Donald Trump criticó el “gasto pésimo” que suponía para el Gobierno de Estados Unidos la inversión de “ocho millones de dólares para hacer ratones transgénero” (minuto 00:50).
- Hacía referencia a una de las partidas que el órgano asesor de Elon Musk habría identificado como gasto a recortar.
- Lo dijo en su primer discurso de esta legislatura ante el Congreso, en el que puso en valor el trabajo de Musk al frente de su Departamento de Eficiencia Gubernamental.
La polémica. Tras haber generado debate con esta afirmación, la Casa Blanca insistió en que Joe Biden se había gastado “millones de dólares en experimentos con animales transgénero”.
- Reafirmando así a Trump: “Tenía razón, como siempre (…) al poner de relieve los ejemplos atroces de despilfarro financiados por los contribuyentes”.
- El Ejecutivo incluyó en una nota de prensa, además, una lista de seis estudios que incluían experimentos con ratones y en los que se invirtió dinero público.
El objetivo. Lo que ni Trump ni la Casa Blanca aclaran es que el objetivo de estos estudios es investigar los posibles efectos de algunas hormonas en la salud de las personas trans, en ningún caso “hacer ratones transgénero”, como él dice.
- Sobre todo por “el gran desconocimiento” y la poca investigación que hay en torno a esta cuestión, como explican en el primer estudio citado, de la Universidad de Duke.
- “Se desconoce, en gran medida, el impacto de las terapias hormonales a largo plazo sobre la salud reproductiva, sobre todo en los hombres transexuales”, justifica también la segunda investigación, de la Universidad de Michigan.
Cómo se investiga. En ese primer estudio lo que se propone es usar un “modelo animal” para “estudiar los efectos” que puede tener la aplicación de “estrógenos” en “la respuesta inmunitaria de la vacuna contra el VIH”.
- “Desarrollando un modelo de ratón que replique la terapia hormonal” que se aplica en el caso “de la transición de hombre a mujer en humanos”, detalla.
- Es decir, “inyectando hormonas a animales de laboratorio [también se hace con monos] para estudiar los efectos a nivel biológico y de comportamiento que pueden tener sobre ellos”, explica el urgenciólogo y experto en salud pública Jeremy Faust en su Substack (la plataforma de blogs).
- Igual para el segundo estudio, que propone, en su caso, un modelo de ratón con el que se replique la transición de mujer a hombre para analizar los efectos de la testosterona en la salud reproductiva.
Por qué no es correcto decir que se están haciendo “ratones transgénero”: diferencias con el concepto transgénero
Transgénero. Trump también confunde algunos términos. Como tal, un ratón no puede ser “transgénero”, como dice él, porque el género es aplicable a personas, no a animales.
- “Solo el concepto de ratón transgénero es ridículo, ellos no pueden explicar cómo se identifican, con qué género, no utilizan pronombres. ¡Son ratones!”, explica Faust.
Vs. transgénico. En un primer momento, se interpretó que Trump se podía estar refiriendo a ratones transgénicos, pero no es lo mismo. Lo explica Lluís Montoliu, investigador del CSIC, en The Conversation:
- En ese caso, se les añade “uno o varios genes de la misma u otra especie para que adquieran alguna característica que pueda ser útil”, sobre todo a la hora de hacer investigaciones “en biología, biomedicina o biotecnología”, por ejemplo.
En perspectiva. Estas declaraciones del presidente Trump llegan un mes después de que él mismo firmase una orden estatal contra los derechos de las personas trans.
- La norma establecía que solo se reconocerían dos sexos en los documentos oficiales.
- La actriz Hunter Schafer, por ejemplo, denunció que, tras renovar su pasaporte, le volvieron a poner el sexo asignado al nacer.
Me parto. Sólo le ha faltado decir que se criaban ratones transgénero, para alimentar a los gatos que luego se comen los extranjeros. Ay, Dios mío, pero qué grande va a hacer a América este hombre...