La guerra de Rusia contra Ucrania se está librando en varios frentes, y hasta el idioma se ha convertido en una forma de rechazo contra el presidente ruso. En el mundo de Putin, la invasión es una forma de salvar el universo ruso, que él mismo define como una identidad nacional y cultural que incluye a “los compatriotas rusoparlantes” en el extranjero.
Desde 2014, y aún más ahora, muchas personas que solían hablar ruso lo cambiaron por ucraniano, explica Laada Bilaniuk, profesora de Antropología en la Universidad de Washington e investigadora en el Instituto de Investigación Ucraniano de Harvard. “La gente dice que pueden apoyar mejor a su país hablando ucraniano, porque Putin dijo que necesita ‘salvar a la población de habla rusa’, y ahora hablan ucraniano porque no quieren que Putin venga a salvarlos”, cuenta.
En este intento por liberarse del invasor se ha impuesto el surzhyk, una mezcla de ruso y ucraniano, como el ‘spanglish’ o el ‘portuñol’. En el país, un tercio de la población habla principalmente ruso con sus familias, incluyendo a un 15,8% que solo habla ese idioma, frente a un 46% que utiliza el ucraniano, según un estudio del Kyiv International Institute of Sociology publicado en 2019. Pero las diferencias entre regiones muestran la división interna que supone esta otra batalla del idioma.
‘Hubo fuertes presiones para rusificar’: las idas y venidas del surzhyk
Bilaunik explica que el surzhyk tiene dos orígenes. Por un lado, los propios dialectos locales. Y, por otro, la mezcla de idiomas como resultado de la ‘sovietización del ucraniano’ tras las políticas estalinistas de los años 30, cuando cualquier palabra ucraniana que pareciera nacionalista se censuraba y se reemplazaba por una palabra más parecida al ruso, recuerda.
De hecho, no siempre está claro si una palabra en particular o una forma gramatical se tomó prestada del ruso, o si es una característica del dialecto local anterior a la estandarización, apunta.
En cualquier caso, la experta destaca que “hubo fuertes presiones para rusificar”. El idioma del país vecino se consideraba más prestigioso, y el surzhyk “era evidencia de un complejo de inferioridad de los hablantes de ucraniano”.
En cambio, ahora hay tanto apoyo para que la gente intente hablar ucraniano que, en general, hay menos críticas al lenguaje ‘imperfecto’ o mixto, relata. “Es un cambio con respecto a décadas anteriores, cuando se prefería que las personas hablaran un idioma en el que tenían fluidez en lugar de hablar mal dos. La idea que prevalece ahora es que es mejor que alguien se esfuerce por hablar ucraniano, y eventualmente pueda aprenderlo mejor”.
Esta inflexión se ve también en las encuestas. En 1999 el Kyiv International Institute of Sociology preguntó a la población si consideraba que los colegios tenían que dedicar la misma cantidad de tiempo a enseñar ruso que ucraniano, y el 46% estuvo de acuerdo. Dos décadas después, y antes de la actual ofensiva de Putin, el porcentaje ya había caído al 29,9%.
Tres décadas de independencia: del ‘lingüicidio’ a la búsqueda de la ‘pureza’ del idioma
La historia del surzhyk es también la historia de las luchas entre las culturas rusa y ucraniana por imponerse una sobre la otra. Hay quienes hablan de “lingüicidio” para referirse a la opresión del idioma, como el Ukraine Crisis Media Center, una organización de promoción cultural, que señala que la existencia misma del ucraniano ha sido “socavada con frecuencia por lingüistas y políticos rusos” al punto de llegar a negar su existencia.
Cuando Ucrania se independizó, en 1991, se liberó también de décadas de prohibición del uso de su idioma en publicaciones e, incluso, de poder hablarlo en público, primero bajo el régimen zarista ruso, y luego, en la época soviética.
Desde entonces, se han aprobado varias leyes para promover su uso. En 2019, se aprobó una ley que establecía como requisito utilizar el ucraniano en el empleo público y en los medios de comunicación (art. 25), respaldándose en que se trataba del idioma oficial. La norma fijaba un mínimo en libros del 50% y en radio y televisión del 75%, como explica la investigadora Natalia Kudriavtseva en un artículo publicado en el Wilson Center.
Sin embargo, también fue muy rebatida. En un primer borrador se incluía la figura del ‘inspector’ para supervisar que se estuviera utilizando el ucraniano, como recoge Open Democracy.
