La UNESCO formará a comunidades costeras en riesgo de tsunami y menciona específicamente al mediterráneo. Era 1755 y Lisboa sufrió un terremoto que generó un tsunami que inundó las costas del suroeste de la península ibérica y Marruecos. En España fue Cádiz, y más en concreto la costa de Conil de la Frontera, una de las zonas más afectadas por estas olas.
Las posteriores investigaciones, como la que realizó en 2021 el departamento de investigación de la Universidad de Sevilla, apuntan que las olas causaron miles de muertos en la región, sin especificar la cifra exacta porque se desconoce, además de multitud de daños materiales en objetos como embarcaciones. Los datos que se conocen del acontecimiento describen unas olas de aproximadamente 8 metros sobre el nivel de la marea alta.
En el mapa del Mediterráneo hay más ejemplos de estos. Años más tarde, en 1908, se produjo el tsunami de Messina, en el sur de Italia. Al menos 60.000 personas perdieron la vida. Fue otro de los eventos sísmicos más fuertes del siglo XX en la zona mediterránea. Produjo una inundación sin precedentes a lo largo de la costa siciliana y calabresa.
Son dos ejemplos de tsunamis catastróficos y que dibujan un panorama en el que estos fenómenos no solo ocurren en el Pacífico y Océano Índico. Es más, los expertos aseguran que, estadísticamente, cada 1.200 y 1.500 años aproximadamente se dan estos tsunamis de forma catastrófica.
El Mediterráneo puede sufrir un tsunami moderado en 30 años
Jorge Macías es profesor de la Universidad de Málaga e investigador de modelos matemáticos para flujos geofísicos y, en particular, tsunamis. “Ya hemos vivido un tsunami moderado, y eso nos hace ver que pueden volver a ocurrir”, asegura. Se refiere al episodio vivido en Mallorca en 2003, que más adelante detallará en profundidad.
“Efectivamente, la probabilidad de que ocurra un evento medio en los próximos 30 años es muy elevada. Estamos hablando de olas de metro y medio o dos metros”, concreta.
Para que un acontecimiento se pueda considerar como un tsunami, tiene que haber sido producido por un terremoto, una erupción volcánica o un deslizamiento de tierras, ya sean submarinas o cerca de la costa, entre otros.
Es más, el 78% de los tsunamis, según la UNESCO, son provocados por la actividad sísmica y el 10% por la actividad volcánica y los deslizamientos de tierra. El resto, por otros motivos.
Lo que ocurre en España es que en la cuenca mediterránea hay actividad sísmica, fallas activas. “La cuenca del Mediterráneo es muy activa”, asegura en este caso Juan-Tomás Vázquez, geólogo marino del CSIC.
“Hay zonas muy activas desde el punto tectónico en Grecia o al sur de Italia, en el Tirreno”, concreta. Jorge Macías añade que “también ocurre lo mismo en el sur del mar de Alborán o en la zona de Argelia”.
El último susto de 2003 en Mallorca
Uno de los últimos episodios vividos en el Mediterráneo fue en el año 2003. Un terremoto en Argelia derivó en olas de casi un metro que tuvieron consecuencias en Baleares, concretamente en el sur de Mallorca.
Según fuentes de Salvamento Marítimo consultadas en aquel momento por El Mundo, el acontecimiento causó daños a “embarcaciones amarradas en algunos puertos de Baleares”. Al menos 150 quedaron destrozadas o afectadas.
La propia UNESCO ha puesto en marcha un proyecto para formar en la prevención a todas las regiones costeras en riesgo de sufrir tsunamis de diferente intensidad. De hecho, en la presentación del proyecto menciona específicamente al Mediterráneo.
“Las estadísticas muestran que la probabilidad de que se produzca una ola de tsunami superior a un metro en el Mediterráneo en los próximos 30 años se acerca al 100%”, dice textualmente.
Esto es un acontecimiento “relativamente modesto”, asegura Juan-Tomás Vázquez, por lo que “no es complicado que se dé en los próximos 30 años”.
El proyecto de la UNESCO se llama ‘Tsunami Ready’ y busca formar a la hora de prevenir y actuar frente a estos acontecimientos al 100% de las comunidades costeras en riesgo de sufrir un tsunami de diferente nivel de aquí al año 2030.
Ya se ha puesto a prueba en 40 comunidades de 21 países de las regiones del Caribe, el Pacífico y el Océano Índico.
La idea es abarcar desde la evaluación del peligro hasta la preparación y la respuesta a estos fenómenos mediante 12 indicadores englobados en “evaluación, preparación y respuesta”.
Todas las regiones costeras, en riesgo
Aproximadamente 3.000 millones de personas viven a menos de 20 km de la línea de costa, y más de 600 millones residen a una altura de menos de diez metros por encima del nivel del mar.
Los tsunamis ocurren con poca frecuencia, pero son más habituales de lo que se cree. Por ejemplo, el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico de la UNESCO ha respondido desde su nacimiento por sí solo a 125 tsunamis, que son una media de siete al año.
Aunque es verdad que la mayoría de los tsunamis afectan a las poblaciones costeras de las regiones del Pacífico y del Océano Índico, “todas las regiones oceánicas están en riesgo”, alerta la propia UNESCO.
- “El efecto del tsunami del año 1755 en el litoral de Conil de la Frontera (Cádiz)”
- Departamento de investigación de la Universidad de Sevilla
- “Hidrología, geomorfología y suelos: una visión general”
- Jorge Macías – profesor de la Universidad de Málaga e investigador de modelos matemáticos para flujos geofísicos
- Juan-Tomás Vázquez, geólogo marino del CSIC
- Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico de la UNESCO
- Proyecto ‘tsunami ready’ de la UNESCO