Mientras Donald Trump y su equipo de campaña insisten en denunciar un supuesto fraude, el departamento de su administración encargado de velar por la seguridad de las pasadas elecciones en EE.UU. las ha calificado de «las más seguras en la historia» desde un punto de vista técnico.
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Esta afirmación se desprende de un comunicado del Comité Ejecutivo del Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral (CCG), perteneciente al Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés). En el texto se insiste en que “no hay pruebas de que ningún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido afectado de alguna manera». Aún así, y como parte de su tarea, los funcionarios del comité «están revisando y volviendo a comprobar todo el proceso electoral antes de finalizar el resultado».
Respecto al seguimiento de los votos, el comité subrayó que «todos los estados con resultados ajustados en la elección presidencial de 2020 tienen registros en papel de cada voto, lo que permite la posibilidad de volver y contar cada papeleta si es necesario». De esta forma, se puede poner de relieve y subsanar “cualquier error o equivocación».
Diez positivos en el entorno de Trump
En otro ámbito, el brote de COVID-19 surgido en el entorno del presidente Donald Trump, subió a diez contagios después de que se confirmara que el asesor de campaña Corey Lewandowski ha contraído también la enfermedad, como él mismo confirmó a CNN.
La mayoría de los positivos han sabido de su contagio después de la noche del pasado 3 de noviembre, en la que se celebró en la Casa Blanca una fiesta postelectoral que congregó a más de 150 personas en la sala este del edificio.
Entre los contagiados están el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows; el secretario de Vivienda de EE.UU., Ben Carson; el director político de la Casa Blanca, Brian Jack; otro asesor de la campaña de Trump, David Bossie; y la exfuncionaria estadounidense Healy Baumgardner.