Ya con la ley terminada, también hubo voces en contra. La organización Human Rights Watch cuestionó la politización que se estaba haciendo del lenguaje, “a la luz de la acción militar en curso de Rusia contra Ucrania”. La Comisión de Venecia también alertó de que la ley no lograba “un equilibrio justo” entre la promoción del idioma ucraniano y la salvaguardia de los derechos lingüísticos de las minorías.
“La opresión histórica del ucraniano puede conducir a la adopción de medidas positivas destinadas a promover el ucraniano, pero en opinión de la Comisión de Venecia, esto no puede justificar la privación del idioma ruso” y de otros idiomas, recogía el informe de este organismo.
De hecho, la Unesco ha alertado de la situación de riesgo en la que se encuentran varias de las lenguas autóctonas de Ucrania, como el tártaro, el mauropoliano o el karaím, esta última en peligro extremo.
Ahora, la guerra ha traído también un nuevo interés por aprender el idioma. Por ejemplo, en Duolingo, una app de aprendizaje de idiomas, hubo un aumento del 200% de estudiantes de ucraniano entre el 14 y el 21 de febrero.
- Duolingo
- Defining Surzhyk in Contemporary Ukraine, Wilson Center
- New Language Requirement Raises Concerns in Ukraine, Human Rights Watch
- Ley sobre garantizar el funcionamiento del idioma ucraniano como idioma estatal
- Ukraine - Opinion on the Law on Supporting the Functioning of the Ukrainian Language as the State Language, adopted by the Venice Commission at its 121st Plenary Session (Venice, 6-7 December 2019), Comisión de Venecia
- Comisión de Venecia
- How Russia Devaluates Ukraine, Ukraine Crisis
- Data on the attitude to the status of the Russian language in Ukraine (10/04/2015), Kyiv International Institute of Sociology
- Press release on the attitude to the status of the Russian language in Ukraine (10/04/2015), Kyiv International Institute of Sociology
- Kyiv International Institute of Sociology (15/03/2019)
- Data on the attitude to the status of the Russian language in Ukraine (03/07/2012), Kyiv International Institute of Sociology
- Data on the attitude to the status of the Russian language in Ukraine (15/03/2019), Kyiv International Institute of Sociology
- Ukraine’s Language Law: Whose Rights Are Protected?, Wilson Center
- Ukraine after 20 Years of Independence, Friedrich Ebert Stiftung
Me fascinan vuestras fuentes, Wilson Center y Kyiv International Institute of Sociology, casi todas después de 2014. Muy neutral todo. Sabiendo ruso entendiendo ucraniano, me alucina que digáis esta tonterías sobre el surzhyk. Sobre todo cuando la gente intentaba chapurrear una mezcla para, lo primero ser apolítico, y lo segundo intentar hablar lo máximo posible de palabras del idioma de tu interlocutor. Estaba también lo contrario, si querías ser grosero, uno en un idioma y el otro en otro, entendiéndose perfectamente. A ver si aprendéis los españolistos...
El surzhyk es un ejemplo de una transición del ruso antiguo del cual provienen ambas lenguas modernas ruso y ucraniano, es una muestra de integración intercultural entre dos naciones que tienen su origen común en el Rus de Kiev y conservaron la unidad durante las dinastías ruricas y luego desde el Tratado de Pereiaslav (1654) como un solo país o una sola unidad político territorial o Rusia Unida, cuyo Gobierno Nacional tuvo su sede en Moscu hasta 1917. La coexistencia entre ambas naciones de un mismo país siempre fue pacifica, tolerante, respetuosa, incluyente e integrativa, basada en la legalidad, el respeto y reconocimiento mutuo. La presiones divisionistas a favor de los intereses Occidentales, emergieron con gran fuerza durante la llegada al poder del Neonazi Vlodomir Zahenki y sus "Escuadrones de la Luz", arremetiendo contra la población ucraniana de habla rusa, con odio racial y violencia étnica, violando gravemente sus derechos humanos con crímenes de Lesa Humanidad. La operación militar en Ucrania no es una invasión, persigue la desnazificación de Ucrania y la destrucción de sus armas de destrucción masiva. Obviamente Ucrania no volverá a ser la misma, ni su territorio, tendrá que enfrentar los costos de indemnización y la devolución de los territorios ilegitimamente tomados de Rusia, como es el caso de los puertos rusos en el Mar Negro, no olvidemos que los puertos y las ciudades portuarias de los mismos son producto del ingenio y la inversión de Rusia, en este territorio durante el periodo anterior a 1917.