El planeta Tierra vive plastificado desde mediados del siglo pasado. El invento del plástico supuso una revolución en casi todas las industrias. Abarató casi todos los productos de consumo cotidiano y dio respuesta a problemas que van de la conservación de alimentos a transportes más seguros. Pero, desde entonces, la producción de plástico no ha parado de crecer. Y no hay ningún tratado internacional que ponga coto a un producto que no se degrada con facilidad y que puede quedar en el medio ambiente durante siglos.
El último intento diplomático, celebrado este agosto en Ginebra, también se ha atascado.
- Así están las cosas: Actualmente se producen en todo el mundo más de 400 millones de toneladas anuales de plástico, y subiendo. En concreto a un ritmo del +2,4 % anual. Si se mantiene, el uso del plástico podría llegar a triplicarse en 2060. En las proyecciones más optimistas, para esa fecha se usará el doble de plástico.
La mayoría (91%) no se recicla o reutiliza. Bien porque no hay sistemas de gestión eficaces (sobre todo, en países con menos renta), bien porque sencillamente no es viable. No hay una tecnología milagro que degrade o facilite el reciclaje al 100% de la miríada de polímeros que componen muchos productos cotidianos. Y frenar eso sí es algo que podría estar al alcance de un tratado sobre el plástico.
Sin acuerdo: los países petroleros se agarran a la producción de plástico para mantener el negocio
El 5 de agosto comenzó la última de las rondas negociadoras, ya en la prórroga, para tratar de alcanzar un texto para un tratado global contra la contaminación del plástico. Este viernes se ha vuelto a escenificar el fracaso, especialmente en dos puntos:
- Recortar la producción: Hay bastante consenso científico en que es por este único lugar por el que se puede lograr empezar a acabar con la omnipresencia del plástico en los ecosistemas. La directora del IDAEA-CSIC Ethel Eljarrat recuerda los vertidos de pélets. “La principal base para poder limitar el consumo es la producción mundial de material virgen”. En los dos años que llevamos para intentar tener un tratado, este ha sido el punto de la discordia.
- Control de sustancias o aditivos: Para Eljarrat, especialista en el asunto, es la clave del impacto del plástico y el microplástico en la salud de los ecosistemas, incluida la salud humana. Constantemente se revisa la lista de posibles aditivos tóxicos. Los hay por miles, como explicaba en este pódcast de Newtral. Los efectos a largo plazo de muchos de ellos se desconocen. Regular más estrictamente los químicos que acompañan a los polímeros plásticos quedó como algo voluntario para los países, en los borradores del tratado presentados el viernes.
La transición energética ha acelerado el despliegue del coche eléctrico, liderado por China. El uso del petroleo está en retroceso en el mundo del transporte. Y las tensiones geopolíticas también han cuestionado nuestra dependencia del gas, como explicábamos aquí. Así que las petromonarquías se están agarrando al plástico como tabla que salve sus negocios, puesto que los fósiles son la materia prima tras la producción de la inmensa mayoría de plásticos. Y son estos estados los primeros en bloquear los acuerdos de cara a un tratado.
La analista internacional Christina Dixon (Environmental Investigation Agency) explica a Newtral.es que también Brasil, China e India son grandes productores de plástico. “Tendrían mucho que ganar con un tratado, pero su industria, intuyo, también perdería”.
Un borrador de acuerdo mutilado
Por Melanie MacGregor (Univ. Flinders, The Conversation)
Un prometedor borrador de tratado, distribuido en diciembre tras dos años de negociaciones, quedó recortado a la mitad a mediados de la segunda semana de cumbre. Palabras como «objetivo», «sustancias químicas» o «nocivo» desaparecieron. El artículo 19, el que aborda la salud humana, se eliminó por completo. Las referencias a la concienciación pública se retiraron de la sección sobre gestión de residuos.
Han desaparecido los planes para eliminar gradualmente a nivel mundial productos específicos como las bolsas de plástico y las pajitas. Tampoco se menciona la sección sobre producción sostenible y objetivos de reducción. No se mencionan las sustancias químicas preocupantes ni se da transparencia a los aditivos. Incluso se ha eliminado el lenguaje básico sobre la mejora de las tasas de reciclaje, la prohibición de la quema a cielo abierto y el vertido, o el fomento de cambios de comportamiento.
