Sube el precio del arroz en enero pese a la rebaja del IVA por la sequía y los costes de la energía

subida precio arroz
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El arroz es uno de los productos básicos que ha experimentado una subida de precio a pesar de la rebaja del IVA de los alimentos que aprobó el Gobierno a finales de diciembre. En ese momento, Pedro Sánchez dijo que se iba a asegurar de que esta reducción del impuesto se trasladase “de forma inmediata al precio de los alimentos”.

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Sin embargo, ni el presidente del Gobierno ni el ministro de Agricultura, Luis Planas, que se reunió el 20 de febrero con la cadena alimentaria, han aclarado aún cómo garantizarán que esto ocurra o que cada eslabón de la cadena alimentaria traslade al siguiente, por ejemplo, la bajada de los costes de producción en el caso de que se produzca. Una falta de control que algunas de las asociaciones consultadas por Newtral.es también notan. 

Pero, más allá de la influencia de los supermercados, factores como la sequía del último año y el sobrecoste energético también han repercutido en la merma de la cosecha de arroz, que ha provocado, a su vez, un encarecimiento de los precios. Te explicamos por qué.

¿Qué hace que el arroz suba de precio? El papel de la gran distribución, “la que decide cuánto paga el consumidor”

Al contrario que otros productos básicos a los que se les aplicó esta medida para frenar la subida de precios, el arroz se encareció hasta un 3,7% en enero, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). También han subido, aunque en menor medida, las legumbres y las hortalizas (un 0,1%). El resto de la cesta sí ha bajado, desde el pan (con un descenso de un 0,2%) hasta la fruta (un 4,2%).

¿Por qué pasa esto? Asociaciones como la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) señalan a los grandes supermercados y la falta de transparencia a la hora de establecer los precios. 

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“Al final, la distribución es la que decide qué es lo que paga el consumidor y de ahí detrae sus beneficios. El problema es que el sistema está funcionando al revés, de arriba hacia abajo. Lo normal sería que el precio final se estableciese en función de los precios en origen (el que ponen los agricultores) y no al contrario”, como explica a Newtral.es Ignacio Huertas, secretario general de la organización en Extremadura.

“El precio que paga el consumidor por un producto no se corresponde con la realidad de lo que debería ser el mercado libre. Son los otros eslabones de la cadena los que están marcando las reglas porque nosotros [los agricultores] no tenemos esa capacidad de negociación que tienen ellos. En productos como el arroz, el planteamiento que te hacen es: o me vendes a este precio, o lo traigo de fuera”, denuncia Huertas.

Todo esto, en un escenario en el que las grandes cadenas han tomado impulso. Las ventas del grupo DIA, por ejemplo, que publicó el 23 de febrero su informe de resultados, aumentaron un 9,6% en 2022 (llegaron hasta los 7.286 millones de euros). Además, Mercadona, Carrefour y Lidl lideraron el crecimiento en el sector de la gran distribución este último año, acaparando hasta un 41,4% de la cuota de mercado, según el último informe de la consultora Kantar.

Los problemas estructurales: la sequía y los costes de producción

¿Y qué pasa en el campo? Los agricultores han tenido que enfrentarse a un año duro por las condiciones climáticas y la influencia de la invasión de Ucrania. Y eso, como reconoce a Newtral.es Eduardo Vera, director gerente de la Federación de Arroceros de Sevilla, les ha obligado también a repercutir la subida de los costes de producción del arroz, lo que también afecta al precio final.

“En Sevilla solo hemos podido sembrar este año un 30% [de la superficie cultivable] por la sequía que ha habido. Pero ya llevamos, al menos, cuatro años muy complicados. La temporada pasada solo pudimos sembrar el 50% y, en las anteriores, tuvimos mermas importantes por la mala calidad del agua”, explica.

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Y esto ha pasado también en otras regiones como Extremadura. Allí han sembrado un 90% menos de hectáreas con respecto a 2021, señala el secretario de UPA en la región, aunque el problema ha sido generalizado. Lo cuenta Huertas: “Esta última cosecha ha sido complicada en toda España, hemos tenido muchas menos hectáreas que en campañas anteriores por la falta de agua para regar. Hemos pasado de sembrar 102.000 hectáreas en 2021 a 56.000 este año, más de un 40% menos”.

Además, la subida de precio de la energía y de los insumos (que han subido un 30%) también les han pasado factura a los cultivos de arroz. Vera explica que este año han tenido que comprar abonos tres veces más caros que hace un año “y así con todo”. Lo mismo ha pasado con el coste de la electricidad y los combustibles, imprescindibles en los procesos de cultivo, como el bombeo de agua.

Los desequilibrios en el mercado internacional de arroz que también afectan a la subida del precio

Pero este no es un problema exclusivo de España. “La campaña de arroz a nivel mundial no ha sido de las mejores: de los ochos países productores de Europa, no ha habido una gran cosecha en ninguno”, apunta Vera.

Además, las organizaciones agrarias llevan tiempo denunciando los desequilibrios en el mercado internacional y la excesiva dependencia que tiene la Unión Europea de las importaciones. En ese sentido, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) denunció el 17 de febrero ante la Comisión Europea “la falta de reciprocidad respecto a las producciones procedentes de países terceros que compiten con reglas de juego ventajosas en los mercados comunitarios”. Unos países que imponen precios contra los que los agricultores españoles no pueden seguir compitiendo, según Huertas.

Fuentes
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1 Comentarios

  • Se os ha olvidado decir que el convenio estatal del arroz incluye subidas salariales ligadas a la inflación...