Por qué los medios internacionales dicen que Trump juega al ‘juego de la gallina’ con los aranceles

trump juego gallina
Donald Trump | Foto: Blanca Turi Gripas | EFE
Tiempo de lectura: 4 min

El presidente de EEUU, Donald Trump ha entrado en una dinámica de “tira y afloja” con los aranceles: anuncia una subida de aranceles con una supuesta fecha en la que entrarán en vigor y pide nuevas negociaciones. Varios medios estadounidenses y organismos internacionales explican esta estrategia como una aplicación del conocido como “juego de la gallina”.

Publicidad

Qué es el juego de la gallina

La estrategia desplegada por Trump, elevar la presión arancelaria a medida que se agota el plazo para alcanzar acuerdos, ha sido descrita por varios organismos y medios internacionales como una aplicación del llamado “juego de la gallina”. Este modelo clásico de la teoría de juegos plantea un enfrentamiento en el que dos jugadores avanzan hacia una colisión, esperando que sea el otro quien se aparte primero. Ceder implica perder; mantenerse firme, ganar. Pero si ninguno da un paso atrás, el desenlace es una colisión costosa para ambos.

  • En este contexto, como explican los verificadores brasileños de Lupa, parte del IFCN al igual que Newtral, se ha popularizado el acrónimo TACO, que significa Trump Always Chickens Out (“Trump siempre se acobarda”). Es decir, en este “juego de la gallina” es él quien se aparta antes de la colisión. 

En el ámbito comercial, esta lógica se traduce en amenazas creíbles de represalia que buscan forzar concesiones. Según analiza el Foro Económico Mundial, este enfoque puede observarse en el actual pulso entre Estados Unidos y China en materia de aranceles. 

Aunque este “juego de la gallina” que estaría aplicando Trump es el que más se ha popularizado, los expertos explican que reducirlo todo a un único juego sería simplificar la situación actual demasiado. Antonio Alfonso Costillo, profesor de la Universidad Loyola Andalucía, cree que se podría describir mejor como  una red de juegos simultáneos e interconectados, donde intervienen no solo gobiernos, sino también empresarios y consumidores: “Lo importante no es solo quién gana el juego, sino quién paga el precio por jugarlo”, afirma. Sectores empresariales que inicialmente apoyan medidas proteccionistas pueden cambiar de postura si los costes derivados aumentan, al igual que los consumidores ante posibles subidas de precios. Sin embargo, a diferencia del modelo clásico, aquí no hay una única colisión final, sino una sucesión  de daños graduales y acumulativos.

Publicidad

En un escenario de colisión, el desenlace no está garantizado. Como señala Antonio Alfonso Costillo, el premio final para EE.UU. puede no ser inmediato ni tangible: quizá se traduzca en una ventaja comercial incierta, en una posición negociadora más sólida… o simplemente en no haber sido el primero en ceder.

Este experto recuerda que “el juego de la gallina” está marcado por  una fuerte resistencia a retirarse, alimentada por el temor a mostrar una imagen de debilidad, que dañe especialmente el “orgullo nacional”. Desde la economía del comportamiento, afirma que esta dinámica se vuelve aún más compleja:“Sabemos que los seres humanos, y por extensión, las instituciones, no siempre toman decisiones racionales”, explica.

En contextos como este aparecen dos sesgos clave:

  • El descuento temporal. Se priorizan los beneficios percibidos a corto plazo, como la protección del mercado o la firma de acuerdos comerciales, frente a las consecuencias futuras, incluso si estas suponen represalias o una mayor incertidumbre.
  • Coste hundido. Cuando una estrategia ya ha supuesto una inversión política importante, cambiar de rumbo se percibe como una derrota, incluso si seguir adelante resulta más perjudicial.

La credibilidad, un arma de doble filo a largo plazo

Publicidad

Para que la estrategia del “juego de la gallina” funcione, la amenaza debe ser creíble y estar acompañada de un manejo efectivo de la narrativa, explica Alfonso Costillo. Si un jugador duda de la firmeza de su adversario, será menos propenso a ceder, lo que aumenta el riesgo de colisión.

En los vaivenes continuos entre Estados Unidos y sus socios comerciales, las reputaciones se construyen a partir de acciones previas. Cuando un jugador retrasa o suaviza sus amenazas con frecuencia, pierde credibilidad, lo que puede llevar al otro a endurecer su postura en futuras negociaciones.

Esta pérdida de credibilidad puede hacer que, a largo plazo, una política basada en la presión y el riesgo pierda efectividad o incluso se vuelva contraproducente. Por eso, algunos expertos advierten que la tendencia de la administración Trump a posponer o moderar sus amenazas arancelarias incrementa los peligros de este “juego de la gallina”.

Fuentes
  • Antonio Alfonso Costillo, profesor de la Universidad Loyola Andalucía
  • Foro Económico Mundial
  • Informe junio Banco Mundial
  • Fondo Monetario Internacional
  • La Casa Blanca
  • Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos
  • Perfil Truth Social de Trump
  • Axios
  • Lupa
Publicidad

0 Comentarios

Ya no se pueden publicar comentarios en este artículo.