La Reserva Federal de Estados Unidos ha decidido elevar los tipos de interés del país en 75 puntos básicos, hasta un rango objetivo de entre el 2,25% y el 2,5%, según ha informado este miércoles. Se trata de la segunda vez que la Reserva Federal aprueba esta subida, ya lo hizo hace un mes cuando aumentó sus tipos en 0,75 puntos porcentuales, el mayor aumento de este indicador en más de 25 años, como recoge IG España en su informe sobre situación de los mercados. En la misma línea, el Banco Central Europeo anunció una subida de tipos de interés de medio punto, la primera en 11 años.
De esta forma, ambos bancos buscan reducir la inflación al ralentizar la economía. “Si tú subes el precio de dinero, al final acabará repercutiendo en el consumidor, porque si quiere contratar una hipoteca (…) el tipo de interés que va a pagar va a ser más alto”, explica Antoni Cunyat, profesor de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Valencia. Así, según el docente, el consumidor se lo pensará antes de pedir un préstamo, ya que sabe que “va a ser más caro”.
Los tipos de interés determinan el precio que pagan los bancos por el dinero
El tipo de interés determina “el precio del dinero”, afirma José Emilio Boscá, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad de Valencia. Es un porcentaje que establece la cantidad adicional que el prestatario tiene que devolver sobre el dinero que ha tomado prestado. En el caso de los bancos centrales –que son la autoridad monetaria y “quien emite dinero”, según el investigador de Fedea–, el tipo de interés es el porcentaje que cobran “a los bancos comerciales en los que nosotros tenemos nuestro dinero cuando necesitan un crédito”.
Una subida de los tipos de interés “en cascada va encareciendo todo tipo de préstamos”, agrega el investigador. Esto se debe a que el banco comercial pide prestado dinero a un interés determinado y luego se lo presta a familias o empresas, a las que pedirá un interés mayor, para tener margen de negocio.
(*)Por ello, la variación de los tipos de interés sirve como herramienta para reducir la inflación. A finales de junio era del 8,6% en la eurozona, según Eurostat, cuando el objetivo es que la inflación se sitúe en torno al 2% a medio plazo. No obstante, el contexto de la invasión rusa de Ucrania y el aumento del coste de la energía han hecho que los precios sigan creciendo.
“Entonces, ¿qué es lo que hacen los bancos centrales? Cuando ven que la inflación empieza a subir lo que hacen es aumentar el precio del dinero subiendo los tipos de interés”, expone Sergio Ávila, analista de mercados de IG España. Al tomar esta medida, hacen “que se pidan menos créditos, que haya menos proyectos de inversión”, dice. Es decir, como apunta Ávila, “frenar el crecimiento económico con el objetivo de que se frene el aumento de los precios”.
Aumentar el interés de los préstamos reduce la demanda y persigue bajar los precios
La subida de los tipos de interés es una “política monetaria restrictiva”, aclara Cunyat, de la UOC, ya que “si a mí me cuesta más endeudarme, voy a restringir mi consumo”. También limita la inversión de las empresas, porque les resultará más caro financiarse si aumentan los intereses a los que le prestan dinero. “Ese es el efecto primario pero eso se extiende a muchas otras variables de la economía que toman esta decisión inicial como referencia”, añade.
Así, a través de esta medida, los bancos centrales tratan de frenar la demanda para reducir la subida de precios en los mercados. Ante una demanda reducida, las empresas tienen menor margen para subir precios. “Por ejemplo, el que tenga una hipoteca, si tiene el tipo de interés variable, cada vez (…) va a pagar más; por lo tanto tendrá menos dinero para comprar otras cosas”, destaca Cunyat.
El objetivo de los bancos centrales con la subida de los tipos de interés es evitar la espiral inflacionaria
En las ocasiones en las que existe una inflación elevada, si los bancos centrales no hacen nada al respecto, se transformaría en lo que Ávila califica de “bola de nieve”. Por su parte, Cunyat pone como ejemplo una empresa de galletas. “Si sube el 20% del precio de la energía quiere decir que el coste de producción de galletas aumenta (…) y lo que hacen las empresas es repercutirlo en los precios”, es decir, aumentar el valor de venta, comenta Cunyat.
Entonces, los trabajadores solicitan un aumento de salarios acorde con la inflación, para poder cubrir el incremento del coste de los productos. Si las empresas suben los salarios, a su vez aumentan sus costes, lo que hace que de nuevo quieran aumentar los precios de venta para mantener beneficios. Y así sucesivamente.
Para evitar esta espiral inflacionaria, los bancos centrales intentan “soplar y sorber al mismo tiempo”, según Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas.
“Si tú subes los tipos de interés de alguna forma estás coartando a la economía (…) y si por otra parte sigues comprando bonos, estás haciendo que la economía crezca”, señala, a la vez que subraya la dificultad de alcanzar un “equilibrio” entre ambas. Por ello, el problema de los bancos centrales es, a su juicio, “cómo disminuir la inflación sin tocar el crecimiento”.
(*) Este artículo se ha actualizado con la decisión de este jueves 21 de julio del Banco Central Europeo
- Incremento de los tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos en marzo de 2022
- Aumento de los tipos de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos en junio de 2022
- Informe sobre situación de los mercados a 16 de junio de 2022 de IG España
- Nota de prensa del Banco Central Europeo (BCE) sobre decisiones de política monetaria, entre las que está la subida de los tipos de interés
- Antoni Cunyat, profesor de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y de la Universidad de Valencia
- José Emilio Boscá, investigador de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad de Valencia
- Inflación anual de la eurozona según Eurostat en mayo de 2022
- Sergio Ávila, analista de mercados de IG España
- Antonio Pedraza, presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas
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