‘Slut shaming’: así se penaliza la conducta sexual de las víctimas de violencia

La narrativa del slut shaming perjudica a hombres gais y bisexuales
Desfile del Orgullo LGTBI | Shutterstock
Tiempo de lectura: 9 min

“Durante meses, mis amigos me menospreciaron haciendo chistes sobre el uso de la PrEP [un fármaco para prevenir el VIH], llamándola la ‘medicina gay’, la ‘píldora de zorra’ o la ‘píldora a pelo’ [en referencia a no usar protección en las relaciones sexuales]”, cuenta un usuario de esta medicina entrevistado para este artículo científico publicado sobre el slut shaming que sufren hombres gais y bisexuales (American Journal of Men’s Health, 2018).

Publicidad

El artículo científico señala que la implantación de la PrEP se obstaculiza por el estigma asociado al uso, ya que el consumo de esta píldora preventiva se vincula con “conductas estereotipadas de promiscuidad” y menor uso de métodos de protección como el preservativo. 

Pero el slut shaming se ejerce también sobre otros cuerpos y sexualidades. En esta otra publicación científica (International Review of Sociology, 2020), las autoras analizan la penalización que sufrió la actriz Asia Argento en el marco del #MeToo tras denunciar a Harvey Weinstein por abuso sexual: “Se traslada toda a la culpa a la víctima y se pone el foco en su responsabilidad personal en el acto, sugiriendo que la agresión sexual, de alguna manera, está justificada por una conducta sexual inapropiada o incluso por su apariencia en el momento de la agresión”.

En conversación con Newtral.es, el psicólogo Gabriel J. Martín, especializado en el acompañamiento a personas LGTBI, advierte de que con el caso del presunto asesino homófobo de Bilbao “se está poniendo el foco en las formas de relacionarse dentro del colectivo gay y bisexual, destacando que las víctimas empleaban apps de ligue, a través de las cuales el presunto agresor quedaba con las víctimas”. “De alguna forma, se traslada la idea de que se pueden evitar las agresiones lgtbifóbicas si no usas esas apps o te relacionas de otra forma, por ejemplo, si no vas a saunas o no haces cruising. Es una forma de responsabilizar a las víctimas y de crear una narrativa sobre cómo ser un buen homosexual”, añade Martín. 

Qué es el ‘slut shaming’ y cómo afecta a mujeres, pero también a hombres gais y bisexuales

Las investigadoras que analizaron el acoso online a Asia Argento definen el slut shaming como una “fiscalización de la sexualidad femenina” a través de una “doble vara de medir”: “Por un lado, los hombres se benefician de un grado mucho mayor de permisividad, mientras que las mujeres se enfrentan a la dicotomía ‘puta o virgen’”. Cuando transgreden el espacio de “vírgenes”, sostienen las autoras, invadiendo un terreno que pertenece socialmente a los seres masculinos y en el que a ellos “se les premia”, son situadas como sluts (putas) y “se las avergüenza por su conducta” (del inglés, shame o shaming).

“El poder regulador del slut shaming aumenta cuando ocurre en el contexto de la violencia sexual”, argumentan las investigadoras. “Por ejemplo, en los juicios por violación, enfatizar la supuesta transgresión de las normas sexuales por parte de la víctima es una estrategia para socavar su respetabilidad y poner en duda su credibilidad”, sostienen.

Publicidad

Fue el caso de la víctima de la violación grupal en Pamplona, en el que, además de juzgarse la agresión en sí, también se está investigando al autor de un texto online que publicó sus datos personales y desacreditó a la víctima, culpándola de lo sucedido.

La investigadora y jurista Emily Poole definía el slut shaming en este artículo publicado en la revista University of San Francisco Law Review (2013) como “una forma de estigma social que se aplica a quienes violan las expectativas tradicionales de comportamiento sexual”. En esta línea se pronuncia el psicólogo Gabriel J. Martín al señalar que es “una forma de penalizar, estigmatizar y caricaturizar el libre ejercicio de la libertad sexual por la cantidad de gente con la que se tienen relaciones y por las prácticas que se llevan a cabo”. 

Para el psicólogo Mikel López, profesor e investigador en la Universidad Rey Juan Carlos, el slut shaming consiste en “colocar un juicio negativo sobre aquellas personas que exponen su deseo sexual”. “Siempre ha sido muy asociado a las mujeres porque es su sexualidad la que ha sido tildada de más incorrecta socialmente, pero los prejuicios no les afectan solo a ellas, también a muchos hombres gais y a hombres bisexuales”, añade.

López apunta que el slut shaming a mujeres y a personas LGTBI comparten “una dimensión común”: “Por ejemplo, a los hombres maricas* se les valora como menos hombres, asociándoles a lo femenino como algo negativo. De ahí que su uso de la sexualidad se considere menos legítimo”.

El psicólogo Gabriel J. Martín comparte el diagnóstico de López al considerar que “la sexualidad ejercida por hombres gais y hombres bisexuales se describe como incontrolable y problemática en sí misma”: “A esto se suma la penalización por performar cierta feminidad, por la pluma. Se asocia con algo enfermizo y negativo. En general, se habla del colectivo gay y bisexual masculino asociándolo a la promiscuidad, cuando la variabilidad es enorme. Tampoco hay nada de malo en tener muchas o pocas parejas”, añade. 

Publicidad
*Nota: Mikel López emplea el término “marica” como “reapropiación del insulto” pero también “como reapropiación de la etimología de la palabra”: “‘Marica’ viene de María, que se usaba para decir: ‘No seas como una mujer, no seas una María’. La reivindicación del concepto ‘marica’ también es para decir que muchos sí queremos ser como las Marías, queremos que nuestro deseo se vea y sea tan válido como el deseo más macho y masculino”, explica.

