La agencia geológica rusa Rosgeo ha validado los estudios del buque de investigación polar Alexander Karpinsky realizados en 2020 sobre la disponibilidad de unos 70.000 millones de toneladas de petróleo y gas enterrados en la Antártida, según ha desvelado The Telegraph. Sin embargo, la explotación de esta materia supondría el incumplimiento del Tratado Antártico, que impide cualquier tipo de actividad relacionada con recursos minerales en el continente austral.
Qué es el Tratado Antártico. La Antártida se rige por el llamado Tratado Antártico, de vigencia indefinida. Este acuerdo establece que el territorio austral debe ser utilizado “exclusivamente para fines pacíficos” sin llegar a ser escenario u objeto de discordia internacional. Promueve la libertad de investigación científica y cooperación internacional para ese fin, así como el intercambio de observaciones y resultados científicos entre países.
- En este sentido, Mariano López de Miguel, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Murcia, explica a Newtral.es que este acuerdo “convierte a la Antártida en la única zona terrestre y marina dedicada al bien común de la humanidad”.
Origen del acuerdo internacional. El Tratado Antártico fue firmado el 1 de diciembre de 1959 en Washington por los 12 países que habían desarrollado actividades en el Continente Blanco durante el Año Geofísico Internacional (1957-58), entre ellos Estados Unidos o la extinta Unión Soviética.
- El Tratado entró en vigor en 1961 y en la actualidad ha sido aceptado por 56 Estados de todo el mundo, como España, que se adhirió en 1982 y fue reconocido como miembro consultivo en 1988.
- El acuerdo congeló los reclamos territoriales que ejercían sobre el terreno siete de los países firmantes (Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda y Reino Unido) y prohibió “crear derechos de soberanía en esta región”, según recoge en su artículo IV.
¿Se pueden explotar reservas minerales? El experto señala que una hipotética explotación de petróleo por parte de Rusia en la Antártida podría suponer un “conflicto diplomático”. Además, hay que tener en cuenta que el Protocolo de Madrid del Tratado Antártico prohíbe cualquier actividad relacionada con los recursos minerales, salvo la investigación científica.
- Mariano López de Miguel, doctor en Historia Contemporánea por la Universidad de Murcia
- Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades
- Instituto Antártico Chileno (INACH)
- Secretaría del Tratado Atlántico
- The Telegraph