Circula en redes sociales un vídeo de un cerebro con supuestos “coágulos de sangre mortales” por trombosis y acompañado de mensajes que lo relacionan con el grafeno de las vacunas contra la COVID-19, pero es falso. Las imágenes corresponden a una autopsia de un cerebro con una hemorragia cerebral y circulan por internet, al menos, desde 2019, cuando no existían vacunas contra el coronavirus ni se había declarado la pandemia.
Además, como ya hemos verificado en Newtral.es, las vacunas autorizadas contra el coronavirus en España [de Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca-Oxford, Janssen] no tienen ni grafeno ni óxido de grafeno. El prospecto de las dosis es público y se puede consultar en el portal de la estrategia de vacunación.
El vídeo de la autopsia es antiguo y no tiene relación con el coronavirus
Las imágenes con las que los negacionistas tratan de probar la supuesta trombosis cerebral provocada por el grafeno de las vacunas muestran la disección de un cerebro en el que, una vez abierto por la mitad con un bisturí, aparece una sustancia de color negro.
Según algunos mensajes que se han viralizado, se trata de “trombos (coágulos de sangre mortales) producidos en el cerebro de personas muertas por causa de la falsa vacuna asesina”, en la que, sostienen, “han metido óxido de grafeno, que es la causa de esos trombos cerebrales”.
Pero este vídeo está en internet, al menos, desde septiembre de 2019. Aunque no hemos podido determinar el origen del vídeo, aparece en varios perfiles de Facebook e Instagram sobre Anatomía como una “autopsia de una hemorragia cerebral” en la que se pueden apreciar trombos causantes de una “muerte cerebral”, pero sin relación alguna con el coronavirus o la vacuna.
De hecho, el vídeo original de la autopsia se compartió por primera vez entre septiembre y octubre de 2019, cuando aún no estaba declarada la pandemia por el coronavirus ni existían vacunas. La emergencia internacional por la COVID-19 fue declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero de 2020 y no consideró el coronavirus en la categoría de pandemia hasta marzo de ese mismo año.
Si se tiene en cuenta que las pruebas en humanos de la vacuna contra la COVID-19 no comenzaron hasta abril de 2020, es imposible que el vídeo de la autopsia con la hemorragia cerebral pueda tener relación con las vacunas.
Además, hasta el 21 de diciembre de 2020 no llegó la primera vacuna autorizada contra la COVID-19 a Europa, cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) concedió un permiso condicional a las dosis de Pfizer-BioNtech. En Estados Unidos fue unos días antes, ya que la FDA autorizó esta vacuna el 11 de diciembre. Por su parte, la OMS no validó las dosis de Pfizer como primera vacuna contra el coronavirus para uso en emergencias hasta el 31 de diciembre.
[Las falsedades del vídeo que relaciona coronavirus, grafeno y 5G]
¿Hay relación entre trombosis y vacunas al margen del grafeno?
Como todos los medicamentos, las vacunas contra la COVID-19 pueden provocar efectos adversos, la mayoría leves o moderados, pero las autoridades sanitarias insisten en que sus beneficios superan a los posibles riesgos.
Es cierto que se han observado algunos casos muy raros de trombosis como efecto secundario en las vacunas contra la COVID-19 de vectores víricos, como la de AstraZeneca y la de Janssen. Esto provocó que las dosis de AstraZeneca-Oxford se dejaran de administrar en personas menores de 60 años, ya que era la franja de edad donde más casos se habían registrado, principalmente en mujeres.
El prospecto de Vaxzevria ─la vacuna de AstraZeneca-Oxford─ ya incluye el riesgo muy raro de trombosis (formación de coágulos de sangre en los vasos sanguíneos) con trombocitopenia (niveles bajos de plaquetas), conocido como síndrome de Trombosis con Trombocitopenia (STT). Lo mismo ocurre con el prospecto de la vacuna de Janssen.
Según el informe de farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del 27 de julio, en España se han registrado un total de 32 casos confirmados de Trombosis con Trombocitopenia hasta el día 11 de julio tras la vacuna de AstraZeneca, de los cuales siete fallecieron. Hay que destacar que la AEMPS registra las sospechas de efectos adversos, por ello, estos casos, ocurridos después de la vacunación, no tienen por qué guardar una relación directa con la vacuna. Con estos datos, la tasa global de notificación se estima en cinco casos por millón de dosis administradas, como recoge el informe de farmacovigilancia.
En el caso de Janssen, hay un caso probable de trombosis y otro confirmado. En esta vacuna, la tasa global de notificación de casos de trombos se estima en seis por millón de dosis administradas.
Pero detrás de los casos de trombosis y las vacunas no está el grafeno
El bulo asegura que estos casos de trombosis son provocados por la presencia de grafeno en las vacunas contra el coronavirus, que se ha convertido en una de las principales falsedades difundidas por negacionistas. Como ya hemos desmentido en Newtral.es en más de una ocasión, las dosis autorizadas que se administran para inmunizar contra la COVID-19 no contienen ni grafeno ni óxido de grafeno.
Sin embargo, las desinformaciones sobre la presencia de este material en las vacunas continúan circulando con virulencia. El prospecto de las vacunas es público y se puede consultar en la web creada por el Ministerio de Sanidad.
Aquí se puede comprobar, por ejemplo, que la vacuna de Pfizer, a la que muchos vídeos acusan de llevar grafeno, está compuesta a base de cloruro de potasio, dihidrogenofosfato de potasio, cloruro de sodio, fosfato de disodio dihidrato, sacarosa, agua para preparaciones inyectables y otras sustancias, pero no hay ni rastro de grafeno.
Resumen
Con todo lo expuesto, se puede concluir que el vídeo que circula para afirmar que el grafeno de las vacunas es el causante de los casos de trombosis no guarda ninguna relación con las vacunas. Es un vídeo de una autopsia realizada antes de la pandemia, cuando no existían vacunas contra la COVID-19. Además, las vacunas autorizadas no contienen grafeno.