Seguramente no necesites un test de anticuerpos para saber si te funciona la vacuna

Test rápido a una familia de O Carballiño | Brais Lorenzo, Efe
Test rápido a una familia de O Carballiño | Brais Lorenzo, Efe
Tiempo de lectura: 10 min

‘¿Te han vacunado bien?’ En algunas ciudades han brotado carteles con este mensaje u otros similares, invitando a hacerse un test de anticuerpos. Primero fueron los test asistidos, ahora los autotest domésticos. Pero, concretamente, vuelven a ponerse de moda pese a su controvertida fama en 2020. En concreto se están vendiendo los test de anticuerpos con el fin de saber si la vacuna te ha funcionado. O si hay ‘fallo vacunal’.

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Consuelo Bueno es farmacéutica en Villanueva de la Sierra (Cáceres) y conoce de cerca lo que es convivir con esa duda. No sólo por quien acude a su despacho con la incertidumbre de si tendrá o no anticuerpos tras la vacuna. Sino porque su familia más próxima, que se contagió el pasado diciembre, es todo un ejemplo de variabilidad en la respuesta inmunitaria.

Su yerno empezó a encontrarse mal el 8 de diciembre y dio positivo. Su mujer fue la siguiente, hasta que la cascada de PCR positivas llegó a Consuelo. “Yo apenas perdí el olfato, mi marido sí tuvo más síntomas”. Sin embargo el coronavirus se les hizo pegajoso y “semana tras semana seguía dando positivo”. Preocupada por dejar tanto tiempo desatendida su farmacia, preguntó a su médica, quien le indicó hacerse un test de anticuerpos ELISA (análisis de sangre).

El resultado era claro: Ella ya tenía anticuerpos propios de una infección pasada, a pesar de seguir dando positivo en PCR. Pero su yerno, ya recuperado y negativo cuatro semanas después de enfermar, carecía de ellos. El marido de Consuelo, con muchos más síntomas que ella, también desarrolló anticuerpos, pero en menor cantidad.

Cada persona, un mundo. Sea anecdótico o científico, “mi yerno era el único con sangre tipo A+”, señala la farmacéutica. Por ahora no está clara la relación entre serotipo, Rh y protección respecto a la covid o generación de inmunidad.

“La protección tras pasar el coronavirus o vacunarse se mide más allá de los anticuerpos”, recuerda la profesora de Inmunología África González (Universidad de Vigo). Así que, en este caso, suegra y yerno probablemente estén protegidos sin mayor problema tras la infección. Y aún más, tras haberse vacunado.

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Diferencias entre un test de anticuerpos y uno de antígeno

No hay que confundir los test de anticuerpos con los de antígeno. Los segundos, aunque sean rápidos (15 a 20 minutos para tener el resultado), requieren de una muestra de tu nariz o saliva, suelen venir con bastoncillo. Los test de anticuerpos necesitan, por el contrario, de tu sangre. Y no todos funcionan igual. Por eso no se recomiendan para determinar si funciona una vacuna. Y mucho menos para saber si estás inmunizado y no te hace falta la vacunación.

El test de anticuerpos, con el fin de evaluar la vacuna “es innecesario, contraproducente y, en pleno repunte de casos y alta presión en la atención primaria, es el peor momento para enredar”, afirma contundente Salvador Peiró, investigador en Servicios de Salud Pública de Fisabio. Este doctor en Medicina Preventiva desglosa un amplio argumentario en siete puntos contra este uso de los test de anticuerpos en The Conversation.

Casi el 99% de las personas vacunadas genera anticuerpos, detectables hasta pasados tres meses tras completar su pauta.

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Pero la principal idea para responder con un test de anticuperos a si ‘te han vacunado bien’ es la puramente estadística. La vida real (y los ensayos clínicos) están demostrando que la inmensa mayoría de las personas vacunadas no sólo generan anticuerpos contra el SARS-CoV-2. También una respuesta inmunitaria de memoria a largo plazo, “que quizás dure años”, precisa la profesora de Inmunología .

Un ejemplo: En España, el estudio de PROVAVAC arroja resultados preliminaries sobre cómo de bien responden a las vacunas 900 usuarios de centros de mayores, una población que podríamos sospechar que pierde su respuesta inmunitaria con más facilidad. El 98,7% mantuvo sus anticuerpos detectables a los tres meses de la pauta completa. Y entre quienes habían perdido sus anticuerpos, buena parte había generado células de las defensas con memoria como para protegerse del SARS-CoV-2 futuro. Si a ellos les funciona la vacuna, casi seguro que a ti también.

¿Para qué sirve cada test? ¿Por que los de anticuerpos ya no valen para infección activa?

Hacemos aquí un viaje al laberinto de tests de 2020. Desde el pasado julio de 2020 se ofrecen en laboratorios pruebas para detectar el SARS-CoV-2 o la infección activa. El pasado verano, una parte de la población se lanzó a hacerse tests de anticuerpos, los más baratos. En general, un pinchazo en el dedo para que, con una gota de sangre, se viera si había inmunoglobulinas IgM e IgG, delatoras de una infección pasada.

Como recuerda la doctora María Tomás (CHUAC-INIBIC) los primeros se producen tras la primera semana de infección. Los segundos –inmunoglubulinas ‘de memoria’– aparecen no antes de dos semanas. Es decir, los test de anticuerpos indican “si nos hemos expuesto en algún momento al virus”. Los protocolos de Sanidad decía por aquel entonces que tener IgM equivalía a ‘infección activa’. Pero eso es muy 2020.

