La secretaria general adjunta de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) Ko Barrett ha presentado su último informe climático. Un nuevo catálogo de malas noticias: “Acabamos de experimentar los diez años más cálidos jamás registrados. No hay indicios de mejora en los próximos años; habrá un impacto negativo creciente en nuestras economías, nuestra vida cotidiana, nuestros ecosistemas y nuestro planeta”. En el fondo, nada nuevo, en línea con los últimos dosieres científicos de esta y otras organizaciones meteorológicas. La Tierra es cada vez más caliente. Y aún vivirá temperaturas sin precedentes.
La cuestión es que a veces la realidad de los datos y la percepción meteorológica que tenemos no coincide. El último informe sobre el estado global del clima se ha presentado con una parte de Europa (incluida España) bajo la influencia de una lengua de aire caliente y seco desde el norte de África que nos conduce a temperaturas –efectivamente– de récord en latitudes peninsulares. Pero apenas dos semanas antes, estábamos inmerso en anomalías térmicas a la baja. Frío en la piel. Calor en los informes. ¿Contrastes que generan narrativas negacionistas?
Siempre hay “cada vez más calor“… incluso aunque haga frío; eso es un problema
El profesor de Cambio global de la Universitat de Lleida Víctor Resco de Dios suele ser crítico con cómo se presentan a veces las evidencias. El pasado abril, coincidiendo con la presentación de otro informe de la OMM y Copernicus (CE), denunciaba cierta “retórica catastrofista, bajo la cual cada año batimos un nuevo récord”. Algo en lo que coincidía en este pódcast de Newtral el investigador del MNCN y divulgador Fernando Valladares: Las temperaturas sin precedentes “han dejado de ser noticia, siempre hace cada vez más calor”, lo que puede terminar anestesiándonos. O, aún peor, generando incredulidad.
2024 fue el año más cálido jamás registrado. “Debemos entender que esto probablemente no coincida con la percepción del ciudadano de a pie”, explica Resco de Dios. “En España las temperaturas durante el pasado año no fueron particularmente elevadas (tras los sofocantes 2022 y 2023)“. El profesor plantea en el SMC de España el riesgo de desafección que pueden tener este tipo de presentaciones.
Cuando una semana sofocante basta para elevar las temperaturas medias de una estación que recordamos fresca
La cuestión es que lo que dice la OMM es totalmente cierto, solo que a escala global y en temperaturas medias sin precedentes. Incluso a nivel local, al hablar de promedios, podemos tener la percepción de haber tenido una primavera fresca y lluviosa. Pero los extremos meteorológicos, cada vez más frecuentes, hacen que la media térmica para el trimestre se eleve con una semana con temperaturas propias de agosto en pleno mayo, por ejemplo.
Esto ocurre también a nivel planetario, con extremos inéditos que empujan las medias térmicas hacia arriba. Por ejemplo, el Ártico ha vivido temperaturas 10ºC por encima de lo normal, y en Siberia se registró un récord de 40ºC en 2023. Cosas como estas pueden también hacer que un día concreto sea el más cálido jamás registrado por la humanidad en la Tierra, pese a estar medio mundo bajo cero. Pasó el 22 de julio de 2024, el día más caliente del planeta: 17,16ºC de media.
El informe de la OMM habla claramente de “tendencias”, no de percepciones. Y estas tendencias son las que determinarán cómo será la habitabilidad de la Tierra en las próximas décadas, explica a Newtral.es la oceanógrafa especialista en clima Anna Cabré (Universidad de Pensilvania, EE.UU). Los informes ignoran la sensación particular que tengamos a nivel local, la cual puede ser muy variable. Esto es lo que ahora ha puesto sobre la mesa la profesora Ko Barrett con el dosier de la OMM.
Calor no se traduce siempre en calor
Y el esas temperaturas globales medias sin precedentes se pueden traducir en fenómenos extremos que no tienen nada que ver con sentir calor. Como explica la doctora Cabré, un océano (o mar) caliente, con alta evaporación, inyecta energía al sistema que se puede traducir en tormentas más destructivas. Por ejemplo, en Europa “2024 se ha caracterizado por inundaciones de una magnitud no vista en la última década, especialmente en la región occidental”.
Lo que vienen son temperaturas sin precedentes, pero quizás ‘no lo notes’
En concreto, su Actualización Climática Anual a Decenal Global concluye que el mundo seguirá calentándose a niveles sin precedentes en la historia moderna. A partir de datos de 14 centros de investigación climática coordinados por el Met Office británico, lanza una serie situaciones que cree casi seguras o más imrpobables:
Probabilidad de que en los próximos 15 años…
¿Y el Acuerdo de París? Buenas noticias
Firmado en 2015, el Acuerdo de París estableció un límite de +2 °C de calentamiento que, con la evidencia científica posterior, se rebajó a +1,5 °C respecto a la era preindustrial. Como recuerda Cabré, esa es la temperatura crítica de calentamiento terrestre que el consenso político determinó, por encima del cual, el cambio del clima se tornará imprevisible, con efectos irreversibles y comprometiendo la habitabilidad humana de la Tierra en amplias regiones.
Pero ese objetivo se mide como promedio de 20 años, no como récord puntual, explica el informe. Por tanto, aunque 2024 y posiblemente otros años del próximo lustro superen los +1,5 °C (2024 ya fue así), eso no significa que se haya incumplido oficialmente el pacto. Pero sí indica que estamos cada vez más cerca de hacerlo. Es decir, hay margen de acción. De hecho, estima que el promedio de calentamiento para el periodo 2015-2034 será de 1,44 °C.
Para la profesora Cabré (y, ciertamente, para el consenso científico del IPCC) sólo hay una receta básica: ”recortar emisiones de gases de efecto invernadero”. Carbono y metano. El planeta Tierra se acerca, también, a un nuevo récord acumulado de CO2. Y esto, una vez más, da igual cuando lo leas.
Jajajaja ya nadie les cree nada jajaja
Cca. Cambio ClimÁtico Asintomatico.
Al decir que viviremos temperaturas sin precedentes sin notar más calor supongo que os referís a seguir alterando los datos de temperatura de las bases de datos para que muestren un calentamiento que no es real. La gente debe creeros a vosotros en vez de a sus propios sentidos.
Tomáis a la gente por idiota. Lo tenéis fácil.
La desafección no nace de nuestra percepción individual de que no hace tanto calor. No, señores. La desafección viene de la constatación de que no podemos hacer nada. Porque los poderes económicos no están dispuestos a moverse un centímetro de su posición de "todo por los beneficios". Y los poderes políticos obedecen a los intereses de los poderes económicos. La ciudadanía lo sabe, sabe que el clima seguirá empeorando, sabe que verá morir a sus seres queridos, pero se resigna y trata de disfrutar el momento. Ahí nace la desafección.