Publicidad Como aspecto positivo, el borrador revisado sigue fomentando la innovación y la investigación.
El problema del mix de plásticos en cada producto
El tapón de una botella puede ser un tipo de plástico diferente al del cuerpo. Incluso aunque estén unidos para que no se pierdan las piezas pequeñas antes del reciclaje. Esta realidad complica, por otro lado, justamente ese reciclaje, especialmente en productos más complejos.
Tratar de poner normas más estrictas para la fabricación de ciertos productos podría haber sido un punto en el que alcanzar un acuerdo más sencillo de cara al tratado.
Desde la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, el profesor Joaquim Rovira destaca que cuando llegan a su laboratorio residuos microplásticos recogidos en las playas, para analizar, se encuentra con “una mezcla de contaminantes, diferentes polímeros en él y dentro de estos polímeros, en su interior, diferentes aditivos químicos”. Esto complica, por un lado, la evaluación del riesgo. Pero, por otro, delata lo difícil que es el reciclaje.
Rovira plantea otros posibles soluciones que podrían haber sido de consenso, como regular el tamaño mínimo de los pélets de plástico virgen (para limitar los vertidos) u obligar a instalar filtros de microplásticos en las lavadoras. Las prendas son unas grandes generadoras de partículas plásticas que se van por la tubería.
Asamblea de la ONU sin tratado sobre plástico ¿Y ahora qué?
Tras el fallido encuentro de Busán (Corea del Sur) del pasado diciembre, esta debería haber sido la última ronda de negociaciones. Ahora “es muy probable que las negociaciones vuelvan al punto de partida, que es la Asamblea de Naciones Unidas de Medio Ambiente, que se reúne en diciembre. Es reiniciar toda la carga geopolítica, muy compleja”.
Hay lugares, como la UE, que poco a poco “han ido adoptando medidas de control (reciclaje, tasas, reutilización obligatoria…), pero no solucionamos el problema porque cada vez producimos más plásticos”. Algo en lo que coincide la profesora de la Universidad de Cádiz Carmen Morales (Scientists Coalition for an Effective Plastics Treaty): “Debemos considerar el ciclo de vida completo del material, desde la extracción de recursos hasta el destino final del plástico”.
El borrador de texto que presentó el jefe de la negociación el miércoles (el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso) dejó de lado estos puntos, “asemejando un acuerdo de tratamiento de residuos”. Los países más ambiciosos, entre los que están los de la UE, han preferido no tener un tratado que uno malo.
Resume el profesor de Materiales de la UB Jordi Díaz Marcos: “Un mundo sin plásticos no es posible, pero un mundo con el actual consumo de ellos, tampoco. Así, una llamada a la acción para poner fin a nuestra dependencia de los plásticos debe ir acompañada de pasos claros y tangibles, con una comprensión de las implicaciones de nuestras elecciones”.
El plástico no se recicla porque a la gentuza del Tercer Mundo y a una buena parte de la chusma y el lumpen del supuesto Primer Mundo no le da la gana de hacerlo. Como artículo sorosiano de Newtral, se "olvidan" de mencionar que los ríos más contaminados del mundo vienen de ciertos países y que la mayoría del plástico en los océanos procede de las masas semihumanas o, incluso, degeneradas de ciertos países.
Además, por supuesto, está toda la impostura de la casta y costra política de países de caca como Expaña. Un ejemplo real. Me quejo por escrito hace años a AENA, la empresa que gestiona el aeropuerto de Madrid de la falta de contenedores específicos y me responde que sí, que sí, que sí los hay y que ellos se encargan de que todo se haga conforme a la ley. Pues bien, luego me entero por medio de una de las limpiadoras que ellos mezclan todo aunque los recipientes sean distintos porque el camión se lo lleva todo mezclado.... Ése es el nivel. La chusmocracia se legitima mediante el consumo y mediante la satisfacción de masas brutas e irreflexivas refractarias a todo orden y propósito. La chusmocracia es incompatible con la ecologia, con la libertad de expresión y con más, salvo en países genéticamente selectos y educados.