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Tomás recuerda aquí que el diagnóstico es algo más complejo que una marquita en una tira reactiva. Las PCR se consideran la prueba estándar de oro para determinar si tenemos el virus en nuestro organismo, con o sin infección activa, siendo o no contagiosos.

Los test de antígeno rápido de segunda generación, los actuales, son fiables entre sintomáticos y personas con alta carga viral, en general, para dar pistas sobre si son contagiosos en el momento de la prueba. Los tests de anticuerpos apenas sacian nuestra curiosidad sobre si conservamos anticuerpos de una infección pasada o la vacuna.

El test de anticuerpos no es para detectar ‘fallo vacunal’

La razón para no hacerse un test de anticuerpos es que las vacunas no fallan. Fallan las defensas de algunas personas. Esa es un poco la idea simplificada de lo que ocurre cuando alguien, con su pauta completa de vacunación, se contagia de SARS-CoV-2 y termina en el hospital con una covid grave. “Son claramente los menos”, recuerda la doctora González. Pero estadísticamente, con incidencias altas, es “totalmente esperable”, incluso habiendo generado anticuerpos porque “las vacunas actuales no tienen una efectividad del 100%”.

Cuando hablamos de ‘fallo vacunal’ “tendemos a referirnos más bien a roturas de la cadena del frío o problemas con la producción de un lote. Pero ahí se observarían muchos casos de covid en vacunados en un determinado sitio. Siempre puede ocurrir”, explica la inmunóloga. Sin embargo, en esta ola las infecciones en vacunados tienden a observarse en “algunos mayores con otras patologías de base, personas sometidas a tratamientos inmunosupresores o con problemas inmunitarios, etc.”. Y, aun así, son muy escasos los cursos graves y casi inexistentes las muertes sólo por COVID-19.

Desde la Universidad de Alcalá de Henares, el experto en Salud Pública y epidemiólogo social Manuel Franco Tejero cree que hay que hacer pedagogía sobre para qué sirve cada test y qué es importante medir a título individual en cada momento. Un test de anticuerpos “va a aportar una información muy limitada sobre la efectividad de la vacuna en una persona”, aunque pueda indicarse el análisis en perfiles muy concretos, “siempre haciendo un seguimiento”.

Hay algunos test de anticuerpos incapaces de detectar los que genera la vacuna. Los de antígeno no pueden dar positivo tras vacunación, que genera proteínas a nivel local, no en la nariz.

Desde la Agencia Federal del Medicamento (FDA) de Estados Unidos llevan desde mayo advirtiendo: “las pruebas de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 actualmente autorizadas no deben usarse para evaluar el nivel de inmunidad o protección de una persona contra el COVID-19 en ningún momento. y especialmente después de que la persona recibió la vacuna COVID-19”. En la actualidad hay una pléyade de tipos de tests de anticuerpos en el mercado mundial. Antes, el pasado noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció estándares para las pruebas de anticuerpos, lo que permite comparar diferentes pruebas.

La vacunación no genera falsos positivos en test de antígenos, ya que “la producción de proteína que genera la vacuna es a nivel local y no parece posible que parte de esta proteína pudiera llegar a las vías respiratorias en una cantidad detectable”. Es decir, el lugar donde tomamos la muestra con el bastoncillo, según explican desde FACME.

Los anticuerpos ocultos de David: cuando una letra lo cambia todo

David Lat contrajo el coronavirus en marzo de 2020. Este jurista afincado en Manhattan terminó en el hospital con apenas 46 años y requiriendo ventilación mecánica. Se define a sí mismo como “superviviente” en su cuenta de Twitter, donde relata la ‘triste’ historia de sus anticuerpos.

Lat se sometió a tests de anticuerpos en varias ocasiones a lo largo de 2020; después de todo decidió donar donar plasma en la esperanza de ayudar a otras personas enfermas de covid. Sus niveles de anticuerpos eran altos en junio de 2020, pero las mediciones cayeron constantemente durante los meses siguientes, como le ocurre a una buena parte de los recuperados. “Aquello no me preocupó, ya me lo advirtieron”, asegura.

Un año después, recibió sus dos dosis de vacuna, el pasado marzo de 2021. Fue un mes después cuando acudió a hacerse un test de anticuerpos, con la convicción de que habría recuperado una buena cantidad de ellos y tendría una amplia inmunidad. Pero no.

Expuso su caso en Twitter y le respondió uno de los mayores expertos en inmunología y seguimiento de los anticuerpos contra la covid: Florian Krammer (Hospital Mount Sinai en Nueva York). Lo primero que le pidió a David Lat fue que leyese la letra pequeña de su último test de anticuerpos.

El diseño de cada test de anticuerpos es distinto. Los hay que detectan restos de la proteína ‘S’ (las puntas del virus). Otros van orientados a la proteína ‘N’. Como la vacuna genera sólo proteínas ‘S’, los tests de anticuerpos que no sean capaces de detectar los específicos de esta parte del coronavirus darán erróneamente negativo, recuerda la doctora África González.

Y ahí reside la clave del ‘casi negativo’ de David Lat: “Parece que, por defecto, solo ofrecen los de nucleocápside (‘N’). Nunca pensé en pedir uno diferente».

La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas publicó en febrero los datos técnicos de los tipos de tests que se comercializaban en España, concretando cuáles de los de anticuerpos iban dirigidos a la proteína ‘S’ o a la proteína ‘N’. Recuerdan que la mayoría de los usados en laboratorios son capaces de detectar tanto la una como la otra, pero no necesariamente.

1 Comentarios

  • Voy a viajar a Canarias, me vacuné con una dosis hace 10 días , que test debo hacer?