El caso homófobo ‘Pilla Pilla’ y la violencia sexual

En 2019, el juzgado de lo Penal nº2 de Granollers condenaba a cinco hombres por un delito contra la integridad moral, otro de coacciones y un tercero de revelación de secretos en referencia a la orientación sexual de las víctimas. Los agresores formaban parte del autodenominado Proyecto Pilla-Pilla, que, según la sentencia, “era una imitación del grupo ruso ‘Okkupay Pedofilyay’, de clara ideología neonazi”.

Los cinco condenados quedaban con las víctimas a través de una web de contactos “con el pretexto aparente de identificar y neutralizar a supuestos pederastas”, pero “cuyo objetivo real era la persecución, humillación y vejación de hombres homosexuales”, prosigue la sentencia.

La abogada de la acusación popular en el caso Pilla-Pilla fue Laia Serra, quien en conversación con Newtral.es señala que “en este caso, tanto la fase de investigación como la de enjuiciamiento fueron exquisitas”: “Se cuidó a las víctimas durante todo el proceso y la sentencia puso de manifiesto que los agresores pretendían que el colectivo de hombres gais y bisexuales tuvieran miedo, que dejaran de usar apps de ligue, páginas de contacto… Querían generar inseguridad”.

Sin embargo, señala Serra, “el buen tratamiento en este caso fue una excepción”: “Es habitual en casos de violencia sexual aplicar el slut shaming, considerando que si la víctima se puso a sí misma en peligro no merece defensa ni tutela del sistema penal”, añade. 

Para esta abogada, se aplican estereotipos tanto a mujeres como a personas LGTBI: “En el tema de la sumisión química lo veo mucho. No es lo mismo cuando un agresor te administra una sustancia para anular tu voluntad que cuando la víctima ha ingerido algún tipo de sustancia, como alcohol, de forma voluntaria. En el segundo caso, se considera que se ha puesto a sí misma en peligro”. 

Publicidad

“En hombres gais y bisexuales está todo el tema de ejercer su sexualidad en entornos de cruising, donde se producen agresiones, robos… A menudo las víctimas prefieren no denunciar porque saben que se les va a prejuzgar por haberse expuesto a un supuesto riesgo, conscientes de que el estereotipo en el imaginario colectivo promueve la impunidad de la agresión”, añade Serra en relación a cómo opera el slut shaming.

En este sentido, esta abogada especializada en violencia sexual considera que es una forma de responsabilizar a las víctimas de lo sucedido: “Sería como pensar que la culpa de que violen a una mujer es que vaya sola por la calle. Los hombres gais y bisexuales siguen obligados a moverse en espacios de clandestinidad por el juicio al que someten su sexualidad. Esto desincentiva las denuncias y esto es, a su vez, un incentivo para las agresiones, ya que los agresores saben que su conducta se criminaliza menos”.

El ‘slut shaming’ y la narrativa del terror sexual

La abogada Charo Alises, especializada en derechos LGTBI, explica a Newtral.es que cuando hay ataques a este colectivo se genera una narrativa del terror: “El ataque afecta no solo a la víctima, sino a toda la comunidad, a la que se le lanza un mensaje de intolerancia”.

Ricardo de Pascual, profesor de Psicología en la Universidad Europea de Madrid y psicólogo en el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA), considera que cuando se ejerce el slut shaming se reproduce “la ordenación social”: “Es una forma de convertirte en vigilante de ese propio orden que penaliza las expresiones sexuales que han sido empujadas a los márgenes”, señala en conversación con Newtral.es.

“El buen homosexual reproduce el orden social heteronormativo: busca una pareja estable, se casa, tiene una familia. Por contra, el mal homosexual no tiene una pareja estable y ejerce su sexualidad con distintas personas”, apunta Gabriel J. Martín. 

Bajo ese esquema, apunta De Pascual, “se promueve la seguridad asociada a las relaciones monógamas tradicionales, como si en ellas hubiese menos violencia”. “En realidad, hay violencias diferentes”, añade. 

Por ello, este psicólogo considera que señalar las formas de relacionarse de hombres gais y hombres bisexuales en el ámbito sexoafectivo, o la forma en que las mujeres ejercen su libertad sexual, “pone el acento en que la violencia es evitable”: “‘No quedes con extraños porque te pueden matar’ es lo que subyace. Lo que necesitamos son políticas públicas que nos protejan”.

Fuentes
  • Stigma and Shame Experiences by MSM Who Take PrEP for HIV Prevention: A Qualitative Study (American Journal of Men’s Health, 2018)
  • Putting women back in their place. Reflections on slut shaming, the case Asia Argento and Twitter in Italy (International Review of Sociology, 2020)
  • Hey Girls, Did You Know? Slut Shaming on the Internet Needs to Stop (University of San Francisco Law Review, 2013)
  • Sentencia del caso ‘Pilla-Pilla’ (juzgado de lo Penal nº2 de Granollers, 2019)
  • Gabriel J. Martín, psicólogo especializado en el acompañamiento a personas LGTBI
  • Mikel López, psicólogo, profesor e investigador en la Universidad Rey Juan Carlos. Miembro del proyecto Colourful Childhoods sobre infancias LGTBI y violencia
  • Laia Serra, abogada especializada en violencia sexual
  • Ricardo de Pascual, profesor de Psicología en la Universidad Europea de Madrid y psicólogo en el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA)