ciencia y la gestión.

Aunque, por su parte, Noemí Sevilla advierte que “quizás no se reporta tanto como se debería. Pero los porcentajes no están tan alejados del resto de Europa. Y están muy focalizados. Hay provincias limítrofes, con transmisión en una y libre de tuberculosis bovina la otra”, sentencia la investigadora Sevilla. Las comarcas más problemáticas son las que tienen mucha fauna silvestre que puede estar en contacto con la doméstica. Zonas de dehesa, por ejemplo, mucha vegetación y relativamente poco húmedas.

¿Qué medidas se han demostrado efectivas para evitar la propagación animal?

La profesora Balseiro pone como ejemplo del éxito la esta estrategia de control basada en el test (tuberculina) y sacrificio de los animales positivos en Estados Unidos, país en el que se implantó en los primeros años del siglo XX. “La enfermedad se consideró erradicada, con la única excepción de una parte de Míchigan en que está presente en poblaciones silvestres, como en el ciervo de cola blanca (el mismo animal donde el SARS-CoV-2 ha quedado como reservorio)”.

La Junta de Castilla y León publicó el 15 de mayo una resolución que reducía los controles y requisitos para considerar un rebaño 'libre de tuberculosis bovina'. La consecuencia directa es que se puede comerciar y desplazarse más libremente con ellos, entre provincias. La decisión del gobierno castellanoleonés no gustó en el Ministerio de Agricultura, que dictó una orden para limitar el movimiento bovino en las provincias no libres de tuberculosis bovina.

El Plan de Actuación sobre animales silvestres advierte que “merece atención urgente” poner los ojos no sólo en el testado de los animales domésticos, sino también en las aguas, alimento y terrenos para el control de la infección. Y en medidas preventivas para limitar el contacto entre fauna silvestre potencialmente contagiosa y la ganadería, especialmente en comarcas con alta incidencia de tuberculosis bovina en animales que no son vacas.

¿Hay vacuna?

Actualmente no hay vacunas registradas frente a la tuberculosis en animales domésticos de granja. Su uso en reservorios silvestres de tuberculosis “podría ser muy valioso con el objetivo de disminuir la carga infectiva, reduciendo la excreción y transmisión del patógeno y, limitando así su propagación al
ganado doméstico”, matiza Balseiro.

Desde los años setenta, la vacunación frente a la tuberculosis está prohibida para el ganado bovino en la UE; es así porque se corre el riesgo de dar falsos positivos para la calificación de las explotaciones, también regulada a nivel comunitario. Por otro lado, están las posibles preocupaciones por liberar en el medio una vacuna basada en un bacilo vivo, aunque sea atenuado.

¿Puede volverse una cepa peor o hay riesgo de resistencia bacteriana a la tuberculosis?

Carlos Martín Montañés lleva años advirtiendo sobre el riesgo de las resistencias bacterianas, en particular, de la tuberculosis. Una resistencia se produce cuando la genética de la bacteria se adapta para resistir a los tratamientos. Puede darse de manera espontánea, pero las resistencias bacterianas suelen asociarse al uso excesivo de antibióticos, ya que las bacterias terminan 'acostumbrándose', generando mutaciones para aguantar mejor (sólo sobreviven las más fuertes).

No obstante, Balseiro recalca que hay que diferenciar entre M. tuberculosis y M. bovis. “Aunque las lesiones que producen pueden ser similares, su diferenciación es de gran interés desde el punto de vista epidemiológico y terapeútico, incluida la resistencia a antibióticos”.

¿Puede tener que ver el brote de tuberculosis en un instituto con la versión bovina?

Montañés, a falta de detalles de secuenciación de las muestras, cree que no. Aunque la tuberculosis humana cuenta en España menos de 10 casos por cada 100.000 personas, puede haber muchísima gente infectada –sin saberlo y sin ser contagiosa–. “En guarderías es relativamente habitual –aun no siendo un problema generalizado”, pero recalca que una cosa es tener la infección y otra desarrollar la enfermedad. “Sólo una de cada 10 personas la desarrolla”, precisa.

Así que, en el caso de la veintena de estudiantes de un instituto de Ourense que han dado positivo en tuberculina, lo lógico es pensar que no tiene su origen en un contagio bovino. Sólo uno de los chavales se ha declarado como caso activo de la enfermedad –el resto, han emergido como portadores, no enfermos–. Galicia está libre de tuberculosis animal.

Pero la secuenciación genética de la bacteria podría tener la última palabra. Recientemente, un equipo español destapó que la bacteria de la tuberculosis caprina estaba tras decenas de casos de tuberculosis en personas almerienses durante 18 años. La mayoría, relacionadas con el mundo rural, aunque no trabajaban directamente todas con animales.

Para el epidemiólogo Joan Caylà (Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona, en el SMC de España), tanto la polémica suscitada en Castilla y León como los casos humanos de Galicia “no tienen nada que ver entre sí [pero] evidencian que la tuberculosis humana y la tuberculosis en el ganado aún constituyen un problema de salud pública en España”.

Fuentes

1 Comentarios

  • La referencia a que "el ganadero debe demostrar que el animal lo está infectada antes del sacrificio no es correcta".

    El animal que vaya a matadero como consecuencia de positivo en campañas de saneamiento se sacrifica si o si. Una vez superada la inspección veterinaria irá a consumo humano bajo obligado tratamiento térmico y así se hace saber al comercializar esa canal o si no supera la inspección veterinaria se decomisa. Revisad esas declaraciones con otros veterinarios del sector, funcionarios o el centro referencia en sanidad animal Visavet de la UCM porque creo que no habéis entendido las declaraciones de la señora Sevilla.